Ni siquiera tiene nombre, porque la persona que trataba de comerciar con él no se molestó en ponerle uno, pero el loro amazona cubano que fue incautado a comienzos de mes por agentes del Grupo de Medio Ambiente (Gruma) del Cuerpo General de la Policía Canaria comienza hoy una nueva vida en el aviario del centro Cocodrilo Park, que colabora con la policía autonómica cuerpo y con el Seprona de la Guardia Civil para acoger ejemplares decomisados por carecer de la documentación requerida o incautados cuando estaban a punto de ser vendidos de modo irregular.
Este fue el caso del loro. Su dueño trató de ponerlo a la venta a través de internet, pero carecía de la documentación que demostrara su origen. La especie a la que pertenece, conocida también con el nombre científico Amazona leucocephala, está incluida en el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites) y su importación está prohibida desde hace años, por lo que sólo los ejemplares cuya estirpe está certificada y se remonta a los animales llegados antes de la entrada en vigor de la norma son susceptibles de ser objeto de comercio.
En una especie de cambullón de los tiempos actuales, el origen más probable de esta ave está "en un barco y sirvió como moneda de cambio al llegar al puerto", señala Dioni Balser, responsable del centro que acoge a este y a otros cientos de animales llegados hasta aquí en condiciones similares.
Desde su llegada al centro de Los Corralillos tras ser localizado en Artenara, el loro fue mantenido en periodo de observación para comprobar su estado de salud y evitar potenciales contagios a otros ejemplares en caso de que portara alguna enfermedad. "Cuando lo recibimos no se encontraba en mal estado, pero era necesario que permaneciera fuera del recinto por si tuviera alguna enfermedad", explica Balser.
Nuevos compañeros
El loro sin nombre comenzará hoy una nueva vida en cautividad en Gran Canaria -el Estado no se plantea el retorno a sus países de origen de esta clase particular de 'inmigrantes indocumentados'- pero será en un recinto de casi 2.000 metros cuadrados y 11 metros de altura en el que convivirá con otros 12 loros amazonas, 15 loros grises y otros 18 guacamayos, además de ibis sagrados y cigüeñas que estaban a punto de ser sacrificadas en Tenerife. Al hablar del aviario al que está a punto de incorporarse el ave, Balser avanza que pronto podrá ser recorrido por los visitantes del parque: "Tenemos previsto abrirlo al público dentro de 8 días con la idea de poder contar las historias que hay detrás de cada una de las aves, víctimas del tráfico de especies".
El tráfico ilegal de especies protegidas tuvo un pico durante los momentos más crudos de la crisis económica, explica Balser, aunque a su juicio "ha habido bastante descenso en los últimos tiempos". Aun así, La situación ha mejorado un poco, pero el del loro amazona cubano descubierto en Artenara no es en absoluto un caso aislado. "Esta misma semana entraron a nuestras instalaciones 18 tortugas, un escorpión y un cocodrilo y ayer mismo nos llegó otra tortuga que trajo el Seprona", enumera el responsable de Cocodrilo Park.
