"Me sentía fuerte para tener a la niña en casa. No oculté el embarazo ni quería matarla". Sara, la madre acusada de asesinato por dejar morir a su hija tras un parto en casa, ha negado ante el jurado que tuviera la intención de matar a su hija.

La Fiscalía de Las Palmas reclama 18 años de cárcel, mientras que defensa pide la absolución o una condena menor por imprudencia, de solo un año de prisión. Su pareja, que también niega la intención homicida, se enfrenta a la misma pena de prisión. El juicio ha comenzado este lunes en la Sección Segunda de la Audiencia de Las Palmas ante un jurado popular.

Sara tuvo a la niña el 1 de mayo de 2015, en la casa que compartía en Vecindario con Jacinto, el padre del bebé. Según la Fiscalía, ambos esperaron a que la recién nacida falleciera para luego llevarla al centro de salud. Ellos lo niegan, aseguran que querían tener a la niña en casa de forma natural.