Arehucas se convierte en un parque temático. La centenaria empresa de ron de Arucas contrata a ocho guías con conocimientos de una amplia gama de idiomas, para enseñar con total rigor a turistas de toda Europa la nueva zona museística, los secretos de su historia, mostrar las añejas barricas con la firma de personajes ilustres y hasta cómo se repara una barrica de ron americano, al mismo tiempo que acaba de habilitar una nueva tienda que duplica en tamaño a la anterior, y que será el paso previo a un nuevo edificio de recepción, donde venderá su propia línea de ropa y los souvenir, organizará catas y tendrá la zona vip. En el mes de estreno de esta nueva iniciativa, en la que se cobra por primera vez dos euros y medio a los visitantes, contabiliza más de 7.000 visitas, sobre todo de turistas extranjeros.
El 1 de enero de 2017 marcó un nuevo hito en la historia de la compañía. Si hasta entonces la entrada era gratuita y sólo había una persona en la tienda, que hacía en ocasiones puntuales de lazarillo para los asistentes, y los propios guías que llegaban con las giras explicaban a sus clientes las particularidades de esta industria, con la entrada del año la política de visitas ha dado un giro hacia su profesionalización.
Al frente de esta nueva proyecto de atención al público se encuentra César Arencibia, como responsable de Turismo y Relaciones Públicas, cuyo área cuenta con otras siete personas. "Hasta ahora los propios guías de las excursiones realizaban las explicaciones, y nos dimos cuenta de que, a veces, aunque fuese con la mejor de las intenciones, contaban cosas que no eran exactas". Para solucionarlo, los intérpretes de la fábrica han unificado la pauta para explicar los secretos de la empresa, "con un control de calidad".
De esta forma, se ha dado empleo a nuevas personas, contratado a traductores y filólogos. Como curiosidad, una de estas personas habla polaco, ya que es un colectivo de turistas en crecimiento. "Vienen entre dos y tres guaguas semanales", añade. Pero también llegan ahora muchos franceses. Sin embargo, por encima de todos, los más asiduos siguen siendo los nórdicos y alemanes. De ahí que durante el recorrido se escuche, además del polaco, explicaciones en alemán, inglés, francés y, por supuesto, en español. Y, para ampliar el cupo de lenguas, se pretende implantar una audioguía para cubrir otros idiomas, como el holandés, ruso, sueco e italiano.
La entrada cuesta ahora dos euros y medio, y el itinerario dura entre tres cuartos de hora y una hora, incluyendo la degustación gratuita antes de la salida.
César Arencibia asegura que la nueva estrategia está logrando mejores resultados de lo previsto. Cerca de 7.000 pasaron caminaron por los pasillos entre las barricas en el primer mes. En su mayoría eran extranjeros, si bien se espera que esta tendencia cambie a partir de Semana Santa, con la presencia de españoles, incluyendo grupos del Imserso, para lo cual están negociando acuerdos.
Además de la historia, los visitantes que pasan por la destilería se interesan especialmente por la elaboración del ron. Pero una de las preguntas más curiosas que se repite es si los famosos que han estampado su firma en las tapas, son dueños de esas barricas.
La visita incorporará durante la zafra en primavera un paseo por la molienda de la caña de azúcar ecológica, que se recoge a pequeña escala en fincas de Ron Arehucas en Arucas y en Pozo Izquierdo, y que se usa para las botellas más añejas, ya que la capacidad agrícola local no cubre, ni de lejos, la demanda total de esta industria. La destilería produce anualmente unos 3,5 millones de litros, incluyendo rones, licores y cremas.
El nuevo proyecto empresarial ha incluido la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones, ya que los restos de la molienda, que antes se entregaba entre los ganaderos para acondicionar las camas de sus animales, se emplea ahora como biomasa, ahorrando también en la factura eléctrica.
La visita se distribuye en distintas estancias. En el exterior se explica la historia y el proceso de elaboración, aprovechando la cerámica explicativa de la entrada y la escultura del fundador, Alfonso Gourié.
Modernos grafitis
La segunda parada está en la bodega, con la firma de las celebridades, pasando por la zona de explicación de la historia del ron más selecto, el capitán Kidd, el único embotellado en barrica. Luego se pasa al edifico original de la Fábrica de San Pedro, donde comenzó todo en 1884, en cuyo recorrido se expone maquinaria antigua de la industria, que contrasta con los modernos grafitis en las pareces con dibujos del cultivo de caña de azúcar y de la propia fábrica, así como su emblemática torre. En el lugar se puede acceder a las distintas etapas industriales.
El siguiente paso es la sala de fermentación, además de asistir al proceso por el que se eleva la temperatura y el grado de alcohol, y descubrir la sala del control de calidad.
Y tras un cristal, se pueden observar los trabajos de reparación de los viejos toneles, donde suele estar Manolo Viera. Se trata de barricas de ron americano para reparar, algunas de hasta de 56 años.
También se puede visualizar los vídeos explicativos en pantallas, y hasta descubrir un pequeño museo con fotos de celebridades que han pasado por Arehucas, como es el caso de los anteriores Reyes de España, Juan Carlos y Sofía; el presidente Felipe González; y el astronauta Eugene Cernan. Sin dejar de lado el recopilatorio de modelos de botellas de ron de la empresa desde los años 40 hasta ahora, así como fotografías en blanco y negro de la actividad cotidiana y de la estancia de esos personas ilustres. Todo ello, junto a la actual planta de envasado de la fábrica, que no se para por los turistas, y donde circulan cientos de botellas por minuto para su llenado. El último punto de pausa es la nueva zona de degustación con 200 metros cuadrados, el doble de la anterior, donde se pueden encontrar desde la amplia gama de botellas, hasta las típicas camisetas y gorros que se ven en las fiestas populares grancanarias.
Sudaderas y paraguas
En su primer mes, la empresa recibió más de 7.000 visitas oficiales, ya que antes no existía un registro específico, si bien se calcula que pasaban en un año unas 40.000 personas. El éxito no solo se nota en las visitas, sino también en la cuenta de resultados de las compras, cuyas ventas se han multiplicado. Este es un termómetro para medir los resultados de este proyecto, para el que cuentan con touroperadores y agencias. "A medio y largo plazo ganamos todos, además de suponer una nueva oferta turística de calidad, porque en Europa no hay una bodega de ron igual, porque es la más antigua y la más grande".
Uno de los proyectos en los que trabajan en Arehucas es la creación de su propia línea de ropa, que incluirá polos, camisetas, sudaderas, chalecos, gorras y paraguas, además de objetos de recuerdo, como imanes y mp3.
Y, a su vez, trabajan en un proyecto para construir un nuevo edificio de recepción, con casi 500 metros cuadrados, para degustaciones, tienda, una zona vip y área de recepción y exposición, donde se proyectan actividades divulgativas, como las catas.
