La Provincia - Diario de Las Palmas

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I Encuentro de la Mujer Agraria Moya

Mujeres con el sacho en alto

El primer encuentro de trabajadoras del campo se salda con un demoledor análisis de la realidad del sector

El alcalde de Moya, Poli Suárez, entrega un reconocimiento a la quesera Juana Reyes Pérez, de Fontanales, ante el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y de la COAG, Rafael Hernández. JONÁS OLIVA

Medio millar de mujeres trabajadoras del campo, procedentes de las ocho islas canarias, vivieron un fin de semana dedicadas a analizar los problemas que afectan al sector primario y las dificultades añadidas que, por su condición de mujer, lastran el desarrollo de la agricultura en el Archipiélago.

Agrupadas en torno a la Asociación de Mujeres del Mundo Rural CERES-Canarias, las participantes diseccionaron, isla por isla, los principales obstáculos que afectan a cada una de ellas pero que son 'exportables' al resto de la región.

Así, Ysaura González, apicultora y secretaria de CERES, recoge que en la isla de El Hierro, un territorio que pretende potenciar la agricultura ecológica se encuentra con fincas de grandes extensiones dedicadas a la piña tropical que contaminan a los cultivos que pretenden prosperar sin el añadido de elementos químicos.

En La Gomera el golpe al sector viene de la mano ya no de la doble, sino de la 'triple insularidad' y la carestía del transporte de los insumos, como los propios envases. De La Palma se relata una circunstancia extrapolable, la de las dificultades de acceso a internet en los lugares más alejados, lo que dificulta tanto la promoción de los productos, como el disponer de la información que afecta a los productores, como ocurre con las subvenciones o las ayudas puntuales.

De Tenerife se reportó un elemento de género que no es exclusivo de la isla vecina, o del cómo los hombres copan la titularidad de las explotaciones aunque la trabajen las mujeres, al punto que son los que acuden a las reuniones y a cualquier otro tipo de trámite.

En Gran Canaria el mayor obstáculo lo representa la dificultad de los jóvenes para emprender una explotación agraria, "con 50.000 trabas", ilustra González, impuestas "por unos bancos que exigen hipotecas imposibles, unas ayudas que siempre llegan tarde y una falta de fluidez en la comunicación que hace inviable el diálogo y la interacción con las instituciones".

En Fuerteventura, isla quesera, resulta que son mayores las ayudas a la leche en polvo que a la producción local de leche, a lo que se añade la prohibición de instalar cartelería en las carreteras para indicar dónde se encuentran las queserías, cerrando así el paso a un turismo, tanto local como foráneo, que permitiría agrandar sus economías.

Y si bien en la cita llegaron participantes tanto de La Graciosa como de Lanzarote, ambas delegaciones subrayaron que padecen el mismo handicap, el de unos territorios altamente protegidos que están perdiendo su idiosincracia y formas tradicionales de vída a pasos agigantados. Lo ilustraba una graciosera con la prohibición que rige en sus aguas para la captura de determinadas especies o la lapa, convirtiendo así a un pueblo costero "en otra cosa".

Todas y cada una de estas barreras, si bien identificadas por islas, afectan en mayor o menor medida a su conjunto, con grandes denominadores en común, como el que se refiere a la falta de conocimiento que tiene la sociedad, y además en una tendencia creciente, con respecto al mundo agrario.

Tanto la secretaria regional, como la presidenta de la asociación, María del Carmen Pérez, lo resumían empezando por las aulas. "Se enseña a los niños a hacer plastilina, o se les forma para que sepan resolver fórmulas químicas, pero no se les inculca la importancia de la tierra, de los alimentos, de su entorno humano y natural. No se les dice que se llama primario porque es el más importante, del que se alimenta la población, y cada vez hay menos personas que estén informadas y formadas para dar vida al campo".

En este sentido asevera que la mujer tiene un papel trascendental. "Las mujeres alimentamos a nuestros hijos y tenemos que saber qué hay detrás de los alimentos y no conformarse con los tres productos que te ofrecen los supermercados. Deben conocer el porqué una miel mezclada en China vale 5 euros el kilo y el porqué una miel recolectada en Agüimes vale el doble. Y tener la posibilidad de elegir cuales son las mejores opciones". O conocer el mundo de "los transgénicos, o el de las multinacionales que patentan semillas que posteriormente son las únicas disponibles, que son luego las mismas farmacéuticas que te arreglan con sus medicinas"

Las participantes también son críticas con el papel de las administraciones. Reconocen la presencia y el esfuerzo de levantar las oficinas de extensión agraria, pero resulta que "muchos de sus técnicos no tienen ni idea de dónde están trabajando y no nos llega toda la información necesaria para convertir nuestras explotaciones en una actividad fluida y económicamente viable".

Pero como, según sostienen, "la mujer siempre ha estado trabajando en la tierra y tenemos mucho que decir", así que en el minuto dos tras esta cita se embarcarán en la tarea de lograr unos estatutos específicos de la mujer agraria como los que disfrutan en el País Vasco, algo con lo que trataran de llevar a cabo con el apoyo del Gobierno de Canarias.

Ayer al mediodía, al término del encuentro, la despedida incluyó alguna lágrima, en unas tres jornadas en las que han vivido sus grandes momentos, como el homenaje a la quesera Rita Suárez Quintana, de 83 años, y que aún sigue al cuidado de sus animales; la también quesera de Fontanales, Juana Reyes Pérez Arencibia, de 79 años; y a Dolores Gopar Alonso, de 54.

El próximo año se celebrará el encuentro de la mujer agraria en otra isla, pero prometen no olvidar "el cariño recibido aquí estos tres días, como en la visita que giraron a las Bodegas Mondalón, o en los restaurantes de la zona, como el Sibora, donde disfrutaron de sus almuerzos y reuniones, o las actuaciones desinteradas de grupos como el que protagonizó la obra de teatro La trastienda del señor Damián, con actrices de 82 años, o la charla de la escritora Ana Sicilia de Ganzo, así como el apoyo de sus instituciones, "como el Cabildo de Gran Canaria y especialmente del Ayuntamiento de Moya".

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