Bajo la cúpula del marcador del tiempo de Risco Caído y la icónica imagen de las Montañas Sagradas de Gran Canaria brillaron ayer los dieciocho protagonistas de las distinciones, pero sobre todo lucieron con la luz que sobre ellos aportaron sus hijos y amigos, que resumían en vídeo proyectado por unas grandes pantallas lo mejor de cada uno de ellos.

Del arquitecto Faustino García Márquez, que remató el acto con un enorme discurso -que no por largo, sino por el razonado contenido-, su hija Jaiza lo ensalzó por su tesón en el " pelear por lo que él cree, y por su compromiso por nuestra isla", para sentenciar sin disimulo el enorme orgullo que representaba para toda su familia.

Sebastián y Jorge Grisaleña se encargaron de poner a su padre , el empresario Sebastián, en el timón de sus vidas: "Nos enseñó a saber a estar, nos marcó el camino y aquí estamos. Todo nuestro reconocimiento es poco."

Del cantante palmero Luis Morera se encargó su amigo y también distinguido ayer con un Roque Nublo, el timplista Germán López, que confesó sentirse un "privilegiado de compartir su magia y arte en cada cosa que hace".

Especialmente conmovedor fue Juan Espino, viudo de Clara Muñoz, que además recogió el premio, de una persona que le sigue llenando de vida a pesar de su pérdida. "Una persona innovadora, que sabía querer", expresó antes de recibir un auténtico chaparrón de aplausos.

Diego, hijo del novelista e investigador Ángel Sánchez, dio en el punto flojo del también poeta. Tras glosar su metódico trabajo, entre libros y ordenadores y la perseverancia y persistencia en su objetivos, le envió un "gracias papá" que lo emocionó a ojos vista.

El encargado de mimar a María Araujo fue su amigo y compañero de profesión José María Flotats, actor y director de teatro, recordando que el mismísimo Nureyev destacó el arte de la figurinista aldeana con ocasión de uno de sus primeros trabajos conjuntos.

También a Cristóbal del Rosario le cayeron flores, tanto de su hija Gemma, que lo calificó de generoso y divertido, entre un sinfín de adjetivos positivos, como de, y eso ya es un logro en sí mismo, su propio cuñado, Juan Francisco, del que destacó "su compromiso".

Beatriz González, gran amiga de Nanda Fanjul fue la encargada de sorprenderla a través de las grandes pantallas del escenario. González no escatimó palabras para la flamante Can de Plata de las Ciencias, que remató subrayando que más allá de su inacabable e impresionante currículum, "es una persona de principios, algo que escasea en el mundo en el que vivimos".

José Ángel García, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Materno Infantil, no olvidó a todo el equipo merecedor de la distinción, "siempre pensando en el paciente y en la asistencia", para remarcar que, además trabaja, "sin listas de espera".

También fue el propio director del colegio San Ignacio de Loyola el que resumió la centenaria historia de un centro educativo que trata de educar "bajo las premisas de la competencia y la compasión, y que ha marcado a generaciones de isleños que han destacado" en todos los ámbitos de Gran Canaria.

De la misma forma el director de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, recordó a los cientos de personas que en los cuatro siglos de historia de la institución han creado lo que denominó como un referente de la isla por su contribución social y económica a un sinfín de iniciativas. Ismael Naim, presidente de la Asociación Deportiva de Personas con Discapacidad, tras un vídeo en el que describió los difíciles inicios de un proyecto que parecía imposible por los enormes desafíos a los que se enfrentaba y que hoy ha convertido a sus hombres y mujeres "en unos deportistas más", fue otro de los ovacionados con fuerza. Y entre las organizaciones hay que citar al Honorable Cuerpo Consular, Roque Nublo de Gran Canaria en el Ámbito Económico, un puñado de hombres y mujeres que presumen de Gran Canaria tanto como de sus países por donde quiera que van.

Al igual que Juan Carlos Arteaga, del que su amigo Vicente Bosch destacó su honestidad, dedicación y el enorme valor que le imprime a la amistad. Tras él llegó el momento de Pacuco Rosales. El vicepresidente de la UD, Nicolás Ortega, y el exjugador del equipo Juan Carlos Valerón, lo elevaron más si cabe, para resumir que el equipo amarillo es un reflejo de lo que él hizo por la formación a lo largo de su trayectoria. Así llegó el turno de Tina Alcántara, esposa del timplista Germán López, del que aseguró saber conjugar familia y profesión, mixturar los dos mundos, haciendo que sus hijos disfruten de sus mismas experiencias, "delante y detrás de los escenarios".

Por su parte, Juan Adank, amigo de Tullio Gatti, pidió un imposible: "poder seguir siendo amigos otros 50 años", para compartir con el artista su capacidad para convertir los paisajes de Canarias en joyas visuales a través de su cámara.

Cerró esta parte del acto, quizá la más emotiva de la entrega de distinciones de ayer, Claudia Bonny, hija de Pepa Farray, que lo bordó con una traca final: "compartir con ella un día, un mes, o toda la vida es un golpe de suerte".