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San Bartolomé de Tirajana

La falta de visitantes a la necrópolis de Arteara hace inviable su gestión

El yacimiento cerró el año pasado con solo 4.200 usuarios

Uno de los tesoros más antiguos del barranco de Fataga, la necrópolis de Arteara, adolece de admiradores. A pesar de ser con 809 tumbas el cementerio aborigen de mayor entidad de Gran Canaria, por sus senderos apenas transitan visitantes. El enclave cerró el año pasado con solo 4.200 usuarios frente a los 54.190 que recibió la Cueva Pintada de Gáldar. La empresa adjudicataria de la explotación del yacimiento, Arqueocanaria, pide ayuda al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y Cabildo para aumentar la promoción de los valores históricos del paraje entre turistas y residentes canarios ante la inviabilidad económica que presenta la gestión.

A 400 metros sobre el nivel del mar de Maspalomas, el macizo de Amurga protege desde hace siglos un lugar sagrado para la cultura prehispánica. El cementerio de Arteara, que entre sus joyas custodia la denominada Tumba del Rey, se encuentra escoltado por el palmeral del barranco de Fataga y un caserío que representa los valores etnográficos de la Isla. Goza desde 1973 de protección institucional como Bien de Interés Cultural, sin embargo, sus bondades históricas no terminan de atraer la atención de los turistas.

En noviembre de 2014 el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, que comparte con el Cabildo parte de la titularidad del enclave, adjudicó a la empresa Arqueocanaria S.L la gestión y la conservación de la necrópolis por un período prorrogable de cuatro años.

En 2011 el enclave había experimentado varias mejoras en sus casi 140.000 metros cuadrados de superficie, con la colocación de nuevos paneles en el recorrido y la ampliación del centro de interpretación. Hasta entonces el recinto "funcionaba de manera puntual".

Con la entrada de Arqueocanaria se consiguió dar un nuevo impulso al recurso cultural, que con el tiempo ha ido perdiendo fuerza.

Cuenta la codirectora de la concesionaria del servicio, Consuelo Marrero, que en un principio la filosofía del modelo de gestión del recinto se basaba en el "autoabastecimiento" a través de los ingresos que genera la venta de entradas y objetos de la tienda de regalos. La tarifa anual de acceso a la excavación, regulada en los pliegos de la adjudicación, asciende a cuatro euros para turistas y residentes. La ventaja que otorga esta cuota al visitante canario, en comparación con el extranjero, es que el residente podrá volver cuantas veces quiera al enclave a lo largo del año sin tener que pagar de nuevo. "Es una manera de fidelizar al visitante local y animarlo a que en las próximas veces regrese acompañado de su familia y amigos", desveló Marrero, en una jornada dominical en la que apenas pasaron por Arteara una decena de visitantes foráneos. Para los jubilados y los estudiantes el precio se reduce a dos euros y para los escolares del municipio, la entrada es gratuita. Además, como esta misma empresa gestiona también la necrópolis de Maipés en Agaete, Cenobio de Valerón en Santa María de Guía y La Cañada de Los Gatos en Playa de Mogán, ofrece a sus clientes un bono de 10 euros que incluye la visita a los cuatro yacimientos.

Sin embargo, con el paso del tiempo la realidad ha superado a la teoría y la empresa lucha para no llegar a final de mes con la soga al cuello. Las instalaciones de Arteara recibieron 4.200 visitantes en 2015. Y aunque las previsiones para este año se presentan ligeramente más halagüeñas -hasta verano se han registrado 3.527 usuarios- el futuro del enclave está sujeto a la puesta en marcha de medidas que incrementen la afluencia de turistas.

Muchos de los extranjeros que se detienen en el pago sureño, en su ruta al interior de la Isla, son senderistas que al llegar a las puertas del yacimiento prefieren continuar con su camino por el barranco hasta Maspalomas a pagar por entrar en el enclave. Si a este obstáculo se le añade que las agencias de viajes no contemplan en sus itinerarios la oferta histórica del recinto, muy difícilmente las cuentas saldrán en positivo. De hecho, desde el mes de julio la concesionaria ya se ha visto obligada a reducir el horario de apertura para equilibrar su saldo mensual.

Es por ello por lo que la empresa, según señaló Marrero, ya le ha trasladado tanto al Cabildo como al ayuntamiento la necesidad de buscar fondos para incrementar las acciones de promoción del paraje. "Desde el reparto de folletos en los hoteles hasta la interacción con las redes sociales, pasando por las ferias y la organización de actividades dentro del recinto como pueden ser conciertos o recitales de poesía", apuntó Marrero.

Asimismo, otro de los desafíos a los que se enfrenta la gestión de Arteara es la mejora de su vigilancia. En solo dos meses, el yacimiento a sufrido dos robos. En agosto los intrusos se llevaron 200 euros de caja así como objetos de artesanía y bisutería de la tienda de regalos. En este mes de octubre, el inventario de los souvenirs volvió a perder varios bienes. La falta de ingresos de la empresa hace que no pueda asumir la compra de cámaras o personal de vigilancia.

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