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El hombre que ama las mariposas

Juan Rodríguez reproduce estos insectos para su suelta en bodas, comuniones y hasta bodas

El hombre que ama las mariposas

La afición por las mariposas se forjó a fuego lento hasta convertirse ya en un negocio de exportación. Detrás de la granja 'Free Butterflies' se encuentra Juan Rodríguez, que superó las amarguras de estar casi siete años en paro con esta aventura que ha resultado exitosa en apenas un año de vida.

La suelta de las mariposas de Juan Rodríguez se ha convertido en la nueva atracción de muchas bodas, inauguraciones, comuniones, cumpleaños y todo tipo de eventos, entre los que se incluye algún que otro entierro. Sus pedidos llegan desde Valencia, Madrid, Santiago y todos los rincones de la Península. Incluso, desde el extranjero, aunque los costes del transporte hacen inviable de momento esta opción. La demanda es tal alta, que apenas puede responder a todas las solicitudes. La última solicitud llega por teléfono de Granada, desde donde piden 30 ejemplares para un casamiento en Semana Santa de 2017. Y su agenda atestigua las muchas peticiones que le entran hasta 2018.

"Antes la suelta de mariposas era un lujo que solo se podían permitir unos pocos, ya que costaban unos 400 euros. Yo rompí el mercado, y ahora es factible para todos los públicos, ya que se puede lanzar 20 mariposas por 140 euros". Tan solo en el mes de las comuniones pudo llegar a vender un millar de ejemplares.

El nuevo empresario dio sus primeros pasos en Guía, pero una serie de trabas municipales hicieron que Juan Rodríguez recogiera sus mariposas y se marchara a Tenoya, en Las Palmas de Gran Canaria, donde puso en marcha este año el primer vivero-criadero para liberar mariposas regularizado del que tiene conocimiento.

Alrededor de este "núcleo zoológico", como está catalogado, su promotor ha agrupado otros animales de granja como un atractivo complementario, que incluye cabras enanas, ponis, gallinas y un burro, en un proyecto más ambicioso para convertir la finca en un gran centro recreativo para todas las edades, donde no falta un vive- ro de plantas, merendero, juegos e hinchables. El objetivo es reci-bir visitas escolares y que los alumnos lleven luego su aprendizaje a clase.

"Fue una locura, pero me la jugué sin un duro". Juan Rodríguez fundó este año su empresa 'Free Butteflies' sin medios, después de sufrir las penurias de años sin encontrar un empleo, y superar los trámites obligatorios para poner en marcha una actividad novedosa para la Administración.

Contaba con las peticiones que venía recibiendo cuando apenas era una afición. Pero, a pesar de todo, admite que se ha visto sorprendido, ya que junto a los numerosos pedidos para eventos cuenta con unos 1.000 clientes que tienen sus propios maripo-sarios, a los que ofrece su parti- cular 'kit' de iniciación. Es más, afirma, ha conseguido que las mariposas se hayan convertido en una auténtica terapia de recuperación para una niña con una enfermedad.

Para poder mantener al criadero, la granja de 5.000 metros cuadrados reúne 10.000 plantas de la denominada planta de la mariposa (Asclepias curassávica), que es donde único deposita sus huevos la mariposa monarca. A pesar de que "devoran" sus hojas y su néctar, goza de una especial capacidad de regeneración y resistencia para estos insectos.

La mariposa monarca es la variedad más conocida, y pone unos 300 huevos, aunque apenas sobrevive un 20%. Suele vivir entre dos y seis semanas, más que otros ejemplares. Y entre sus depredadores naturales se encuentra la avispa africana.

Las mariposas tienen cuatro fases de vida: el huevo, la oruga, la crisálida y la mariposa, que dura cerca de 32 días. Y en estas etapas debe permanecer a temperaturas de entre 20 y 30 grados.

En este proceso, la mariposa hembra deposita el huevo en las hojas de la citada planta, donde se enfrenta a depredadores como las hormigas y pulgones. El huevo tiene una incubación de 6 a 7 días, según las temperaturas.

Tras este primer ciclo de vida, eclosiona una pequeña oruga, con unos colores llamativos a rayas blanco, amarillo y negro, que Juan Rodríguez define como "color de aviso" o defensivo, para advertir a sus predadores de su toxicidad y mal sabor. Empieza a comer vorazmente y a crecer, siendo siempre su primer alimento la cascara del huevo, al ser un alimento muy nutritivo, además de las hojas. Crece tan rápido que cambia de piel a diario, y alcanza los seis centímetros de longitud durante estos 15 días.

Pese a su glotonería, no se trata de un insecto invasivo. De ahí que se permitan las sueltas en la Isla, pudiéndose mantener en cualquier jardín junto a otras plantas, sin temer a ser consumidas por la oruga, destaca el empresario.

En su fase final, segrega una pequeña almohadilla de seda, con la que se sujeta a ella con unos pequeños ganchos que tiene en sus patas posteriores, colgándose cabeza abajo. Poco a poco, y después de mucho retorcerse, se desprende de su última piel, apareciendo la crisálida por completo.

En este periodo, también llamada ninfa o pupa, la mariposa monarca es de color verde, con unas marcas doradas que le sirven para evitar a los depredadores.

El paso de oruga a mariposa es unos de los hechos más sorprendentes de la naturaleza y se llama metamorfosis. En este proceso, la mariposa se va transformando en su interior durante 10 días. En sus últimos días, su piel se va transparentando, dejando ver a la mariposa en su interior a simple vista.

Cuando el insecto ha completado el proceso y está preparado para nacer, empieza a bombear fluidos hacia la cabeza y el tórax. Esto hace que la envoltura de la crisálida se rompa en los pun- tos más débiles, de modo que se va abriendo paso con las patas. Una vez que ese 'ropaje' se ha abierto, el proceso se acelera. La crisálida se abre y deja salir a la mariposa, comenzando la cuarta y última fase.

El insecto sale de la crisálida con una imagen que se asemeja a las cucarachas, y su cuerpo cuelga por completo sujetándose con sus tres pares de patas.

En este punto la mariposa está blanda, con sus alas encogidas mojadas y arrugadas. Pero paso a paso comienza la extensión y secado de sus alas bombeando sangre hacia ellas, con la cabeza hacia arriba para aprovechar la fuerza de la gravedad y extender sus arrugadas alas.

Después de unas dos horas está totalmente seca, con unas medidas que van entre los 8 y 13 centímetros de envergadura.

A partir de entonces, el insecto ya está preparada para su primer vuelo, que le llevará directamente a su primera comida. Sus colores simétricos (blanco, naranja y negro) advierten de nuevo, como en las fases anteriores a casi todos sus depredadores, sobre su toxicidad y mal sabor.

Juan Rodríguez apunta que la monarca está establecida es Canarias desde el año 1804. Y las leyes españolas prohíben la cría de esta variedad de mariposa en cautividad sin unos permisos especiales, como los que él tuvo que obtener, al tratarse de una especie protegida y estar catalogada como vulnerable en la escala de peligro de extinción.

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