El juicio que trata de resolver las responsabilidades penales por el accidente que que provocó a Muniya Rajani una paraplejia hace 13 años tras caer al vacío desde un puente en Puerto Rico continuó ayer con las declaraciones de los testigos citados por las partes. La vista, celebrada en la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria, sirvió para que los deponentes explicaran las condiciones en las que se encontraba tanto la zona donde ocurrieron los hechos como el propio puente desde el que se precipitó Rajani.

El sanitario que atendió a la víctima en el fondo del barranco explicó al tribunal que juzga a los responsables de las empresas promotora y constructora por un presunto delito de lesiones por imprudencia profesional grave que pudo entrar con la ambulancia "hasta la altura del puente" y que por la zona "pasaba todo el mundo". A preguntas de una de las defensas, el hombre que le practicó los primeros auxilios a Rajani dio su parecer sobre si el entorno del accidente era un lugar donde se estaban desarrollando obras. "Para mí era una zona abandonada", declaró.

Ayer también comparecieron los dos agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar de los hechos tras el accidente. El primero afirmó que "era una zona de obras" aunque expresó dudas sobre la existencia de señales que pudieran advertir acerca de los trabajos que estaban siendo realizados en la zona y tampoco logró recordar si se podía acceder a ella con vehículo. El segundo agente confirmó que incluso antes del accidente solían patrullar "sin ningún tipo de problema" por la zona por ser "de interés de muchos hechos delincuenciales" y dijo no recordar haber visto carteles que advirtieran del peligro en la zona. Un miembro de la Policía Local de Mogán que acudió al lugar de los hechos corroboró que se trataba de un lugar abierto al tráfico rodado y al paso de personas.

El estado del puente desde el que cayó la víctima y sus medidas de seguridad también ocuparon parte de las preguntas de las acusaciones y las defensas. Los testigos preguntados al respecto coincidieron al señalar que la única barandilla que salvaguardaba en aquel momento la altura de 10 metros que alcanza el ojo del puente estaba compuesta por unos listones de madera en los que se había engarzado una malla naranja de plástico. Cuando fue preguntado si las mallas estaban bien sujetas y podían evitar caídas, el segundo agente de la Benemérita respondió con un 'no' tajante.

Durante la jornada de ayer también prestaron declaración otros testigos. El primero fue Vijaykumar Rajani, hermano y tutor de Muniya, quien reconoció que la víctima había nacido con una discapacidad mental, pero que antes del accidente poseía cierta autonomía.

También compareció la persona que aquel día cuidaba de Muniya y reconoció que no tenía experiencia previa con personas con discapacidad mental. No aclaró por completo si la llevaba de la mano o sólo caminaba a su lado pero aseguró que habían estado pasando por el lugar durante semanas.

El resto de testigos del día eran familiares y empleados de las empresas de los acusados, así como el jefe de departamento de una aseguradora y el responsable de una asesoría laboral a los que la familia Rajani había solicitado presupuestos para una renta vitalicia y para a contratación de cuidadores. La vista continúa hoy con las declaraciones de los peritos.