Las agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que fue requerida por la unidad territorial de Las Palmas en 2014, para determinar la veracidad del testimonio del menor, que acusó de un delito de agresión sexual a Antonio Ojeda Bordón, destacaron ayer que el relato del pequeño ofrece una "credibilidad absoluta". Las dos agentes, que son también sicólogas, que declararon desde Madrid por videoconferencia en la Audiencia Provincial de Las Palmas, donde se celebró la tercera jornada del juicio contra el también conocido como Juan el Rubio, comentaron que un niño de 9 años, edad que tenía el menor cuando le tomaron declaración, dos años después de suceder los hechos, que ha sufrido abusos "no puede relatar con tanto detalle una secuencia tan larga".

Al cuestionar la Fiscalía el testimonio "mecanizado" que expuso la víctima el pasado lunes, cuando aseguró desde una habitación anexa a la sección sexta, que Ojeda fue la persona que el 12 de julio de 2012 le obligó a mantener relaciones sexuales en una chabola del barranco de Tirajana, las agentes argumentaron que se debe a que en este tiempo ha tenido que contar muchas veces lo que vivió. Además, estas expertas en el análisis de los testimonios infantiles en casos de abusos sexuales, rechazaron, cuestión que también le planteó el ministerio público, que la víctima pudiera inventarse la historia, puesto que no tenía conocimientos sobre sexo ni había accedido a vídeos con este tipo de contenidos.

"El cerebro no funciona como un vídeo, la memoria permite que nos acordemos de los hechos, pero también rellenamos huecos, y eso explica ciertas incongruencias", subrayó una de las sicólogas ante el tribunal, presidido por el magistrado Emilio Moya.

Justificar que desobedeció

Reconocieron las agentes de la unidad central de la Policía Judicial de la Guardia Civill, que desde que se creó en 1994 ha abordado 800 casos de abuso sexual a menores, que la víctima de Vecindario, que nunca ha dudado del lugar donde fue agredido sexualmente, sí que mintió cuando acusó al agresor de atarle de pies y manos, pero aclararon que lo hizo para "justificar que desobedeció a su madre" cuando al parecer, ante el ofrecimiento de Ojeda de regalarle una bicicleta le acompañó hasta la chabola.

"Introduce elementos defensorios porque él se da cuenta que ha desobedecido a su madre, por hacer caso a Ojeda y acudir hasta la chabola sin su permiso, y buscar justificar así ese sentimiento que tiene de culpa" remarcó una de las sicólogas.

Asimismo, insistieron las agentes que se trata de un niño que pertenece a una familia desestructurada, que no responde a lo que se espera ante una situación de abuso sexual ya que "nadie le protege" sino que le victimizan". Además, recordaron que la víctima se encuentra en situación de desamparo.

En este sentido, apuntaron que precisamente cuando se inventa también que el agresor le propinó un golpe en el ojo lo hace para demostrar a su entorno que intentó defenderse, y no quedar como cobarde, ya que hasta su propia abuela, que "le llama hasta maricón", le culpa de lo sucedido. "Es un superviviente de la vida" recalcó una de estas expertas en sicología infantil.

Ante las preguntas de la Fiscalía sobre como explicó el menor como fue la violación, explicaron que la víctima detalló como Ojeda, en la chabola, le sentó sobre sus rodillas, le agarró, y "le introdujo en la zona genital algo que le produjo un dolor intenso, y que en una escala del uno al diez llegaba al diez".

La abogada defensora preguntó a las agentes por qué intervienen en 2014 y no cuando ocurrieron los hechos en 2012, y reiteraron que la Guardia Civil cuenta con equipos de sicólogos en Gran Canaria, y que fue cuando se reabrió el caso cuando desde Las Palmas se reclama su participación dada su cualificación para realizar informes de credibilidad testimonial. Si bien esta unidad está especializada en menores de 7 años, apuntaron que si desde las dependencias territoriales lo reclaman actúan también en otros casos.

También puso en duda la defensa de El Rubio las acusaciones que hace el menor de que fue atado de pies y manos y recibió un golpe en el ojo, cuestiones que le aclaró el presidente de la sala, Emilio Moya, que ya habían sido respondidas.

Al preguntar el ministerio fiscal si Juan el Rubio amenazó al menor para que no revelara la agresión, las agentes de la Guardia Civil explicaron que el perfil de Antonio Ojeda no se corresponde con el de un pedófilo puesto que no exigió a la víctima que mantuviera secreto. "El pedófilo enamora al niño para que guarde secreto, mientras que el pederasta lo utiliza para satisfacer su necesidad sexual en un momento, y eso es lo que hizo el denunciado, actuar de forma oportunista", subrayó una de las agentes expertas en sicología infantil.

Tras casi una hora de videoconferencia, declararon ayer también los médicos forenses que exploraron al menor el 20 de julio de 2012, que dijeron que aunque el niño les contó que había sido forzado, y que le habían penetrado ocho días antes, no presentaba lesiones genitales, y a los requerimientos de la Fiscalía la abogada defensora de Ojeda, aseguraron que si las llegó a sufrir, fueron de carácter "leve", si bien precisaron que como no pudieron descartar que fuera violado recomendaron su examen sicológico.

Asimismo, se ratificaron en sus informes las dos forenses que lo evaluaron en 2013 y, posteriormente, cuando se reabrió la causa, un año después. En este caso, estas profesionales sostuvieron que el "testimonio del niño no había sido cien por cien creíble". Destacaron que el menor incurrió en muchas contradicciones e incongruencias, y fue adecuando sus repuestas, sin parecer estar afectado. Además , dijeron que su relato fue "escueto y carente de detalles", por lo que apreciaron que podía sufrir alexitimia, un trastorno sicológico caracterizado por la incapacidad de identificar y describir verbalmente las emociones y sentimientos. "No exterioriza, no reacciona a nada, no procesa un trauma", sentenció una de ellas.

Sin embargo, las agentes de la Guardia Civil habían rechazado este trastorno momentos antes, al preguntar la Fiscalía sobre si el menor pudo haber fantaseado o sufrir alexitimia. "El niño no es alexitímico, solo le cuesta hablar de sexo", respondieron sobre esto.

Por su parte, la médico que atendió al menor en el ambulatorio de Vecindario, el 19 de julio de 2012, comentó al tribunal que decidió remitir a la víctima al hospital al considerar "sospechosas" las lesiones que presentaba. Con todo, dijo que el menor no habló de dolor y le costó mucho hablar porque "no se centraba".

Aunque el presidente del tribunal quiso dar por concluida ayer la vista, finalmente decidió tras la exposición de todos los peritos, dejar para hoy la presentación de los informes finales de ambas partes, y la última declaración del procesado, en caso de que quiera ejercer el derecho a la última palabra.

Con todo, la fiscal mantuvo la pena de 13 años de cárcel para el también sospechoso de la desaparición de Yéremi Vargas, Antonio Ojeda Bordón, conocido como el Rubio, por la supuesta violación de otro menor de 7 años en su chabola de El Doctoral en julio de 2012.

La abogada del acusado mantuvo la petición de absolución. La fiscal, además, dejó sin determinar la tarde en que ocurrieron los hechos, que primero se fecharon en el 19 de julio, aunque señala que fueron con anterioridad a ese día.