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Moya Encuentro Canario de la Mujer Agraria

Cabrera: "La mujer rural dedica el doble de tiempo"

"El 75% de las mujeres aparecen solo como ayuda familiar en las explotaciones agrarias y no como titulares", afirma la profesora de psicología y Sociología de la ULPGC

Nasara Cabrera Abu, profesora de Psicología y Sociología de la ULPGC. QUIQUE CURBELO

Usted inaugura hoy el encuentro de mujeres rurales en Moya impartiendo una charla y un taller. ¿En qué consiste?

Se trata de una reunión vivencial para que a través de ella las mujeres tomen conciencia sobre la situación de las mujeres en el sector agrario, cuáles son los principales problemas y obstáculos para mejorar esas condiciones y la necesidad de posicionarse, unirse, organizarse para mejorar esa situación.

¿Aún no existe un estatuto para las mujeres del campo?

En Canarias no. En el País Vasco sí y nos hemos basado en él para hacer el de Canarias. Hemos visto las medidas que han llevado a cabo y lo ideal sería tener un estatuto como lo tienen en el País vasco, pero, si no, al menos debemos avanzar en medidas concretas como en Castilla-La Mancha, donde no los tienen pero han tomado medidas para mejorar la situación de las mujeres en el sector agrario.

¿Qué tipos de medidas se podrían incorporar en la islas?

Son muchísimas y diversas. Tienen desde la igualdad de trato, acciones positivas, ayudas y seguridad, medidas para la igualdad de oportunidades, para la integración, el derecho a acceder a la titularidad por parte de las mujeres, fomento de la filiación de las mujeres a la Seguridad Social, la participación en el sector público, social y político, la promoción del empleo por cuenta ajena en el sector agrario, priorizar la contratación y promoción profesional en las mujeres, medidas destinadas a la conciliación responsable, el derecho a la protección de su salud en el trabajo, protección contra la violencia hacia las mujeres y el abuso sexista, derecho a recibir una formación adecuada a sus intereses y necesidades, prioridad en la capacitación agraria y en el acceso a cursos, formación en igualdad, coeducación, perspectivas de género por la igualdad, reconocimiento de su trabajo y una comisión de seguimiento. Todo esto lo tiene el estatuto del País Vasco para implantar estas medidas en el sector.

¿Las mujeres del mundo rural han estado abandonadas?

El problema básico radica en la tradicional división sexual del trabajo, en el que las mujeres se han encargado de las tareas reproductivas y los hombres de las productivas, siendo a las productivas a las que se les da importancia porque vivimos en una economía capitalista enmarcada en las instituciones centrales. Es cierto que las mujeres hasta ahora, creo que en un 75% a nivel estatal, aparecen solo como ayuda familiar en las explotaciones agrarias y no como titulares. Esto hace que estas mujeres no tengan ciertos derechos sociales, jurídicos y económicos, como por ejemplo acceder a una pensión de jubilación, tener independencia y solvencia económica, y de ahí que su trabajo esté invisibilizado.

Hay un porcentaje alto de campesinas que no tienen regularizada su relación con la Seguridad Social, por lo que se verán perjudicadas en sus pensiones.

Claro. La cuestión es que la comunidad autónoma ha habilitado un registro para que se registren las titularidades compartidas, pero si esto no va acompañado de una buena difusión y sensibilización entre la población a la que se destina esta medida, evidentemente esto no va a a tener ningún efecto.

Será necesaria la implicación de las instituciones.

Sí, bueno, lo que hay que hacer es una buena labor de difusión. No tiene ningún sentido ejecutar una medida para que después no se entere nadie. Lo ideal sería que llegara al sector y que además tenga una sensibilización sobre la importancia de registrarse.

A veces las propias mujeres no valoran suficientemente su propio trabajo.

En estos momentos la subsidiariedad del trabajo femenino se encuentra en los valores que aún perviven en la sociedad patriarcal y en no darle la importancia a la labor que realizan las mujeres, de la misma manera que no se ha dado importancia al trabajo reproductivo que realiza la mayor parte de las mujeres, no solo del sector agrario sino del mundo en general. De ahí viene una baja autoestima o desvalorización de las tareas y actividades que hacen la mujeres, que no deja de ser trabajo. Ya no solo el que realizan dentro del sector, que es trabajo productivo, sino también en el reproductivo.

¿Las mujeres del campo trabajan más que los hombres?

Sí, las mujeres en general dedican más del doble de tiempo a trabajos domésticos y de cuidados que los hombres. Esto por su parte les quita no solo tiempo de ocio y libre, sino que también les impide organizarse, asociarse, relacionarse con otras mujeres en la misma situación y por lo tanto ser conscientes de la desvalorización que tiene su trabajo.

¿Se puede decir que sufren una discriminación múltiple por ser trabajadoras del campo?

Evidentemente en el mundo rural está más intensificada esa desvalorización por cómo está de mal valorado el sector primario en Gran Canaria. Si además son mujeres en condiciones precarias, no reconocidas o no visibilizadas en un sector que ya de por sí está precarizado y algo abandonado, su situación empeora triplemente.

Eso hace que también las mujeres rurales apenas tengan la titularidad de las explotaciones.

Exactamente. Por eso digo que a esas medidas hay que acompañarlas con una sensibilización porque de lo contrario la situación no dará avisos de cambio.

Para el cambio de roles deben implicarse tanto las mujeres como los hombres.

Claro, por una cuestión esencial: a los hombres también les beneficia inscribirse en la titularidades compartidas junto a sus parejas porque evidentemente ellas tendrán beneficios económicos que al final redundan en la economía familiar. Siempre seguimos teniendo el mismo problema, no solo cuando hablamos del sector primario. Todavía no se ha llevado a cabo un verdadero reparto de las tareas reproductivas, que siguen estando en manos de las mujeres principalmente. El problema no lo va a resolver un registro.

¿La concienciación y la mentalización son esenciales porque en las sociedades rurales hay más conservadurismo?

Bueno, yo no diría eso, no tiene por qué ser así. Otra cosa es que hablemos de un sector tan específico donde hay un envejecimiento de la población, pero también hay jóvenes que se dedican a esto o gente mayor que sí reparte tareas. Yo no haría una afirmación tan drástica, pero sin educación y sin sensibilización no se consigue absolutamente nada.

¿Los hombres se implican suficientemente para acabar con esa situación injusta?

Bueno, hay de todo. Tampoco creo que sea que los hombres no lo entienden. La cuestión es que se comprende en general en la sociedad, pero el problema está en el grado de implicación y responsabilidad que asume después cada persona en esto. Hay ciertos hábitos que son muy difíciles de cambiar porque están muy arraigados a la sociedad. Lo que ocurre es que a veces las leyes van mas rápido que los cambios sociales.

¿Las sociedades rurales son más tradicionales, patriarcales y machistas?

No he visto ningún estudio que afirme tal cosa, por lo que prefiero ser más cautelosa en ese sentido. No creo que el problema es que el mundo rural sea más machista y patriarcal que el urbano, no lo sé. Habría que ver hasta qué punto, porque también es una cuestión generacional. Tampoco podemos echar la culpa al entorno rural, no creo que sea así.

Las nuevas generaciones de mujeres campesinas tienen con otra mentalidad.

Tiene que ver más con otras variables, como el nivel educativo y las generación. La gente más joven tiene otra mentalidad que va cambiando lentamente. No hablamos de una profesión lineal que vaya a mejor, pero tiene que ver más con otras variables. Es lo que marca la diferencia.

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