Las familias con hijos que luchan por superar el cáncer disponen en la calle Bravo Murillo de un nuevo centro en el que sus pequeños además de recibir las atenciones de profesionales como fisioterapeutas, sicólogos o profesores, que necesitan para continuar adelante con su vida, puedan celebrar actividades y todo tipo de eventos sociales. El inmueble, que albergó la sede la Consejería de Servicios Sociales del Cabildo de Gran Canaria, y hasta hace unos meses se utilizaba como oficinas de este departamento, será la nueva sede de la Asociación Pequeño Valiente, tras la cesión del edificio, de forma indefinida, por parte de la corporación insular.

"Es un respiro, y un alivio para los padres porque es más sencillo acudir a solo un sitio, y no tener que ir el lunes a un local y el martes a otro" destacó ayer el presidente de la Asociación Pequeño Valiente, José Jerez, tras recibir las llaves de este edificio de manos del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, que acudió al acto junto al consejero de Hacienda, Pedro Justo Brito.

Dos plantas y azotea

El inmueble, ubicado a pocos metros de la Casa Palacio, tiene dos plantas, de ciento cincuenta metros cuadrados cada una, y además cuenta con una azotea, en la que, según comentó José Jerez, habrá que realizar algunas obras para facilitar el acceso en silla de ruedas a todas las instalaciones, lo que conlleva también colocar un montacargas desde el bajo a la terraza.

Destacó Jerez que en Canarias atienden cada año a unos 50 niños afectados por esta enfermedad, y que el centro es muy importante para atender a todos los pequeños que se quedan con secuelas, aunque también ofrecen ayuda a los hermanos o a los padres.

"Esta es la casa de Pequeño Valiente y de los niños de cáncer" señaló el presidente de esta asociación, que anunció que la idea es mudarse lo antes posible, y hacer las reformas oportunas poco a poco. Explicó que la cesión por parte del Cabildo supone un importante ahorro porque la sede se había quedado pequeña, y tuvieron que alquilar otro local que costaba unos mil euros, que afrontaban con las ayudas que aportan las empresas; pero ante todo, insistió en que este edificio les permite disponer de más espacio para las sesiones de fisioterapia, las clases de apoyo académico, las citas con la sicóloga o incluso para mantener las reuniones de padres, puesto que ahora no tenían donde hacerlo, y también para preparar al voluntariado.

La sede de esta asociación estaba primero en la calle Carvajal, y hubo que alquilar otro local en la calle Castrillo, según comentó José Jerez, porque el lugar se les quedó pequeño. Aseguró que disponen también de pisos de acogida en la capital grancanaria y en Santa Cruz de Tenerife, que en este caso costea el grupo hotelero Riu, para facilitar el alojamiento a los niños de otras islas cuando se trasladan para recibir los tratamientos hospitalarios.

La Asociación Pequeño Valiente surge hace once años ante las carencias que detectan un grupo de padres y madres en la atención que les ofrece el Hospital Materno Infantil a sus hijos afectados de cáncer. "Nos unimos cinco padres para cambiar cosas y lo primero que conseguimos fue once plazas de aparcamiento gratuito en este hospital, así como la comida de la persona que acompañaba al niño durante su estancia en el centro hospitalario" comentó José Jerez. Con todo, aclaró que siempre han trabajado en coordinación con los profesionales del Materno, y destacó la implicación de oncólogos, fisioterapeutas, hematólogos y neurólogos.

Asimismo, mostró su satisfacción por el hecho de que el Congreso de los Diputados ha apoyado recientemente una petición de estas familias, que defendió el grupo de Nueva Canarias, y que se vaya a modificar la legislación actual para recoger la obligatoriedad de reconocer el 33% de discapacidad a los niños desde recién nacidos hasta los 14 años diagnosticados de cáncer desde el mismo momento en que se detecta la enfermedad.

Por su parte, el presidente del Cabildo, Antonio Morales, contó que el presidente de Pequeño Valiente le trasladó hace tiempo la posibilidad de disponer de un lugar en el que profesionales, como fisioterapeutas, profesores, y personas que prestan los servicios que demandan los niños que luchan contra el cáncer, pudieran atenderlos, y fue así como se pensó en este inmueble de la calle Bravo Murillo, número 29. Morales aseguró que el Cabildo dispone de más edificios, y anunció que en los próximos meses los va a poner al servicio de otros colectivos sociales, que se sumarán a otros también de titularidad de la corporación insular, que desde hace tiempo están cedidos a otras ONG.

También subrayó el presidente del Cabildo que con la cesión de estos espacios lo que hace su grupo de gobierno es contribuir a la "decidida apuesta" por ponerse al lado de la sociedad civil, que se implica muchas veces para atender los casos a los que no llega la administración pública, sobre todo en una situación de recortes sociales y de pérdidas de derechos en los servicios. "No nos queda sino ponernos de lado de gente como los padres de Pequeño Valiente, que con su esfuerzo y dedicación realizan una importante aportación a la sociedad" remarcó Antonio Morales.