Moya remata las obras de rehabilitación de El Roque, un conjunto de 84 viviendas que se adentran como un gran pasillo sobre el mar. La actuación, la primera que se financia con capital público del Área de Renovación y Regeneración Urbana (ARRU) fuera de Las Palmas de Gran Canaria y Telde, permite devolver a las fachadas el color blanco y realza su singular atractivo turístico.
La recuperación de las casas colgadas de Moya es el primero paso para la transformación que vivirá la primera línea de mar de Moya. A la mejora de las viviendas se le unirá una amplia actuación en la avenida marítima que conduce hasta el barrio de San Felipe de Guía, que recibirá este año el primero de los seis millones en los que se presupuesta el proyecto global.
La renovación de El Roque se encuentra en su fase final. Los trabajos adjudicados a la empresa Incoc se iniciaron el 15 de junio del año pasado, y en estos momentos una quincena de obreros ejecuta los remates en el exterior de la entrada a las casas, así como el embellecimiento del pasillo central de entre metro y medio y dos metros de ancho. "Las fachadas de las casas estaban peor de lo que pensábamos", reconoce un representante de la constructora, que señala que, en cualquier caso, se ha realizado un gran trabajo de mejora.
Sin embargo, lo que más llama la atención después de eliminar las tuberías que afeaban el exterior, los vertidos de aguas residuales y otras mejoras, es la reposición del color blanco de las fachadas, acometido a instancias de los vecinos tras el uso de diversos colores en la anterior actuación en la zona.
"Mis paredes estaban llenas de rayas. Ahora están limpitas; y podré salir mejor en silla de ruedas". María Dolores Suárez observa en la puerta de su casa el trabajo de los obreros, a los que ha cogido un cariño especial, tras nueve meses viéndolos a diario. Tiene 74 años y ha vivido toda su vida en El Roque. "Aquí éramos dos o tres casas. Y mi casa se hizo con la arena y las piedras de la playa", recuerda ahora, junto a su compañera Candelaria Cruz. "Y mi marido no tenía el bombo para la mezcla", le aclara al jefe de obra, al que trata como si fuera un familiar. Tanto, que le ha comprometido a que la vaya a visitar cuando ya hayan entregado la obra. En medio, una pareja de turistas pasa haciendo fotos por el pasillo, sorprendidos por la estética del lugar.
"Va a quedar precioso cuando esté acabado, en blanco, como queríamos y sin los colorines de antes", añade un vecino, quien recuerda que la imagen de antaño permitió al barrio ganar algún premio.
Las obras del Proyecto del Área de Rehabilitación Integral de El Roque se acabarán en mayo, tras una inversión de 1.120.740,62 euros. El Cabildo de Gran Canaria asumió el 39,3% del coste total del proyecto, el Gobierno de España el 32,8%, el Ayuntamiento de Moya el 19,2% y el Gobierno de Canarias el 6,7%, mientras los vecinos se hacen cargo de aportar el 2% restante.
El alcalde de Moya, Hipólito Suárez, lamentó ayer que el Ejecutivo regional apenas haya creído en esta intervención, pese a que se arreglan las casas a familias con escasos recursos económicos, a la vez que permitirá dar una imagen muy distinta a la entrada al municipio por la costa. Según recuerda, la ayuda regional fue de 75.000 euros. A su vez, mantiene su reivindicación para que la Consejería regional de Obras Públicas invierta el dinero pendiente en la carretera del Norte a su paso por Moya, que quedó bloqueada por falta de dinero cuando se puso en servicio la nueva autovía de El Pagador a Guía.
