Más de 40 cargos electos del Cabildo de Gran Canaria, y los ayuntamientos de Artenara, Tejeda, Agaete y Gáldar, firmaron este miércoles la 'Declaración Risco Caído', una prueba de apoyo local único en los expedientes de la Unesco, que considera fundamental el respaldo de la población más afectada y las corporaciones locales para declarar un enclave como Patrimonio de la Humanidad.

En un acto de adhesión celebrado ante la colosal caldera de Tejeda, el documento fue rubricado por el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, quien reiteró la inquebrantable apuesta de la Institución insular por esta iniciativa que pone en valor el paisaje que Unamuno definió como "tempestad petrificada", así como por los alcaldes Roberto García, Francisco Perera, Juan Ramón Martín y Teodoro Sosa, además de cargos de los grupos políticos de las cinco instituciones porque se trata de una propuesta de toda la ciudadanía grancanaria.

Un camino que el inspector insular de Patrimonio Histórico José de León recordó que comenzó con un descubrimiento fortuito que ha dado pasos de gigante en solo cuatro años, ya que desde que su descubridor, Julio Cuenca, se percató de que aquella cueva usada por pastores que estaba casi cayéndose albergaba en realidad un misterioso calendario lunar y solar que marcaba con exactitud los equinoccios y solsticios, hasta la actualidad, se ha logrado no solo ejecutar trabajos para su conservación, sino ampliar el área del expediente e introducirlo en la Lista Indicativa Nacional, paso previo para su declaración como Patrimonio Mundial por la Unesco.

En estos cuatro años se ha avanzado también en los descubrimientos científicos de este templo arqueoastronómico que, por si fuera poco, además es un proyector audiovisual por el que los aborígenes legaron imágenes en movimiento, ya que el orificio por el que entra la luz del sol desde marzo hasta octubre, y después la luna, sirve para relatar una historia a través del recorrido que hace la luz por los grabados de la pared.

En definitiva, una auténtica joya arqueoastronómica "sin parangón en las 100.000 islas del planeta", elogió Morales, ya que el hecho de que este templo se encuentre en una isla lo hace aún más valioso porque representa la odisea de una población que desarrolló entre cielo y tierra una identidad propia, subrayó el consejero de Cultura, Carlos Ruíz, al dar lectura a la Declaración Risco Caído.

Paisaje cultural

El expediente en el que trabaja el Cabildo de Gran Canaria abarca, así, 17.364 hectáreas, 9.140 de ellas en Tejeda, 6.157 en Artenara, 1.776 en Agaete y 290 en Gáldar, cuyas poblaciones serán las más afectadas por el proyecto, aunque lograr el objetivo marcará un antes y un después que beneficiará al conjunto de Gran Canaria, que contará con una inigualable ventana al exterior para mostrar su valioso patrimonio cultural.

Y es que novedosa es también la elección de la figura de "paisaje cultural", que según el articulado de la Unesco hace referencia a la "sabia combinación de la obra del hombre y la naturaleza", un requisito que cumple la propuesta.

Comisión Nacional

Otro respaldo será la celebración de la Comisión Nacional de Patrimonio Histórico en marzo en Gran Canaria, apuntó Cipriano Marín, quien fuera responsable de la Comisión de Islas de la Unesco y director del expediente, de 500 páginas y 2.000 imágenes, y que considera que los pasos avanzan de forma determinante hacia el éxito de la declaración.

Marín explicó que se trabaja para demostrar todas sus virtudes y ello incluye que se trata de un territorio vivo que combina pasado y presente, cuevas, cultura aborigen y vestigios sagrados con la pervivencia de la transhumancia -Gran Canaria es la única isla canaria en la que aún se practica-, la cerámica tradicional, productos locales y sus espectaculares paisajes.

Por la riqueza que encierra, los pasos dados y el respaldo, los asistentes se felicitaron y el día fue calificado como histórico por el presidente del Cabildo, ya que por encima de cualquier ideología reinó el apoyo unánime al reconocimiento de una identidad colectiva preparada para darse a conocer al mundo aprovechando todo lo que le da el cielo: el sol, la luna, las estrellas, en definitiva, su maravilloso celaje.