Las reservas de agua en las presas públicas de Gran Canaria han descendido a 2,5 millones de metros cúbicos, el 8% de su capacidad total, después de tres años en los que apenas ha llovido en la cumbre y en la vertiente sur de la Isla. Hay que remontarse al mes de febrero de 2001 para encontrar unos niveles tan bajos, cuando los embalses alcanzaron un alarmante nivel del 6%, con poco más de 1,5 millones de metros cúbicos.

Las presas privadas del norte y de la cuenca de La Aldea están en mejor situación, pero la sequía afecta ya al precio del riego agrícola en las zonas altas de la Isla y obliga a mantener el trasvase de agua desde las depuradoras de la capital hasta las fincas situadas en la costa de los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán. Si no llueve en los próximos meses, las reservas llegarán este verano al nivel más bajo en décadas, según los datos del Consejo Insular de Aguas.

Los siete embalses que pertenecen al Cabildo acumulan 2,39 millones de metros cúbicos, solo un 23% de su volumen total, con un descenso preocupante en Ayagaures, que ya está al 2% de nivel máximo, en Fataga, al 4%, o en Chira, al 16%. Todas ellas, salvo Fataga, han tenido pérdidas de agua en los dos primeros meses de este invierno, uno de los más calurosos del siglo.

La presa de Soria, semipública y con tanta capacidad de almacenamiento como todas las demás juntas, lleva dos años prácticamente vacía, al 1% de su máximo histórico alcanzado en enero de 2011. Desde aquel invierno, en que las lluvias hicieron rebosar la mayoría de los embalses y en Soria se batió el récord con 12,9 millones de metros cúbicos (de los 32 millones teóricos), las entradas de agua no han cubierto las demandas de los agricultores.

Mínimos históricos

De hecho, algunas presas siguen tirando de las reservas acumuladas hace seis años. En febrero de 2011 había unos 44 millones de metros cúbicos entre las infraestructuras públicas y las privadas. En la última medición, apenas se superan los seis millones.

El volumen de agua embalsada en los pantanos del Cabildo ha descendido en el último año en 7.800.000 metros cúbicos, lo que indica que se llegará a mínimos históricos si no llueve pronto y de forma copiosa en la cumbre y e n la mitad de sur de la isla, donde se encuentran las presas más grandes.

Las del norte sí han recogido agua en los dos últimos inviernos, pero todas son privadas, salvo la Candelaria, que está 23%, y El Vaquero, al 62%. Frente a los precios de la hora de agua (36 metros cúbicos) que estipula el Cabildo para el riego con agua pública, que oscilan entre los 10 y los 20 euros en función de su calidad -según procedan de embalses, depuradoras o desalinizadoras-, el valor en algunas zonas de las medianías y cumbres alcanza ya más de 30 euros y se puede disparar de cara al próximo verano.

Rafael Hernández, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Canarias, considera que esos precios son "una barbaridad" y apunta que la sequía de los últimos años sería "una hecatombe" para el sector primario si no existieran los trasvases de agua de riego de un punto a otro de la Isla.

El Consejo Insular de Aguas, según explicaron fuentes de ese organismo del Cabildo, realiza desde junio de 2016 un trasvase de agua depurada desde Barranco Seco, en la capital, hasta las fincas agrícolas de las localidades sureñas de El Salobre y Montaña La Data. Por lo pronto no es necesario aumentar el caudal ni enviar agua a más lugares, pero la escasez de las presas del sur es "muy preocupante".

Salvo El Mulato, que está al 59% de su capacidad, y La Gambuesa, al 53%, las demás están en mínimos que se acercan a la gran sequía de principios de 2001. En aquella ocasión, antes de unas lluvias de febrero y marzo que hicieron correr algunos barrancos, Chira bajó hasta el 22% y Ayaguares al 12%, más de lo que tienen ahora, mientras que La Gambuesa, Fataga y Soria se vaciaron por completo. La popular presa de Las Niñas, de titularidad privada y unida a Soria, estaba tan vacía como ahora.

Trasvases

"Aquella sequía de hace 16 años sería hoy una catástrofe, pero el riego agrícola ya no depende, afortunadamente, de que llueva o deje de llover", comenta un técnico del Consejo, que precisa que en Ayagaures hay margen de maniobra porque está debajo de La Gambuesa y en cualquier momento se puede trasvasar por gravedad.

El Cabildo mantiene el agua en La Gambuesa porque allí tiene equipos para bombear a las zonas altas de San Bartolomé de Tirajana, lo que no puede hacer desde Ayaguares. Como muestra de la sequía, ninguna de las presas del Cabildo supera actualmente el millón de metros cúbicos, algo que se ha visto muy pocas veces desde su construcción en la década de 1960.

La principal reserva de agua se encuentra ahora en Siberio, en la cuenca de La Aldea, que almacena 2,2 millones de metros cúbicos, el 51% de su capacidad. El Caidero de Las Niñas está al 34% y El Parralillo al 18%. En total, las presas aldeanas suman 3,7 millones de metros cúbicos, el 34% de su volumen máximo, más que las del Cabildo, aunque desde el Consejo señalan que no es para echar las campanas al vuelo, pues esa es la cantidad que se consume al año en las zafras del tomate.

Si no llueve más, en 2018 habrá que recurrir a la desaladora situada en la playa de La Aldea, preparada para actuar en casos de sequía. El alcalde, Tomás Pérez, confía en que febrero, abril y marzo traigan precipitaciones que alivien la ansiedad de los agricultores. En caso contrario, la desaladora está preparada para duplicar su producción y generar 5.000 metros para los cultivos, más del doble de lo que se destina al consumo de la población del municipio.

En Tejeda no tienen esa suerte, se queja el alcalde, Francisco Perera. "Aquí, o llueve o tenemos que abandonar las cosechas, porque ni siquiera tenemos la posibilidad de comprar agua a precios desorbitados", asegura. No hay mercado del agua porque no hay tuberías procedentes de las presas o de las heredades de los municipios limítrofes, que paradógicamente se alimentan de la lluvia que cae en el municipio.

Perera recuerda que "seis de las grandes presas de Gran Canaria están en Tejeda, pero los agricultores del pueblo no reciben ni una gota de agua de ellas". Las de Siberio, Las Niñas y La Cumbre están al 100% dentro del municipio. Las de El Parralillo y El Caidero de la Niña están compartidas al 50% con Artenara, y la de Soria tiene un 10% del vaso de agua en territorio de Tejeda, con resto entre San Bartolomé y Mogán.

Con la excepción de Tejeda, el intercambio de agua entre las distintas comarcas de Gran Canaria se realiza con una red de 500 kilómetros de tuberías de gran capacidad. El trasvase actual desde la capital al sur, a 70 kilómetros de distancia, se inicia en el terciario de Barranco Seco, desde donde se impulsa a la estación de bombeo de El Fondillo. De allí pasa por El Sabinal, Higuera Canaria, Corralillos y El Tablero de Maspalomas, hasta las fincas de El Salobre y La Data.