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I Encuentro de la Mujer Agraria Moya

El campo se escribe en femenino

El primer Encuentro de la Mujer Agraria descubre a trabajadoras que con imaginación y esfuerzo logran productos únicos

Tamara Cruz Ralph, (1983, Las Palmas de Gran Canaria), forma parte de la nueva Asociación de Mujeres del Mundo Rural CERES-Canarias, grupo que con el Cabildo y el Ayuntamiento de Moya han organizado para este fin de semana en la villa un primer Encuentro de la Mujer Agraria con talleres, charlas y exposiciones para divulgar y hacer visible el trabajo de la mujer en el sector primario.

Entre esas actividades se encuentra la visita a las instalaciones de Bodegas Mondalón, realizada ayer sábado, y que se encuentran a pie del Pico Bandama, propiedad de la familia Cruz y que gestiona Tamara con su padre, Juan Manuel, participando y dinamizando un sector agrario del que "se puede vivir", según la bodeguera, "siempre y cuando sea un caminar de mucho tiempo implantando nuevas formas de promoción, innovación y producción".

Tamara Cruz aúna en los viñedos una formación que le ha ayudado a añadir un valor extra a los propios cultivos y caldos. Tras estudiar Turismo, en Dirección de Hotel, también se especializó en Turismo Rural. Habla alemán, francés y es bilingüe en español e inglés, por vía materna. Además es terapeuta y quiromasajista, algo esto último que también ha sido capaz de adaptar al vino.

La historia de Mondalón la comienza su padre hace unos veinte años a cuenta de un vecino de Texas que poseía un lagar en la zona, al que iban a pisar poco a poco la uva, pero en la misma proporción creciente de la curiosidad que luego se convirtió en un pequeño depósito, y finalmente en unos "piques" a ver quién producía el mejor vino.

Lo que empezó en 1995 con 300 litros de producción anual, trajinados en un garaje y sacando adelante la cosecha con la ayuda de unos amigos, se ha convertido hoy en una capacidad de producción de 40.000 litros con diez diferentes referencias.

Esto en cuanto al 'líquido' propiamente dicho, porque de aquella condición de terapeuta de Tamara nace después una línea de cremas faciales a partir del vino, el aloe y el aceite de aguacate.

Pero no fue un mixturar al tiento. El empecinamiento de Tamara Cruz, la llevó a un laboratorio de Arinaga que comercializa los productos de Aloveria Canaria, y conjuntamente con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que puso el laboratorio, "se hizo la formulación hasta dar, tras seis meses de muchos intentos, con el producto adecuado".

Esta iniciativa se ha convertido en una línea cosmética, "de gama media-alta que se comercializa bajo la marca Mondalón, y con su crema de día, antiedad, y de noche, regenerativa, para estar estupendos por dentro y por fuera", sentencia Tamara Cruz a la misma velocidad que produce ideas.

Como las catas comentadas o también a ciegas que regularmente dan vida a sus instalaciones bodegueras, y que colman una agenda de trabajo que incluye las propias labores del campo, como la recolección o la poda, o el trasteo con el vino y su embotellamiento.

Son, según temporadas, semanas a piñón, aunque según explica Cruz el hecho de tener una experiencia laboral en empresas ajenas le permite diferenciar un trabajo por cuenta propia, en el que, "no solo creas, sino que lo haces para casa, lo que implica que nunca parece ser mucho el trabajo. Es duro en su parte física, sí, pero muy satisfactorio y merece la pena".

Hacer piña

Por si fuera poco se ha añadido al proyecto Ceres, "porque soy muy inquieta", y en el sector agrario la mujer, "lo tiene bastante complicado aunque se va abriendo. De hecho de las 72 bodegas de la Denominación de Origen Gran Canaria, cuatro o cinco ya están representadas por mujeres, y ojalá que sean más porque al hacer piña pensamos de manera parecida".

De momento, la Asociación de Mujeres del Mundo Rural que fue creada, entre otras, por María del Carmen Pérez, quesera de Moya y que preside el grupo, les permitirá "gestionar gracias a la ayuda de las instituciones, la casa del queso de Montaña Alta, "un punto muy importante", según Cruz, "mientras que este fin de semana en la villa norteña servirá de marco para sentar las bases de la nueva asociación".

Además se proponen poner sobre la mesa, "los problemas del mundo agrario que afectan de manera especial a las mujeres, el cómo distinguirnos, y reforzar nuestra imagen con una marca que nos represente en las islas para difundir, comercializar y vender nuestros productos".

Una gama de productos que, dada la diversidad del sector primario de las islas y el número de participantes en el nuevo grupo, resulta bastante amplia, desde setas ecológicas a flores, "a otros elementos de lo más originales", afirma la bodeguera.

El papel de la mujer en el campo, añade, aún mantiene ciertos estereotipos pero que poco a poco se van rompiendo. Asegura que cuando organiza las catas comentadas y se presta a dar la charla, "no se esperan a un mujer y encima joven. Algunas veces creen que soy una azafata, alguien que ha sido contratada porque sabe idiomas. Al final cuando les explico que no, que soy la bodeguera, se quedan extrañadas. Supongo que nos iremos librando de estos conceptos a base de sudor".

Pero también de ir encuadrando en las administraciones un marco no solo legal sino también social, para reconocer y dar seguridad jurídica a las mujeres que optan por la economía agraria.

Este es, de momento, el principal objetivo que se han marcado en las jornadas que culminan hoy en la villa de Moya, para disponer luego de unos estatutos como los que cuentan en el País Vasco.

Hoy a primeras horas de la tarde se redactarán las conclusiones en la casa de la cultura de Moya sobre este primer encuentro que ha disfrutado de la presencia de especialistas para ir perfilando actuaciones. La cita concluirá hoy domingo sobre las dos y media de la tarde, con un almuerzo en el Anfiteatro municipal.

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