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Valleseco La industria de la manzana

La sidra se bebe en botellines

Valleseco comienza a vender bebidas de manzana gasificada en pequeño formato para seducir a los turistas y al público joven canario

Alemán, inglés y español. SANTI BLANCO

Valleseco emprendía hace siete años una apuesta para transformar las manzanas que hasta ese momento se perdían en las fincas en una pequeña agroindustria. La apuesta resultó exitosa, tanto en la producción de la sidra y el vinagre como en la repostería, duplicándose los árboles. Ahora la empresa pública local da un nuevo salto en el negocio. Para ello, comienza a comercializar los botellines Gran Valle de sidra gasificada de 33 centilitros, tratando de seducir a un público más amplio.

Los estudios de mercado que maneja la empresa señalan que el cliente de la sidra natural en gran formato, similar al que ellos han venido comercializando, apenas bebe 46.000 litros al año en Canarias, cuando ellos pueden vender unos 20.000 litros. En cambio, los consumidores de sidra gasificada compran unos 1,35 millones de litros.

El concejal de Desarrollo Local de Valleseco, José Luis Arencibia, reconoce que en las Islas no existe una cultura de sidra natural y que, básicamente, se bebe en navidad. En cambio, la sidra gasificada que tienen en el mercado desde hace algo más de un mes ofrece "un recorrido mayor", en tiempo y clientela. Sobre todo en el sector turístico, donde encuentra un consumidor habitual de países como Irlanda, Inglaterra, Alemania, Holanda y Bélgica.

Según el técnico agrícola de Gran Valle, Antón Delgado, el turista está acostumbrados a consumirlo en pequeños formatos, que también es más económico. A esto se suma que ofrece mayores opciones de captar a los jóvenes canarios, por su tamaño similar a la cerveza. Para lograrlo, están trabajando para colocar la marca Gran Valle en las redes sociales, desde Facebook a Twitter e Instagram, además de activar una web que aglutine todos los productos. "Hoy quien no se mueve en las redes sociales parece que no existe", destaca el concejal y primer teniente alcalde de Valleseco.

José Luis Arencibia anuncia que los proyectos de Sendero del Valle no acabarán aquí. Uno de los objetivos es elaborar una sidra gasificada con menos graduación alcohólica, para llegar sobre todo a los jóvenes. Para hacernos una idea, esta sidra tiene 7 grados, y una cerveza ofrece 4.

La empresa ya ha invertido en su primer paso del plan de expansión unos 22.000 euros en la compra de maquinaria para elaborar esta sidra gasificada en las instalaciones de Bodega Lagar Sidrería Gran Valle, que le permite sacar al mercado unos 600 envases cada día, cuando la capacidad anterior era de 700 botellas cada mes.

No es obligatorio, pero en los botellines también han querido incluir en el etiquetado los componentes de esta bebida gasificada, para resaltar que es un producto natural de manzana. El distintivo refleja en español, alemán, e inglés que está compuesto por sidra natural de manzana, mosto conservado de manzana, azúcar, anhídrido carbónico. Y se especifica: "No sulfitos", constatando así que no incluye conservantes ni productos químicos, a diferencia de buena parte de las marcas que están en el mercado.

En la etiqueta también aparece la recomendación de que debe beberse entre ocho y diez grados, por lo cual debe estar en la nevera.

Dentro de este programa de expansión Valleseco hará frente a un plan de inversiones de unos 250.000 euros para reemplazar el equipamiento que le cedió en su momento el Cabildo, que lo tenía aparcado, y que ahora tiene que devolver a medida que vayan descargándose los toneles. Al tratarse de una empresa pública, la financiación tiene que llegar por vía interna de los resultados de la sociedad, y también por subvenciones, pero no por las arcas propias del Ayuntamiento. Además, espera también incrementar su capacidad de almacenamiento para seguir creciendo.

José Luis Arencibia reconoce que muchas de estas partidas nacionales están paralizadas, muy posiblemente hasta que se resuelva el futuro Gobierno. La actuación se hará en fases, pero Valleseco necesita una máquina para prensar la manzana para obtener el jugo, los toneles y la línea de frío para guardar el mosto, y los mecanismos de pasteurización.

Sendero del Valle obtuvo el pasado año unos 5.000 euros de beneficio neto, y carece de ánimo de lucro, con un patrimonio que ronda los 100.000 euros.

Cuenta con tres empleados directos (dos de repostería y uno de sidra), y durante las campañas que se extiende entre octubre y diciembre cuenta con personal temporal. Y trabaja con unos 228 agricultores que cultivan manzanos.

El aprovechamiento industrial de la manzana en Valleseco arrancó en 2009 con una pequeña maquinaria. Al año siguiente ya salió la primera sidra al mercado, trabajando luego distintas variedades. En 2012 el Ayuntamiento solicitó al Cabildo la maquinaria que estaba en desuso de la Bodega Insular, tanto para prensar, como para el mantenimiento en frío. Ahora han tenido que ir devolviendo todo este equipamiento, ya que la institución insular tiene la intención de reactivar la actividad con la uva.

Gran Valle ha comenzado ya a trabaja en la compra de su propia maquinaria, sobre todo en los toneles, al tener que ir devolviendo los del Cabildo a medida que se vayan vaciando las reservas existentes en su interior. Por este motivo, este año apenas podrán recoger la manzana en las fincas propias y algunas privadas en el municipio, que quedarán como reservas para 2017, cuando el año pasado se sacaron 200.000 kilos, si bien el tiempo tampoco ha favorecido este año para que haya una gran producción.

En 2014 la empresa obtuvo 6.000 litros de sidra natural, por los 13.000 litros el año pasado, a lo que hay que sumar otros 2.000 litros almacenados. De esta forma, Gran Valle dispone de 21.000 litros para ir comercializando en los próximos meses.

La elaboración de la sidra gasificada requiere distintas etapas, que se inicia entre los meses de octubre y diciembre, cuando se recolecta la manzana. El 80% de la fruta que recoge corresponde a la variedad reineta, y el resto a otras como la golden. Una vez en la fábrica, se lava, se trocea y se prensa, para obtener el mosto o zumo natural. La nueva maquinaria permite obtener un rendimiento del 60% del jugo de cada fruta. Se guarda en los tanques durante un año, aunque comenzará a fermentar al segundo día. La producción se divide en tres partes: la sidra, el vinagre y la repostería, con la que se elaboran tartas, truchas, mermeladas y bollos. Pero la sidra se lleva casi todo.

A diferencia de la bebida natural, la gasificada se filtra, bajándose a dos grados cuando se pasa a la cámara, antes de someterse a la saturadora de dióxido de carbono para su gasificación. A esto se le añade luego el azúcar y el mosto.

El proceso se completa con el embotellado en botellines, la pasteurización (subir la temperatura a 60 grados para su conservación) y el etiquetado.

En 2009 había en Gran Canaria unos 16.000 manzanos, de los cuales la mitad estaba en el pueblo de Valleseco. En la actualidad hay 22.000 matos, por los 8.000 del resto de la Isla. Es decir, en apenas siete años casi se ha duplicado, hasta alcanzar los 30.000 árboles, debido a los programas de la nueva agroindustria de esta localidad y la demanda de manzanas.

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