Un camarero de San Fernando de Maspalomas al que le falta poco para jubilarse y que prefiere mantenerse en el anonimato es el propietario de un boleto premiado con 131.607,73 euros en el sorteo de la Bonoloto realizado el pasado sábado. El anónimo ganador, que acertó cinco números y el complementario, es un cliente habitual del despacho Maspafotos, un establecimiento mixto de fotografía y loterías ubicado en la plaza de los Tulipanes de San Fernando.

No es la primera ocasión en la que este establecimiento, dedicado desde dos décadas y media al revelado fotográfico y que hace tres años amplió el negocio para vender apuestas del estado adquiriendo un despacho que hasta entonces se encontraba en el cercano centro comercial Bellavista, entrega grandes premios. En abril de 2013, al poco tiempo de convertirse en vendedor de loterías, despachó un premio de 100.000 euros en El Joker que fueron a parar a un turista toledano que adquirió el billete mientras pasaba unos días de vacaciones en el Sur de la Isla.

En diciembre de 2014, desde Maspafotos se distribuyó un número que fue agraciado con el cuarto premio en el sorteo especial de Navidad de la Lotería Nacional, aunque sus mayores premios han estado vinculados en la mayoría de las ocasiones a la quiniela futbolística. El 18 de enero de 2015 fue sellada en el establecimiento una apuesta que obtuvo 596.673 euros y tres semanas más tarde despacharon otra que logró 85.542 euros en este mismo juego. Además de estos premios recientes, el establecimiento ya había distribuido 65.675 euros y 62.898 euros en sendos sorteos de la Primitiva y la Bonoloto en 2010, cuando estaba ubicado en el centro comercial Bellavista y tenía otros propietarios.

La clientela de la tienda suele estar formada por trabajadores de los establecimientos hoteleros de San Bartolomé de Tirajana, además de turistas que están de paso y de extranjeros que han establecido su residencia en el Sur. El propietario de Maspafotos, José Miguel Rodríguez Alemán, no podía ocultar ayer su satisfacción por el premio entregado, y cruzaba los dedos para ser él mismo el agraciado en alguna ocasión.