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Tribunales

Un perito omitió incluir las secuelas estéticas de Rajani en su informe

La discapacidad psíquica que sufría la víctima antes del accidente centra el interrogatorio de los médicos

Un perito omitió incluir las secuelas estéticas de Rajani en su informe

En su informe de 2005 el médico forense Arcadio Raya, que declaró ayer por videoconferencia en la sala de lo penal número cuatro de la Ciudad de la Justicia de las Palmas de Gran Canaria, omitió incluir la valoración de las secuelas estéticas que ha sufrido Muniya Rajani a raíz del accidente en Puerto Rico. El experto olvidó ponderar el grado de deformidad que ha dejado la cicatriz en el cuerpo de la víctima tras caer por un puente en obras sin señalizar en la urbanización turística. La deficiencia psíquica que padecía Rajani antes de ocurrir la tragedia centró el interrogatorio de los peritos. Hoy culmina el proceso.

La valoración del daño estético que produce un accidente es algo "subjetivo", según recordó la cirujana María del Rosario Diez. Sin embargo, existen guías orientativas como la del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo que establecen baremos para ponderar el impacto que ha ocasionado en el paciente la aparición de este tipo de secuelas. En el caso de Rajani la caída que la ha postrado de por vida en una silla de ruedas le ha dejado secuelas "importantes" en la región lumbosacra, tal y como añadió ipso facto el perito Arcadio Raya durante la tercera sesión del juicio que busca responsabilidades penales entre los representantes de la promotora y la contratista de las obras que se cometieron en 2003 en la avenida de Las Palmeras de Puerto Rico sin las medidas de seguridad oportunas.

La lesión medular (paraplejia) que padeció Rajani al tropezar con la acera en obras y caer al fondo del barranco es "irreversible". Nunca más podrá deambular por sí misma. Sin embargo, según matizó Raya durante su interrogatorio, la "merma de expectativas de futuro" que crea este tipo de accidentes depende de la "personalidad" de cada paciente. "Hay quien compite en juegos paralímpicos y quien se queda postrado en una cama", concretó el perito antes de que uno de los abogados de la defensa le recordara que la víctima padecía un 81% de minusvalía psíquica antes del incidente.

La existencia previa de este trastorno cognitivo sembró la disparidad de opiniones entre los expertos. Algunos, como Raya, consideran que esta minusvalía condena a la víctima a depender de los cuidados de una tercera persona de por vida. "Las secuelas del accidente tendrán un mayor impacto en este paciente y, por tener menos capacidad de defensión que el resto de la sociedad, puede que le lleve a una vida contemplativa sin expectativa alguna", agregó.

Otros especialistas, como el médico del Hospital Insular, José Luis Méndez, considera que si bien una lesión medular "siempre cambia la vida del paciente" puede que con el "adiestramiento oportuno" la víctima pueda hasta "ponerse las sondas ella misma" en el caso que tuviera problemas de control de esfínteres. La discapacidad intelectual para Méndez no está ligada a las necesidades de cuidado que requiere Rajani tras sufrir el accidente. "En cualquier caso serían las mismas: dos personas que estén a cargo de la paciente las 24 horas del día", tal y como lo reflejó en su informe.

Para la doctora Diez, no cabe duda que la paciente "necesita ayuda de otras personas para realizar las actividades básicas de la vida cotidiana". Aunque estos cuidadores no necesiten estar en posesión de una titulación superior para desempeñar esta labor, la especialista reiteró la necesidad de la paciente de recibir supervisión durante "todo el día". Además de los gastos derivados de los cuidados que necesitará de por vida Rajani (personal y material), la indemnización que pide su abogado, Luis María Hidalgo, incluye también los costes que le han supuesto a la familia adaptar la vivienda a las necesidades de la víctima. El tutor de Rajani, su hermano Vijaykumar, tuvo que invertir más de 26.000 euros en la construcción de un ascensor que conecte la calle con su apartamento, ubicado en un segundo nivel de altura, y otros 30.000 euros en adecuar el cuarto de baño. El juicio culmina hoy con la lectura de las conclusiones de las partes. Se espera el veredicto para antes de que acabe el año.

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