El mismo día que iba a recibir el pergamino de nombramiento de Hijo Predilecto e Insignia de Oro del municipio de Artenara, en la madrugada del domingo 26 de febrero, falleció Ismael Díaz González, una semana antes de cumplir 91 años de edad. La humildad y sencillez de este personaje local, que nunca pretendió una exhibición pública, coincidió con el destino que, con su muerte, lo dejó fuera del estrado de los honores y distinciones. Ismael Díaz González nace en Las Moradas (Artenara) en marzo de 1926. Su vida transcurre entre el barrio de Las Moradas y la finca de El Lavadero que su padre llevaba en régimen de medianería. Juan Díaz Viera y Aurora González Quintana procrearon una familia numerosa de dieciséis hijos. Dado que su padre era aperador (artesano de aperos de labranza) y además trabajaba de albañil, para sacar adelante una prole tan numerosa, durante su juventud Ismael se dedicó al cuidado del ganado y a atender la finca. Contrajo matrimonio con María Bolaños Díaz y procrean diez hijos. Su actividad profesional fue la de albañil, habiendo participado entre 1955 y 1960 en la reconstrucción del templo parroquial de San Matías. En su vertiente de artesano fue creando por intuición artística una serie de animales imaginarios de diverso tipo que elabora a partir de troncos, ramas y raíces de árboles, preferentemente de nogales, almendreros y escobones. Esta colección de figuras artesanas las exponía en la plaza del pueblo durante las fiestas de San Isidro, siendo de admiración popular la colección de estas piezas que podrían atribuirse al escultor surrealista Albert Giacometti. La historia de Ismael está recogida en tres libros: La Voz de la memoria. Conversaciones en Artenara (2006); El arca de Ismael y otros relatos de Covanara (2012), cuyo autor es el cronista local, y Palabras Mayores (2015), del escritor y periodista leonés, Emilio Gancedo, habiendo sido Ismael el informante representativo de nuestra Comunidad Autónoma para dejar su testimonio vivencial, al igual que otros personajes del ámbito peninsular, que al haber pasado toda una vida en el mundo rural, no estuvieran contaminados por el progreso tecnológico de los últimos tiempos. En su juventud, Ismael fue tocador de guitarra y laúd, con lo que también, junto con sus hermanos que conforman una parranda, ayuda a animar los acontecimientos familiares y las fiestas locales, la romería del Pino, la romería del Pino,bailes y rifas o remates con el fin de recaudar fondos para fiestas, obras y arreglos parroquiales. Por todo ello, fue merecedor de esta distinción al igual que su hermano Matías, herrero, folclorista y concejal en dos etapas (1979-1980 y 1985-1991), quien a sus 96 años recibió el reconocimiento de nominación del camino vecinal La Cuestita que a partir de ahora lleva su nombre. El funeral por Ismael se celebrará el viernes día 3, a las 18:00 horas en la parroquia de Artenara.