La tierra llana y seca de Fuerteventura se cubrió ayer, en una buena parte de su territorio, en un inesperado manto blanco de granizo que logró levantar la expectación de los majoreros y de los muchos turistas que disfrutan estos días sus vacaciones. La tormenta también originó fuertes lluvias en la zona centro norte que dejó corriendo algunos barrancos provocando que muchas gavias recogieran bastante agua.

Los majoreros se vieron sorprendidos ayer por un fenómeno atmosférico poco usual en la isla: el granizo. Mientras que los más viejos del lugar no recordaban cuando fue la última vez que granizó con esta contundencia, los más jóvenes veían por primera vez un espectáculo no habitual en la isla.

Los hombres del campo majorero volvieron, ayer, a agradecer el agua caída. Los pastos ya estaban secándose por los efectos del siroco y por la escasez de agua. "Esto es una bendición de Dios que haya llovido otra vez", señalaba Juan Santana mientras ordeñaba a algunas de sus cabras.

Gabriel González Cabrera vio el granizo por primera vez a la altura del pueblo de Los Alares. "No lo había visto nunca. Iba en el coche y pedí que pararan para cogerlo. Me parecía nieve y estaba muy frío".

El director insular de Seguridad y Emergencias, Francisco Torres, anunció a este periódico que el efecto del temporal no registró incidencias. "Mantenemos un retén reforzado de guardia, pero no hemos tenido ninguna demanda de servicios".

Una de las curiosidades que dejó la inusual jornada de ayer fue que a pesar de los chubascos intensos y acompañados de granizo, se dieron situaciones tan curiosas como que en la zona de Tarajalejo todos los barrancos estaban corriendo y en Costa Calma y Corralejo luciera el sol con intensidad.