Gran Canaria acogerá en marzo de 2017 la próxima Comisión Nacional de Patrimonio de la Unesco, en la que se decidirá si España eleva al organismo internacional su petición para que Risco Caído y los Espacios Sagrados de La Montaña sean declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Este encuentro supone un paso trascendental para coronar un proceso que se inició hace cuatro años, tras la presentación de la sorprendente cueva que marca con un haz de luz solar el paso del tiempo, un marcador astronómico descubierto por el arqueólogo Julio Cuenca, y que culminaría, de tener éxito, en 2019 con la citada catalogación. Una expectativa que, en lo más alto de la Isla, se vive como un reto que podría marcar el antes y el después no solo para la comarca, sino para toda Gran Canaria.
Como así ocurre en otros puntos. Es el caso de la declaración de la Sierra de Tramuntana, en Mallorca, como Patrimonio Mundial hace cinco años. El exdirector del Consorcio Serra de Tramuntana, Bartolomeu Deya Canals, explica que se trata de una zona que, a semejanza de la grancanaria, es eminentemente agrícola, y que su declaración ha supuesto, a pesar de su corto recorrido temporal, "un granito de arena" para su desarrollo y un aliciente para una isla que, al contrario que en Canarias, vive medio año sin sol ni playa. Además permite potenciar su agricultura, que atesora entre otros unos olivos milenarios, y la conservación del paisaje. Todo ello con unos turistas motivados a visitarla, ya que conocen de antemano esta catalogación, "lo que es bueno no solo para Tramuntana, sino para Mallorca en su conjunto".
Un tanto de lo mismo ocurre hoy con Tejeda, que estrena desde 2015 su condición de miembro del club de los pueblos más bonitos de España. Su alcalde, Francisco Perera, se confiesa "sorprendido" por el efecto de esta catalogación, con "una afluencia que se ha multiplicado por cien". Llega incluso a calificar el fenómeno como "una cosa anormal, consecuencia de un impulso divulgativo incalculable". Por ello considera que si llega a buen puerto la declaración de Patrimonio de la Humanidad, "se puede incrementar mucho más porque la Unesco no es cualquier cosa y se darán a conocer nuestros valores a nivel mundial".
Apunta que el turismo de interior es más selectivo y busca alojarse en viviendas rurales, o practicar deportes de naturaleza". Son visitantes que demandan hospedaje, "y se ha multiplicado el número de casas que se ofrecen en alquiler, y las mesas de los restaurantes que piden al Ayuntamiento ocupar más terraza, o nacen iniciativas como una empresa de bicicletas, además de dos nuevas tiendas de recuerdos y otra de artesanía". En definitiva, "que ahora hay interés por invertir aquí arriba".
Lo mismo piensan en Artenara, cuyo alcalde, Roberto García, se ha puesto con su grupo de gobierno, manos a la obra. Es el municipio anfitrión de la joya de la corona, Risco Caído, y acogerá a la bautizada como Neocueva, una réplica exacta del monumento que el Cabildo quiere inaugurar en el primer trimestre de 2017.
García tiene "la seguridad" de que llegará la catalogación, "y estamos preparando Artenara". Lo hace, entre otros, con dos grandes proyectos. El primero es un hotel de montaña, que estaría situado junto al restaurante La Cilla y con una oferta alojativa de entre 25 y 30 camas. La segunda propuesta consiste en la creación del Parque Medioambiental de la Cumbre, situado entre Las Cuevas y Juncalillo, en el que se situaría un complejo multiaventura con unidades alojativas.
El alcalde también observa un mayor movimiento a raíz del descubrimiento. El Ayuntamiento se encarga de gestionar las inscripciones para las limitadas plazas que ofrece el Cabildo para visitar la cueva. "En solo 48 horas recibimos 400 solicitudes", ilustra García, quién cree que con la apertura del museo, en el que se resume el fenómeno de seis meses en solo diez minutos, "constituirá un gran aliciente para venir a Artenara".
Tanto que también se terminará la pensión municipal, que está finalizando su puesta a punto con otras trece habitaciones. A la que se sumará un albergue en Las Cuevas, además de presentar un proyecto para la Vega de Acusa para los aficionados a la astronomía, ello en un Artevirgo cuyo potencial astroarqueológico imprime el carácter diferencial del conjunto de los Espacios Sagrados de La Montaña. Tal es así, que en las recientes actividades nocturnas organizadas allí, "se nos han desbordado la demanda", al punto de necesitar cuatro noches para satisfacer a una única convocatoria.
Extremo cuidado
En este ambiente 'preUnesco' el presidente de la asociación empresarial Zona Tejeda, Ezequiel Cárdenes, considera la posible declaración una luz en el túnel para unos municipios que "carecen de otras posibilidades", pero subraya que deben extremarse los cuidades para que sea un desarrollo armónico con un medio que, recuerda, "es Reserva de la Biosfera".
Una declaración como la del Patrimonio de la Humanidad, supondría un "valor añadido que llega en una situación crítica" por el abandono del sector primario. Cárdenes detecta "una mayor implicación de emprendedores por instalarse aquí con productos derivados o servicios que demandan sus visitantes". Cree que hay que implementar rutas guiadas a los yacimientos e instalar 'ecocampings' de bajo impacto que ofrezcan hospedaje durante varios días.
Por su parte, el descubridor de Risco Caído, Julio Cuenca, estima que las expectativas no están desencaminadas. "La repercusión está garantizada", sentencia. "Los sitios donde existen bienes con esta categoría producen un turismo cultural que se mueve por el mundo", y resulta que "no estamos hablando de un yacimiento único como Risco Caído, sino de un bien que abarca toda la Caldera de Tejeda, con puntos como el Bentayga o Risco Chapín. De forma que los que quieran descubrir todos los lugares tendrán que pernoctar, comer y trasladarse con los medios de la zona. Esto dinamiza muchísicmo la economìa en un territorio deprimido y montañoso y con un sector primario que no está en sus mejores momentos".
Por este motivo considera que todas estas propuestas citadas, "son fundamentales para ellos". Cuenca califica el patrimonio arqueológico de Gran Canaria, y por extensión el de todo el archipiélago, "una reserva estratégica que, en mi opinión, no ha sido bien explotada, y con acciones de esta naturaleza se resalta a toda la isla y su conjunto en un listado que compartiría con las pirámides de Egipto, el monumento megalítico de Stonehenge, en Reino Unido, el Conjunto Arqueológico del valle del Boyne en Irlanda, o las cuevas pintadas de Altamira".
"Ahora bien", apostilla el arqueólogo, "no hay que olvidar que la declaración de la Unesco no es un fin en sí mismo, sino un medio para garantizar su protección, que es lo que se busca: su conservación para el disfrute de hoy, y el de las generaciones futuras".
