La borrasca que durante el fin de semana sorprendió a los canarios con episodios intensos de granizo y aparatosas tormentas eléctricas concluyó sin generar grandes complicaciones en las infraestructuras o los cultivos de la Isla, aunque trajo consigo el primer desprendimiento en la aún no inaugurada carretera de La Aldea. Ayer por la mañana se podían comprobar los efectos de las lluvias en una pared entre los túneles y la rotonda del mirador. El talud, realizado a la par que la nueva vía, no pudo soportar el intenso chaparrón, que acabó por provocar el deslizamiento de piedras y tierra sobre el asfalto recién colocado.

El Gobierno de Canarias anunció precisamente ayer que el nuevo enlace del municipio occidental con el Norte de la Isla comenzará a recibir vehículos de forma habitual dentro de dos semanas. Tras la reunión del Consejo de Gobierno celebrada ayer en la capital grancanaria, el vicepresidente y consejero de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, explicó que los técnicos se encuentran evaluando los daños producidos por el desprendimiento, aunque aseguró que el suceso no afectará en ningún caso a los plazos previstos por el Ejecutivo autonómico.

El alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, quiso ver el lado positivo de los desprendimientos al asegurar que "lo bueno es que descubramos a tiempo antes de que sea inaugurada si hay algún fallo a corregir y esto de alguna manera nos dice dónde tenemos que tener precaución y actuar con un poco más de rigor", indicó. En el resto del municipio, el Ayuntamiento ha tenido que actuar estos días para reparar algunas pequeños desperfectos en vías afectadas por los arrastres de tierra en zonas como Cercadillos o Barranquillo Hondo. El alcalde mostró su preocupación por los cultivos detallando que "hay plataneras al aire libre que se han visto afectadas, y también los tomates de invernadero, ya que esa agua fría puede dañar la fruta".

En general, la perturbación atmosférica no causó grandes estragos en Gran Canaria. El director del Plan Insular de Emergencias, Federico Grillo, destacó que el fenómeno se desarrolló dentro de los parámetros previstos y no llegó a saturar los servicios de respuesta oficiales. Durante el fin de semana, los trabajadores del Cabildo informaron a personas en situación de riesgo, como los que se encontraban acampando en áreas recreativas de la Cumbre, pero no fue necesario evacuarlos. Grillo, que alabó la coordinación entre su equipo y el de la Consejería grancanaria de Obras Públicas, destacó que sólo hubo que realizar algunos cortes de carreteras. De hecho, las últimas vías que quedaban ayer por la mañana pendientes de apertura -la GC-210 y la GC-606- pudieron comenzar a recibir vehículos a partir del mediodía.

Fuentes del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes-112) del Gobierno de Canarias también confirmaron ayer que el servicio no registró graves incidentes relacionados con la lluvia durante el fin de semana.

En Agüimes, el municipio de la Isla que recibió más agua durante el fin de semana de acuerdo con la Agencia Estatal de Meteorología, "la vuelta a la normalidad es casi total", en palabras del alcalde, Óscar Hernández. Los mayores problemas en el municipio se dieron en la carretera que comunica el casco con el Cruce de Arinaga, que hubo de ser cerrada al tráfico durante tres horas en la tarde del sábado mientras los operarios municipales trabajaban en su limpieza. Los empleados del Ayuntamiento también se encargaron de despejar las obstrucciones en un canal en Cruce de Arinaga. En Ingenio se suspendió la cabalgata del Carnaval de Carrizal, que se celebrará finalmente este sábado.

En San Mateo, el municipio donde los pluviómetros marcaron la segunda máxima insulares, el agua se concentró en la parte alta y no afectó al casco. El alcalde, Antonio Ortega, mostró ayer su desazón por la cancelación del concierto de Los Gofiones que estaba previsto el domingo en la nueva plaza del Mercado, aunque la degustación popular de potaje de jaramagos se mantuvo en pie y al final del día se habían repartido 1.500 kilos del tradicional plato.

Para el alcalde de Tejeda, Francisco Perera, la borrasca ha tenido un lado positivo para el municipio al no registrarse grandes incidencias, pero también uno negativo. "Este año no ha llovido", se lamentaba ayer el regidor, quien esperaba "que con este tiempo pudieran correr los barrancos y llenar las presas, que están vacíos".

La lluvia tampoco causó grandes estragos en Teror, donde el alcalde, Gonzalo del Rosario, estimó que no había ocurrido "nada muy diferente a cualquier día de lluvia". El primer edil reconoció que "caminó bastante agua pero no hubo ningún desperfecto". El municipio, que celebra estos días su Carnaval, tuvo que suspender la cabalgatilla del carnaval de mediodía, pero el resto de actividades se pudieron mantener en la programación al celebrarse bajo cubierto.

Con el arranque de la semana el tiempo ha vuelto a la tónica habitual del arranque primaveral, que ocurrió ayer a las 10.28 horas. Para hoy, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé para Gran Canaria cielos nubosos por formaciones bajas y altas en el Norte y el Nordeste de la Isla, con tendencia a cielo cubierto a partir del mediodía y mostrando cierta probabilidad de lluvias débiles de carácter aislado. En las vertientes orientadas hacia el Sur y el Suroeste habrá intervalos de nubes, en su mayoría altas. El mercurio experimentará pocos cambios en las mínimas, aunque las temperaturas máximas podrán experimentar algunos ligeros descensos a lo largo del día. Los vientos, que serán de componente nordeste, alcanzarán los 35 o 40 kilómetros por hora y serán flojos variables con brisas en las zonas de litoral del Suroeste.