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Gáldar Feria empresarial del Norte

"La bebida Jeribilla de tuno indio nació en Gáldar a raíz del vino de plátano"

"Mi padre es el creador y yo soy el hombre orquesta, hago de todo, desde repartidor a mozo de almacén", destaca Daniel Santana, productor de la bebida

Daniel Santana Rodríguez con una botella de Jeribilla. JUAN CARLOS CASTRO

¿Cómo produce la nueva y peculiar bebida?

Tenemos una pequeña industria en Gáldar porque procedo de allí, aunque yo nací en Las Palmas capital. La abuela por parte de de mi padre era de Gáldar y seguimos guardando relación con el municipio.

Su padre fue el descubridor de esta singular bebida de tuno indio.

Sí, aunque lo descubrió por casualidad. Él es marino mercante, radiotelegrafista, aunque ahora está jubilado.

¿Y de qué le viene esa afición?

Mi padre siempre ha tenido mucha vinculación con la agricultura. Es un defensor a ultranza del plátano, es un canario nato. Nuestra bebida salió a raíz del Platé.

Del denominado vino de plátano.

Sí, del vino Platé. A mi padre le resultó curioso que se hiciera un vino a través del plátano. Nosotros siempre hemos estado intentando hacer algo con el plátano, como mermelada de plátano, y comercializarlo ya que tenemos el producto aquí. Para aprovecharlo.

Y lo aprovechó.

Sí. A raíz de eso mi padre (Esteban Santana Guerra) cogió esa idea y fue el creador de esta bebida de tuno indio. A partir del vino Platé empezó a investigar y a indagar a través de Internet hasta que surgió esta bebida.

¿Y cómo la descubrió?

Él hizo una fermentación. Sin destilar ni usar alambiques, simplemente una fermentación natural. Realizó el potaje y lo dejó ahí.

¿Y qué más?

Empezó realizando 75 litros, tres bidones de 25. Lo dejó dos semanas y aquello empezó a fermentar. Cuando ya se cansó, dijo que lo iba a tirar. Lo probó y dijo que sabía a leche cacharro y que no servía. Entonces yo cogí y lo probé. Le dije que estaba bueno y mi padre no se lo creía.

O sea, que lo animó.

Exactamente. Entonces cogí botellas de litro y medio y empecé a llenarlas. Me cogí un colocón de mucho cuidado y se lo di a probar a la gente más cercana, que se lo tomaron a pequeños buchitos. Les dije que antes la bebida había sido testada por mí.

¿Le dio resultado la prueba?

Luego empecé a llamar a la gente y me dijeron que la bebida estaba buena. Les dije que tenía alcohol porque ellos creían que era zumo de tuno. Pero, claro, aquello fermentó. No tiene alcohol añadido, sino una fermentación natural.

El alcohol es por el azúcar.

Los mismos azúcares del fruto se convierten en alcohol natural. Es una bebida natural y artesanal, pero no lo podemos poner en la etiqueta para que la información al consumidor no aparezca confusa.

Es una empresa pequeña que acaba de inciar su carrera.

Mi padre es el creador del producto y yo soy el productor y el director. Mi padre está jubilado y yo soy el responsable de comercializarlo.

Pero a su padre no le convenció la primera vez que lo probó.

Es que mi padre en eso es una persona negativa, piensa que las cosas no sirven, que es leche cacharro.

¿Y la Administración cómo se ha portado?

Yo en temas de administraciones públicas no me voy a meter. Esto es el cuento de nunca acabar porque me he encontrado con todo tipo de gente: gente buena y gente que me pone pegas. Pero como yo soy un cabezudo, no me muevo, me quedo sentado hasta que me atiendan.

Entonces el inicio ha sido duro.

Ha sido una experiencia bastante dura porque el año pasado fue todo burocrático. El registro sanitario, embotellado, problemas con la etiqueta, el diseño, los parámetros a seguir con las medidas, toda la normativa legal.

¿Esa exigencia burocrática es para todas las bebidas?

Yo a los restaurantes a los que he ido me he encontrado con licores artesanales sin etiquetas, impresos en la casa, sin registro sanitario, sin estar dado de alta y encima lo venden más caro que yo. Yo les he avisado para que tengan cuidado porque si les pasa un registro sanitario les cierran el restaurante.

¿De dónde viene usted profesionalmente?

Yo vengo del mundo de la hostelería, soy cocinero profesional.

Bueno, todo queda en el sector.

Yo empecé a comercializar este producto el 6 de diciembre en Gáldar en una feria callejera.

¿Se puede conseguir en el supermercado?

No, en principio no se puede conseguir en el supermercado. Tenemos diferentes canales. Tenemos una tubería vinculada a la restauración en este formato de medio litro. Estoy a la espera de empezar con un formato de 100 mililitros para trabajar con las tiendas gourmet y que se venda como souvenir.

Como recuerdo de la isla.

Igual que se llevan un imán o una postal, que se lleven una botella pequeña de una bebida de tuno indio. En vez de llevarse una botellita de ron miel, que se lleven la de tuno indio con 9,5 grados.

¿Sabe realmente a tuno indio?

Es una bebida de baja fermentación que tiene un parecido al Lambrusco o al Mateus Rosé.

Aunque no es un vino pro-piamente dicho, la textura es parecida.

Sí. El que lo prueba ve que tiene varios filtrados, pero si le hago más lo dejo como rojizo transparente y parecería agua con colorante. Tiene cuerpo y se nota un poco la madre. De todas maneras, contiene sulfitos.

¿Le ha costado mucho poner en marcha el producto?

Hay mucho dinero invertido en este producto gracias a la ayuda de mi familia. Desde septiembre me di de alta como autónomo y estoy trabajando exclusivamente en esta nueva empresa.

Usted es el trabajador y el empresario al mismo tiempo.

Soy un trabajador autónomo y soy también el productor. Dentro de la empresa soy el mozo de almacén, soy el repartidor, soy el distribuidor, hago de todo.

Es el hombre orquesta.

Sí, soy el director de orquesta de todo. Yo toco todos los instrumentos.

¿Dónde consigue la materia prima?

La conseguimos de varios proveedores. Empezamos yendo a buscarla nosotros mismos pero eso es muy complicado.

¿De dónde son los tunos indios que utiliza?

Mayoritariamente son de la zona norte, de barrancos, de Gáldar, Agaete e incluso Artenara y La Aldea. Hay gente que recolecta y también proveedores que tienen ya sus registros.

¿Qué pretende con esta nueva bebida?

Desde Jeribilla hemos querido acercar a la gente al fruto del tuno indio hecho en caldo con un poco de alcohol natural, no añadido. Queremos acercar a la gente a nuestra tunera canaria.

¿Es una bebida totalmente natural?

La fermentación es totalmente natural. Yo no soy ingeniero químico, pero vas por las ferias y la gente se cree que lo soy. Yo he aprendido esto en seis meses.

¿La fórmula está bajo llave?

La fórmula es totalmente secreta. La fórmula tiene cuatro partes: mi padre sabe tres y yo una. Mi padre dice que la tiene guardada en la caja fuerte y que cuando se muera ya se sabrá.

¿De dónde viene el nombre de Jeribilla?

Se sabe que en el léxico canario se traduce por una persona desinquieta. Jeribilla y jiribilla quieren decir lo mismo, se puede decir de las dos maneras. Viene a partir de Paquito el dulcero, que era una señor de Gáldar. A mi padre, cuando era pequeñito, le daba una golosina que creó él y que llamaba jeribilla. Mi padre habló con sus hijos para ver si podíamos poner ese nombre en honor de Paquito y no hubo ningún problema.

¿Cuesta introducir la marca en el mercado?

Es difícil porque es una mar- ca nueva, es una bebida totalmente diferente. Hay licores de tuno indio, pero los licores son mace-raciones que se pueden hacer en casa.

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