Depurar las aguas residuales a coste cero es posible utilizando microorganismos que generan energía. Esta sorprendente afirmación fue una de las que se pudo escuchar ayer durante la primera jornada del Seminario Internacional de Comarcas Sostenibles que se celebra hasta esta tarde en el Centro Cívico Carrizal bajo el auspicio de la Mancomunidad del Sureste.

Este singular proyecto centró la ponencia de Juan Manuel Ortiz Díaz-Guerra, investigador del Instituto Imdea del Agua, que presentó en Carrizal los últimos avances en esta tecnología. El proceso que realizan estas bacterias pertenecientes al género geobacter es similar al que los humanos utilizamos para obtener energía de la glucosa. Cuando los científicos comprobaron que los microorganismos podían realizarlo 'respirando' en una barra de grafito conductora que funcionara a modo de batería asumieron que era posible suministrarles el 'combustible' de las aguas residuales y de ese modo, como explicó ayer Ortiz, "tratar el agua y producir energía eléctrica de manera simultánea".

Con este modelo han logrado poner en marcha el primer humedal bioelectrogénico, un sistema que usa la misma energía que producen las bacterias para electroestimular la degradación de materia orgánica. "Abrimos un campo: la depuración autosostenible, desatendida y descentralizada, porque ya no hace falta enviar agua a una gran instalación industrial ubicada a 60 kilómetros", avanzó ayer el investigador.

El sistema, que ha sido probado a pequeña escala en una depuradora ubicada en el parque natural murciano de Moratalla, cuenta con otra ventaja frente a los métodos tradicionales: la desparición del particular hedor a huevos podridos que emana de este tipo de instalaciones, ya que el ácido sulfhídrico que genera este olor no llega a producirse durante las distintas fases de esta depuración con microorganismos. También está siendo explorada la posibilidad de realizar una desalinización microbiológica de las aguas de mar con cierto éxito, aunque Ortiz prefirió mantener la cautela con respecto a sus posibilidades actuales.

Discursos y ponencias

El seminario arrancó a primera hora con el discurso ofrecido por el alcalde de Ingenio y presidente de turno de la Mancomunidad del Sureste, Juan Díaz, quien acompañado por sus homólogos de Santa Lucía y Agüimes, Dunia González y Óscar Hernández respectivamente, insistió en la necesidad de que el cuidado del medio ambiente no se convierta en un conjunto de palabras huecas dichas por corrección política. "Hay que pasar a la acción y tomar decisiones con firmeza", insistió. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, mostró con su presencia el apoyo de la institución insular a una iniciativa que a su juicio sirve para "generar formación, información, fórmulas que nos ayuden a profundizar en la eficiencia y el ahorro".

Además de la ponencia sobre los humedales bioelectrogénicos impartida por Ortiz, la mañana contó con la charla que ofreció Rafael Martell, presidente de la Asociación Empresarial Eólica (Aeolican). "Con la tecnología actual es imposible que haya un 100% de energías renovables en una isla con un millón de habitantes", reconoció. Para que esto fuera posible se necesitarían muchos más aerogeneradores de los que se encuentran instalados en la actualidad y también "que las baterías sean una realidad fehaciente". Martell ofreció casos prácticos sobre lo que ocurre los días de mucho viento o sol en lugares como Alemania o Dinamarca y sobre cómo estas condiciones afectan a la demanda de esos países y de cómo mejoraría el sistema eléctrico de la Isla con la implantación masiva del vehículo eléctrico.

La primera jornada se completó con ponencias sobre oceanografía, ecomovilidad y ciudades sostenibles a cargo de expertos como Carmelo di Bartolo y con una mesa redonda sobre los avances en renovables en el Archipiélago.