Gran Canaria duele, en según qué sitios, por un paisaje degradado como consecuencia de "los efectos nocivos de un desarrollismo irracional practicado en pasadas décadas". Y por este motivo, el Cabildo de Gran Canaria ha sacado toda su artillería para involucrar a la sociedad y sus instituciones en la recuperación y reordenación de su territorio como un elemento imprescindible para proteger y potenciar las señas de identidad isleña, y garantizar una oferta turística de gran calidad.
Como un primer paso, y fruto de un proceso que lleva meses gestándose, la corporación insular ya ha puesto en marcha por un lado, un observatorio del paisaje, del que forman parte la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, las entidades empresariales, asociaciones ecologistas, artistas, y expertos, entre otros, y en segundo lugar actuará en el tajo sobre el entorno de la autovía del Sur -la GC-1-, elegido como entrante de este proyecto global por su condición de cancela de los millones de visitantes de Gran Canaria.
Posteriormente se rehabilitará y acondicionará cada recoveco susceptible de ser rehabilitado para hacer de Gran Canaria un lugar en el que se cumpla, "el derecho a disfrutar de un paisaje de calidad", según reza el Manifiesto que con fecha de ayer ha lanzado el Cabildo y al que pide adherirse a toda la ciudadanía.
Este manifiesto se difundía en el marco de la I Jornada de Paisaje de Gran Canaria, que reunió a 200 expertos y artistas en el museo Elder de la Ciencia y la Tecnología.
En ese marco, Antonio Morales, presidente de la Corporación, reconocía el inmenso trabajo que queda por delante, pero aleccionó a que la sociedad crea que se trata de una meta realizable, no sólo con la aportación de los ayuntamientos sino también con la de entidades como la asociación para la Defensa del Árbol y el Paisaje de Gran Canaria, a la que agradeció expresamente su colaboración.
Es el mismo objetivo que se ha trazado Inés Miranda, consejera insular de Política Territorial, ayer presente en las tres mesas de debate que se desarrollaron en esta primera jornada temática.
Miranda califica las jornadas como, "el punto de arranque visible para la sociedad de la preocupación por el paisaje de Gran Canaria porque, entre otras, se trata de nuestra seña de identidad".
Apuntó que el citado observatorio será "el motor que colaborará con los instrumentos técnicos para recuperar, en un primer momento, el paisaje que marca la entrada y salida del turismo porque se trata de una actividad fundamental, pero también para nosotros mismos ya que un mejor entorno implica una mayor calidad de vida y su derecho a disfrutarlo".
La expresión 'Gran Canaria duele' salía de la boca de una persona del público participante en una de las primeras mesas redondas del día, que hacía suya la consejera en la respuesta. "Al Cabildo también nos duele Gran Canaria", respondía, "y por eso mismo emprendemos estas acciones y medidas para que, doliéndonos, la mejoremos". Pero, para ello, reclamó "desde una mirada positiva, la concienciación ciudadana".
Entre los desafíos que implica este majo y limpio se encuentra la dificultad de actuar en las propiedades privadas, para lo que será necesario "llegar al consenso con los propietarios de fincas, solares y viviendas", algo que también ve posible "con comprensión y entendimiento". Al fin y al cabo la mejora de un espacio tiene efectos contagiosos. Lo dijo el artista Facundo Fierro ayer: "cuando se pinta cualquier fachada su propietario cambio el tendedero por una maceta".
En esta puesta en común también participaron el urbanista Juan Palop-Casado, el geógrafo Guillermo Morales, el fotógrafo Ángel Luis Aldai y el arquitecto Rafael Pedrero, así como los arquitectos Manuel Feo y Flora Pescador, el periodista Michel Jorge Millares, Rafael Molina Petit, de la asociación ADAPA, o José María Mañaricúa, en representación de la Asociación de Empresarios Hoteleros, y Carlos Gimeno por la Cámara de Comercio de Gran Canaria.
Las sesiones concluyeron con la entrega de premios del primer certamen I Concurso de Vídeos Express 'Imagina tu Paisaje' que ganaron Francisco Quiñones Pedraza y de Marina Nerea de Elejabeitia Molina con el primer y segundo puesto; y el reconocimiento póstumo a uno de los grandes valedores del paisaje, Jesús Gómez, al que Morales calificó como uno de los primeros promotores de las asociaciones civiles en defensa del entorno y de la palmera canaria.
