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Agüimes

Prevenir, intervenir y observar, claves contra el acoso escolar

La experta en 'bullying' Blanca López presenta en Agüimes un exitoso método que ha logrado reducir el fenómeno en Finlandia

Prevenir, intervenir y observar, claves contra el acoso escolar

Es un fenómeno oculto sobre el que los medios de comunicación han puesto su foco en los últimos tiempos, pero a pesar de la atención que se le presta siguen siendo muchos los niños que sufren por su culpa: el acoso escolar es una realidad palpable en muchos colegios e institutos ante la que padres y educadores se encuentran en muchas ocasiones sin herramientas con las que actuar. El primer día de las Jornadas Municipales de Familia y Comunidad que se celebran hasta hoy en el Teatro Auditorio Agüimes estuvo dedicado al abordaje de esta problemática con los talleres que impartió la profesora de la Universidad Pablo de Olavide Blanca López.

López vino a Agüimes para presentar ante padres y educadores el método KiVa, un modelo de gestión de los fenómenos de acoso escolar implantado de forma generalizada desde 2009 en Finlandia que ha logrado mejorar la situación en un 98% de los centros educativos en los que se aplica, de acuerdo con los datos de la Embajada del país escandinavo. La formadora oficial de este método en España explica que hay tres aspectos importantes que permiten confiar en su eficacia. Por un lado, la prevención, consistente "en formar a niños y profesores para poder responder ante casos de acoso, que conozcan el fenómeno, que sepan actuar y que lo hagan modificando las actitudes.

López vino a Agüimes para presentar ante padres y educadores el método KiVa, un modelo de gestión de los fenómenos de acoso escolar implantado de forma generalizada desde 2009 en Finlandia que ha logrado mejorar la situación en un 98% de los centros educativos en los que se aplica, de acuerdo con los datos de la Embajada del país escandinavo. La formadora oficial de este método en España explica que hay tres aspectos sobre los que se asienta su probada eficacia. López señala en primer lugar la prevención, que en este contexto pasa por "formar a niños y profesores para poder responder ante casos de acoso, que conozcan el fenómeno, que sepan actuar y que lo hagan modificando las actitudes".

En la fase de intervención es fundamental poner el foco sobre los compañeros de clase que adoptan el rol de espectadores de la situación. "Estos pueden ser defensores, que son los que toman las acciones, pero también pueden ser niños que apoyan al acosador sonriendo o riéndoles las gracias, o también asistentes, niños que lo ven pero no hacen nada", explica López. En estos casos la experta indica que es importante "que los niños vayan mejorando su posición y que esos roles se vayan retirando, porque el acosador vive del reconocimiento de los espectadores".

El seguimiento y la observación componen el tercer pilar del método KiVa. En el arranque del curso los niños completan una encuesta que permite analizar tanto las actitudes hacia el acoso como las acciones que puedan estar ocurriendo, sondeo que se repite cuando concluye el año escolar. "Así medimos cómo ha evolucionado, porque no se puede saber qué mejoras hay si no hay medición", explica López, quien considera que este ha de ser un papel de los equipos directivos, "para que sepan realmente lo que hay en los centros".

De cara a las víctimas, la experta recomienda a los padres que les aporten seguridad. "Hay que minimizar la culpa sin minimizar el problema: somos muy de 'anda ya, si no pasa nada', pero no podemos hacer eso porque el niño se hunde", recuerda. Con respecto a los que adoptan el rol acosador, López aconseja fomentar su empatía "para que pueda percibir las consecuencias de ese hecho". Hay que apoyarles, pero a la vez "decirles muy claramente que no es permisible lo que están haciendo".

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