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Distinciones del Cabildo de Gran Canaria Premio Roque Nublo

"El árbitro recibe la frustración de los que no saben encajar la derrota"

"Fui el primer árbitro que se quiso declarar como profesional en la historia del baloncesto español y lo conseguí", señala Juan Carlos Arteaga

El árbitro Juan Carlos Arteaga con un balón en una cancha de baloncesto. LP / DLP

¿Qué supone para usted haber sido premiado con el Roque Nublo de Plata?

Lo recibo con mucha alegría y satisfacción; que la gente de mi tierra me confiera este tipo de reconocimiento es para mí una satisfacción. Para mí han sido muchos años viajando por muchos lugares del mundo y siempre llevando el nombre de Gran Canaria por delante.

¿Qué le ha supuesto a nivel personal?

Son muchos años, mucho sacrificio, mucho tiempo alejado de la familia y tu gente. Lo que me siento ahora es agradecido por este reconocimiento porque si de algo me he sentido siempre orgulloso es de dónde venia y de dónde he salido, que es la isla de Gran Canaria.

No es la primera vez que el Cabildo de Gran Canaria lo distingue con un reconocimiento.

Sí, en 2010 fui elegido el mejor deportista a nivel individual.

O sea, que se siente reconocido por sus paisanos, por su isla y por las instituciones.

Sí. Con este premio y con el que recibí el año pasado como Hijo Predilecto de Las Palmas de Gran Canaria, como comprenderá, uno se reconforta. Son muchos años de sacrificio. Ha sido muy bonito lo que he recorrido, a mí me ha enseñado y el deporte me ha hecho como persona y como hombre. Con un gran sacrificio detrás. Yo, con la edad que tengo, miro para atrás con satisfacción pero también veo lo que he renunciado y sacrificado. Pero el deporte de élite es así.

Usted empezó muy joven en el mundo del baloncesto y del arbitraje.

Sí, muy joven. Empecé con 16 años.

¿Hubo alguna tradición familiar, alguna herencia deportiva?

No. Primero fui jugador y me lesioné. Me animaron a arbitrar y tuve la suerte de subir muy joven. Empecé con 16 años pero, claro, venía de jugar y yo con 17 años para18 ya estaba arbitrando lo que hoy en día es la liga LEB , la segunda competición nacional.

Ascendió rápidamente.

Eso me hizo crear unas expectativas, y siendo muy joven, con 18 años, ya empecé a viajar por toda España y con 23 ya estaba en la liga ACB, en la élite.

Es usted el árbitro más laureado en España y el español más considerado en el mundo del arbitraje del baloncesto.

Con humildad siempre. Ha habido una época en la que he estado considerado como uno de los árbitros mejores del mundo y de Europa, sin lugar a dudas por las competiciones que pitaba y las finales de campeonatos. En España nadie ha conseguido lo que yo he logrado: ir a cuatro europeos, dos juegos olímpicos, tres mundiales. Nadie ha conseguido eso hasta ahora en la historia del baloncesto español.

¿Qué experiencia obtuvo de las olimpiadas de Pekín y Londres?

La experiencia fue muy positiva, entre otras cosas porque el baloncesto español triunfó. España jugó la final en las dos ocasiones y yo tuve la suerte de pitar una medalla de bronce en Londres. Más satisfacción no se puede tener: el equipo de la selección española jugando la final y yo arbitrando la medalla de bronce.

Ser árbitro de baloncesto es una labor dura porque estás siempre en medio de dos equipos y dos aficiones. ¿Es difícil contentar a todos?

El arbitraje tiene una función en el deporte, que es mediar entre los intereses de ambos equipos. Me gustaría definirlo así. Nosotros no tenemos una afición detrás, los equipos sí. Muchas veces somos los causantes de los errores que no son nuestros, pero bueno, el árbitro recibe a veces la frustración de los que no saben encajar con normalidad la derrota.

Esa es la servidumbre de un árbitro en cada partido.

Es parte del trabajo de nosotros y tenenos que estar preparados y entenderlo así. Así lo he entendido siempre.

¿Hay diferencias sustanciales entre un árbitro de fútbol y otro de baloncesto?

Yo creo que la función del árbitro es la misma. Los de fútbol y los de baloncesto hacemos la misma función. Hombre, entiendo que la dimensión que tiene el fútbol como deporte no la tenemos nosotros. Y la repercusión de los errores y de la visión que se tiene del arbitraje en el fútbol es mucho mayor.

Son otros intereses.

Los intereses que hay alrededor del fútbol y el seguimiento que tiene no tienen mucho que ver con el baloncesto, aunque el baloncesto es el segundo deporte en España y en el mundo.

¿Ha tenido siempre el apoyo de la familia para dedicarse a algo que lo mantiene fuera de la isla mucho tiempo?

Siempre, sobre todo en los comienzos. Si no tienes a tu entorno apoyándote yo creo que no puedes ir muy lejos. Evidentemente estoy muy agradecido, sobre todo a mis padres, que fueron los que creyeron en mi sueño. Yo quise soñar ser árbitro profesional y así lo dije.

Logró su sueño, se hizo realidad.

Fui el primer árbitro que se quiso declarar como profesional en la historia del baloncesto español y al final lo conseguí. Evidentemente la familia siempre ha estado ahí aunque también ha sido la más sacrificada, sobre todo mi hijo. A mi hijo, hasta los siete años, lo veía un día por semana o dos.

Porque estaba continuamente viajando.

Viajando por todo el mundo. Afortunadamente hoy en día ya he parado y estoy disfrutando con él y recuperando el tiempo perdido.

Han sido muchos años como profesional.

A nivel internacional, pues casi 20 años. Esto significaba partidos de fines de semana y entre semana. Durante muchos años, casi quince, he estado solo un día o dos en la ciudad de Las Palmas porque el resto he estado de viaje.

¿Se puede vivir profesionalmente como árbitro de baloncesto o hay que multiemplearse?

Los árbitros profesional de la liga ACB somos profesionales, con un contrato y un convenio, y evidentemente los árbitros que están en la élite sí que pueden llegar a vivir de esto. Otra cosa son los árbitros más modestos de categorías inferiores.

¿Cómo es su relación con Miguelo Betancor, un exárbitro internacional de baloncesto y ahora presidente del Herbalife Gran Canaria?

Tengo muy buena relación con él, claro. Ha sido compañero durante muchos años y de hecho era el que llevaba el comité cuando yo empezaba.

¿Ha habido siempre buena sintonía entre ustedes?

Sin lugar a dudas. Yo creo que Miguelo ha sido el que marcó una diferencia dentro del baloncesto en Gran Canaria y sobre todo en el tema arbitral.

Ha sido un precursor en esta materia.

Miguelo ha sido una persona que ha innovado y ha sido pionero en muchísimas cosas porque va en su talante. Yo creo que ha ayudado en Europa a cambiar muchísimas cosas.

¿Ha sido su referente en el mundo del arbitraje baloncestístico?

Desde luego cuando yo empecé era la persona que llevaba aquí el Comité de Árbitros. Luego uno tiene que seguir conociendo árbitros y maneras, y luego depende de los caracteres también.

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