La Provincia - Diario de Las Palmas

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Distinciones del Cabildo de Gran Canaria Premio Roque Nublo

"No concibo la vida sin guerrear contra la pobreza y la injusticia"

"No creo en fronteras. Sería incapaz de negarle la ayuda a un niño exigiéndole el pasaporte primero"

La presidenta de la Fundación Canaria Farrah y premio Roque Nublo, Pepi Farray Cuevas. LP/DLP

Es usted flamante premio Roque Nublo 2017 ¿Cómo le ha sentado el galardón?

En primer lugar muy sorprendida y muy contenta porque la mención no es para mí, sino para todo un equipo de trabajo y las personas que creemos que es posible cambiar este mundo. Mi primera reacción fue contestar que yo soy una mujer pequeña y que hago cosas pequeñas, pero con la firme convicción de que muchas cosas pequeñas puede transformar este mundo, como David derrotó a Goliah. Es una palmada en la espalda no solo para mí, sino para los que estamos luchando por los derechos humanos para erradicar la pobreza y que nadie se olvide de la importancia de cruzar las frontera y mantener la ayuda internacional

¿Qué le lleva a constituir la Fundación Farrah?

Empecé trabajando en cooperación en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, de la que soy profesora en excedencia. Llegado un momento decido dejarlo todo, y abandono las clases.

Hum, fue usted valiente.

O arriesgada, no lo sé, para dedicarme a la cooperación internacional y así es como creo con un grupo de ciudadanos y ciudadanas la fundación canaria.

¿En qué año?

En 2008. Desde ese momento me dedico exclusivamente a dirigir proyectos sobre todo en África occidental y a trabajar sobre el terreno, yendo continuamente casi cada dos meses para el seguimiento y la supervisión, algo que con otra actividad profesional sería incompatible.

Va usted a Senegal...

A Senegal, a Mauritania, Gambia, sobre todo realizando planes de desarrollo integra en los que se prioriza la defensa de los derechos de la infancia y las mujeres. Aquí en Canarias también realizamos proyectos de acción social y dedicamos un esfuerzo grande a la sensibilización y formación de jóvenes cooperantes.

¿Y cooperan los jóvenes?

Muchísimo, sí. Tenemos una plantilla muy grande de voluntariado tanto para los proyectos de aquí como los de África.

Se habla mucho de cooperación, de ayuda.., ¿pero se es realmente consciente de lo que pasa a tan pocos kilómetros?

No. Creo que no. La crisis que hemos sufrido en nuestros países desarrollados ha hecho que nos olvidemos de que la verdadera crisis está en los países empobrecidos, y la tendencia es poner por delante nuestras necesidades y olvidarnos de aquellos que sufren la pobreza extrema. No creo en las fronteras.

Mal momento para no creer .

Pues sí, pero sería incapaz de negarle la ayuda a niño o a una niña exigiéndole el pasaporte primero.

¿No se está poniendo un poco más hostil el mundo?

Yo realmente a los mensajes apocalípticos no les hago mucho caso. En Canarias somos muy solidarios, aunque quizá falte un poco de sensibilización a un problema que está muy cerca.

Se diría que pegado.

Sí, pero sin embargo tenemos instituciones como el Cabildo -y no lo digo porque me haya dado la mención-, que ha mantenido la ayuda y la ha acrecentado a pesar de los recortes que han realizado muchísimas administraciones, como el Gobierno de Canarias y otras organizaciones que han reducido el porcentaje.

¿Pero hubo un momento o un hecho que le activó a usted el modo cooperar?

Realmente siempre he trabajado en la acción social y era un objetivo que tenía muy claro desde siempre. Solo estaba esperando el momento adecuado en el que pudiera tener más independencia, que mis hijos fueran mayores y asumir una serie de riesgos que cuando tienes pequeños a tu cargo no puedes correr. Y tengo muy claro que lo que me quede de vida voy dedicarlo a cooperar: hasta el final. No concibo la vida sin estar en guerra contra la pobreza y la injusticia.

¿Y que le ofrece la mayor satisfacción?

Es difícil de resumir, pero la mayor alegría es la risa de los niños cuando llega una impulsión de agua para una aldea, cuando ya los niños no tienen que ir a acarrear el agua o cuando inauguramos una escuela, cuando construimos puestos de salud y maternidades. Es muy emocionante ver a la primera niña que nace en unas condiciones dignas. Tengo unas cuantas ahijadas que las llaman madame Farrah, que quiere decir alegría, nacidas en algunos de estos centros. Me emocionan cuando celebran sus cumpleaños sobreviviendo a unas condiciones durísimas.

¿Se podría atisbar un futuro más optimista para África?

Tendríamos que preguntar a China y a Donald Trump, pero creo que hay más conciencia ciudadana, y como dicen, somos pocos pero valientes.

Valientes y con puntería. Fue usted apuntar con el lápiz y hacer diana con su primera novela, finalista del premio Planeta en 2013. Explíquese.

La actividad que me relaja y que me divierte es la escritura, y como tengo un insomnio crónico aprovecho las horas de la noche para escribir y me encanta, además de ser una manera eficaz de trasladar preocupaciones y sensibilizar.

Y cuando se entera de que queda finalista, ¿qué?

Que me quedé noqueada. Fue algo muy curioso, la primera vez que me atrevo a presentarla por 'culpa' de mis amigos y nos llevamos esa sorpresa. Pero realmente el haberme quedado finalista sirvió para a partir de este momento ponerme a escribir con más fundamento y pensando que la escritura puede ser una buena herramienta para contar sobre el mundo y sobre mis ideas de una manera más novelada.

Si no ha resuelto usted lo del insomnio seguro que estará preparando otra.

Pues sí. Ya terminé la segunda y ahora mismo está en el horno.

¿Podemos saber el título o tendremos que esperar?

No hay perros.

¿Por dónde tira?

Precisamente sobre todo que es la vida en África y su realidad tal y como la vemos con nuestras lentes occidentales.

Y sobre el terreno, ¿qué maquina?

En este momento estamos construyendo en una zona fronteriza entre Senegal y Gambia una torres de agua con extracción por energía solar y canalización hacia la escuela, y una casa para las mujeres que levantamos con ayuda del Cabildo de Gran Canaria. Y en la región de Louga, en Senegal, inauguramos el próximo lunes un puesto de salud y una maternidad que acabamos de finalizar también con ayuda del Cabildo. En este sentido tengo que subrayar además la colaboración el Ayuntamiento de Teror que destaca por mantener la ayuda e incrementarla estos años, o el Ayuntamiento de Arucas, que mantiene una pequeña partida con mucho esfuerzo para seguir con la cooperación internacional

Al isleño de pié, ¿qué le dice?

Bueno, pues que extienda la mirada más allá del mar y descubra que en África ahora exactamente está muriendo un niño por malaria cada tres segundos.

¿No había una vacuna a punto de paliar la enfermedad?

Pero nunca prosperó.

¿Cual cree usted que es el mayor problema de África?

El mayor problema que yo veo es la falta de capacidad para gestionar sus propios recursos, quizá porque siempre ha sido un territorio expoliado por otros,

Por nosotros.

Exacto. Porque creo que es uno de los continentes más ricos y está sirviendo de despensa para los países se desarrollados.

Bueno, pero algo se podrá hacer desde la fundación de premio que usted preside.

Por eso tengo que darle la gracias a todo el equipo de Farrah, a los que estuvieron, a los que están y a los que vendrán, -porque esta es una invitación a que la gente se nos una-, y en especial a Moctar Erebih, nuestro delegado para el África occidental y mi compañero de batallas.

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