La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

San Bartolomé de Tirajana

Tirajana, tierra de nobles y villanos

Una empresa familiar reabre las puertas del Mundo Aborigen tras dos años de abandono

Los carteles informativos del pueblo aborigen están traducidos en cuatro idiomas. SANTI BLANCO

A 500 metros de altura sobre la costa de Maspalomas, el tiempo se detiene. Las agujas del reloj retroceden a tiempos de harimaguadas y guanartemes, donde no existían ni por asomo hoteles ni centros comerciales. Solo cuevas, chamizos y corrales. El Mundo Aborigen, que rescata con más de 30 escenas las costumbres prehispánicas, reabrió ayer sus puertas al público de la mano de una empresa familiar del municipio de San Bartolomé de Tirajana. Las instalaciones del parque temático permanecían cerradas y "abandonadas" desde hace casi dos años. La iniciativa amplía la oferta turística del Sur con nuevos animales y una muestra del salto del pastor. Tras 35 años en el mundo de la hostelería, María del Pino Guerra quería dar un giro a su actividad profesional. Siempre había tenido en mente abrir su propio negocio, pero nunca había encontrado el momento idóneo. En junio del año pasado, tras dos años en paro, decidió lanzarse a la "aventura" y apostar por un proyecto que combinara "tradición, ocio y turismo". No tuvo que recorrer muchos kilómetros para encontrar su oportunidad. En la carretera de Fataga, en la senda turística hacia el interior de la Isla, los habitantes del Mundo Aborigen esperaban su llegada con anhelo. Los 120.000 metros cuadrados que ocupa el parque temático permanecían cerrados al público desde hace casi dos años. "Una pena", pensó Guerra, porque se ubica en un enclave "estratégico e ideal" para difundir "nuestro legado histórico" entre los casi tres millones de visitantes que recibe al año San Bartolomé de Tirajana. Tras alcanzar un acuerdo de arrendamiento con el propietario del enclave por un periodo de cinco años, comenzó con apoyo de su marido, Gerardo Perera, sus hijos y hermana los trabajos de restauración de las instalaciones. Las piezas que componen el pueblo canario necesitaban algo de "maquillaje", los rediles y los jardines nuevos inquilinos y tanto la cafetería como el restaurante una nevera llena de productos de la tierra. A la aldea prehispánica no tardaron en llegar nuevos vecinos: dos burros, dos pavos reales, un grupo de ovejas pelibuey y una familia de cochinos negros. Los caminos que llevan al Tagoror (consejo de autoridades) ganaron algunos ejemplares de retama, tabaibas y cardones. Los alrededores del terrero de lucha, nuevas sillas y la casa del Guanarteme, algunas pintaderas de barro. En octubre comenzaron a llegar los primeros visitantes al recinto. Primero de forma esporádica y ahora ya mediante un contrato con un turoperador. En la entrada del Mundo Aborigen, Guerra los recibe con un "beso de guanche" -una bebida de receta secreta que contiene gofio como ingrediente principal-. Ya en el recorrido, los turistas se adentran en moradas bajo tierra, pertenecientes a nobles, o en chozas endebles donde los plebeyos, también denominados "villanos", trabajaban el cuero, la piedra y la hoja de palma. La iniciativa, que además incluye una muestra del salto del pastor con Rubén Ramos en las alturas, supone un "esfuerzo" por enriquecer la "oferta complementaria" al sol y playa que buscan los turistas en Maspalomas, según señaló el alcalde Marco Aurelio Pérez.

Compartir el artículo

stats