"Aquí la gente, sobre todo los extranjeros se están volviendo locos con el arroz con leche", resaltaban Francisco Perera y Francisco Trujillo, alcalde de Tejeda y consejero insular de Movilidad, mientras recorrían los más de 90 puestos instalados en el pueblo cumbrero. Ambos, acompañados por el concejal Ezequiel Rodríguez, coincidieron en su trayecto con el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales y el líder de Nueva Canarias, Román Rodríguez, mientras caminaban, como la mayoría de los transeúntes, casi de lado para permitir el paso y seguir caminando sin agobios.

Un empeño difícil de cumplir por la multitudinaria presencia de visitantes a la 47ª edición de la Fiesta del Almendro en Flor que, además, tenía como principal reclamo ayer la celebración de la quinta edición del Día del Turista. Perera declinó hacer un cálculo de los visitantes presentes "porque nunca hemos hecho esta estadística, pero se puede asegurar que hay muchísima más gente que en los años anteriores, se nota que les gusta venir a Tejeda".

La variedad y calidad de los productos del país ofrecida a los foráneos, tanto extranjeros como canarios, no defraudó a quienes se arremolinaban en los puestos donde se repartían, al módico precio de un euro, de una selección de lo mejor de Tejeda para abrir el apetito y dar regusto al paladar. Las tortillas de calabaza, los tollos, el vino de la tierra o, cómo no, las almendras, bien puras o garrapiñadas, donde tampoco faltaba el pirulí artesano no duraban un asalto en las manos primero y en la boca, después, de los ávidos consumidores de estas delicias. El arroz con leche repartido por uno de estos colectivos dio la sorpresa y el barullo para hacerse con una de esas raciones colapsó la zona donde se encontraba el puesto, casi asediado por los visitantes.

Sin embargo, no todo fue contentar al estómago, había mucho más y bueno. Los productos realizados por artesanos no pasaron tampoco desapercibidos por los paseantes que petaron la vía donde estaban instalados los puestos, un recorrido que parecía un hormiguero humano tanto en sentido subida como bajada y que apenas dejaba entrever el suelo por donde se pisaba. Una experiencia que hoy, domingo, se repetirá en la segunda y última jornada festiva, donde se anuncia un día soleado y con buena temperatura en Tejeda, una sorpresa para quienes se acercaron a la cumbre con chaquetones o chubasqueros en previsión de un día frío.

Los extranjeros, sin embargo, fueron menos cautos y vestidos al estilo Eterna primavera paseaban curiosos y sorprendidos del gentío con pantalones cortos, camisetas, gorros o sombreros y calzados con las cholas de toda la vida, algunos usando los calcetines que tanto cantan en pies ajenos a estos lares. Los más integrados o conocedores del paisanaje llevaban botines o sandalias sin más complemento para los pies, mientras se acercaban a los mostradores para preguntar sobre lo que se ofrecía, degustar o comprar.

No es que las ventas fueran una maravilla en la primera jornada festiva del Almendro en Flor, pero tampoco era es un esfuerzo baldío de los vendedores en su afán por sacar adelante sus productos. Uno de ellos, Luis, atendía a sus clientes en su puesto de bollería, panes y frutos secos. Éstos últimos, a tres euros la bolsa, era lo más demandado por los extranjeros, seguidos de los dulces. "La venta va así, así, pero esperamos que mejore entre hoy [ayer para el lector] y mañana domingo". Muy cerca se encontraban Eva y Francisco, dos artesanos de El Volcancito, que exponían sus trabajos en bisutería y otros elementos, como la semilla de la almendra. Precisamente las creaciones con ella era lo más solicitado por los extranjeros, ya que los canarios no mostraban tanto interés. "Compran más ellas, pero ellos sí miran el precio y a veces les hacen desistir de lo que iban a adquirir", apuntaba Francisco.

José Herrera Santana, vecino del barrio tejedense de Timagada, lleva toda su vida en torno a la producción de miel. "Tengo 75 años y desde los 15 me dedico a las colmenas, tengo 52 colmenas de donde sale la mejor miel de la Isla", señalaba orgulloso este apicultor, a cuyo puesto se acercaba cada vez más público. A cinco euros vendía el bote de una miel exquisita.

María Dolores Galván Velázquez ofrecía con una amplia sonrisa la degustación de aceitunas, queso y dulces y reconocía que a los turistas "se le van más los ojos a los dulces y al queso que a las aceitunas pese a que estan muy buenas de sabor".

La actividad en el casi centenar de exhibidores no paraba y a medida que se acercaban las horas de más sol, más de uno echaba, desconsolado la mirada a los sombreros que, de adorno, colgaban en las líneas y que desde esa altura, como decía un parroquiano, "no da sombra, si lo bajaran me ponía uno sobre la cabeza y evitaba el sol".

La música también tuvo su hueco en el Día del Turista. Actuaciones folclóricas en la plaza de Nuestra Señora del Socorro, a cargo de las agrupaciones Los Indianos, La Hiraga del Norte, Bucio o de varias parrandas: El Botellín, Amigos de Tejeda, Chigadá y Los Ovejeros, que recorrían los distintos puestos para amenizar con música y bailes canarios. Una de ellas, la formada por la asociación cultural Parranda Tamaraceite-Los Ovejeros- , fundada hace cinco años en ese barrio capitalino y con 22 integrantes, lograba que los paseantes se pararan durante su recorrido para oír algunos de sus temas y contemplar los bailes en la calle.

Por la tarde, la entrega del almendro de plata al empresario Juan Armas, un recital y una verbena amenizaron la tarde noche del sábado. Hoy seguirá este paseo por lo más puro de la tradición insular, gastronómica y cultural.

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