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Artesanía La nueva generación

"Quiero despertar los sentidos"

"En contraposición a la velocidad a la que vivimos, mi cerámica es como una invitación a pararte", destaca la ceramista Radha Andaluz

Radha Andaluz con una pieza de cerámica expuesta en la Fedac. J.C.GUERRA

¿Puede definirme su cerámica?

Es cerámica hecha en distintas arcillas a alta y baja temperatura, pero la verdad es que no tengo una línea definida. Tengo muchos temas funcionales y gastronómicos, de cocina, cucharas de cerámica. También tengo centros decorativos como vasijas con esmaltes cerámicos. Tengo una línea orgánica.

Es algo original e innovador.

Sí, son ideas y productos originales. Son todas piezas únicas, trabajadas a mano, sin tornos.

¿Hay un vínculo entre su cerámica y la decoración textil de Nira Aguado?

Mi cerámica se combina muy bien con sus piezas textiles.

¿Desde cuándo está metida en esto?

Lo llevo haciendo toda la vida porque mi padre es escultor y ceramista (Eduardo Andaluz). Lo hacía en casa porque tenía el horno, el taller y la facilidad para hacerlo. Luego me fui a vivir a Barcelona, estuve unos años sin hacer nada de esto y luego vine y empecé de nuevo.

Su obra es diversa y no es fácilmente catalogable.

Hay cosas mates y cosas con brillo. Hay diversidad en la obra.

¿El azul es el color por el que más se decanta en su obra?

Sí, es uno de los colores fundamentales. Los blancos mates también, y luego combinados con azul, verde, rojo.

También hace bisutería.

Sí, sobre todo conjunto de joyería: collares y pendientes.

Cuadros sí.

También hago cuadros y algunas esculturas de pequeñas dimensiones.

Sobre todo de inspiración aborigen y antiguas civilizaciones.

Se mezcla todo de las antiguas civilizaciones, que tienen muchas líneas en común: los celtas, los mayas, los aztecas? todos tienen algo en común. Hay vajillas que tienen un toque japonés.

¿Usted trabaja con absoluta libertad?

Yo hago las cosas con absoluta libertad. Para mí lo importante es que lo hago porque me gusta hacerlo. Es como un ritual. Pongo música, trabajo a mano, no a destajo, en un ambiente que me gusta.

¿Qué pretende con su obra?

Mi ambición es el despertar de los sentidos cuando alguien se lleva una pieza. No es lo mismo comerte una ensalada en un plato de plástico que comértela en un objeto visual agradable y con un tacto igual de agradable. Te desprende algo ese material noble.

Hay que saborearla.

En contraposición a la velocidad a la que vivimos, mi cerámica es como una invitación a pararte. Si te tomas un café en una taza mía es para que la disfrutes, para que la toques, la mires, te recrees. El café te huele y sabe diferente. Es como una invitación a disfrutar de lo cotidiano.

¿Cómo trabaja?

Tengo un taller y vendo por Internet a través de Facebook o Instagram. Me contactan como Radhazul y por suerte después de estos años tengo una clientela y mucha gente nueva te va conociendo a través de ferias, de las redes sociales o del boca a boca.

¿Se puede vivir de esto perfectamente?

-No, perfectamente nada. Nada de nada. Es complicado, al menos a mí me lo resulta. Vivo de esto, no tengo otra fuente de ingresos. No tengo rentas ni vivo de papá y mamá. Me rompo el lomo trabajando, aunque lo hago a gusto.El año pasado saqué una vasija que yo hice y mis hijos la pintaban.

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