La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Los hombres dominan la tecnología y el coche autónomo es su nuevo juguete"

"La ecomovilidad significa caminar, ir en bicicleta o en coche eléctrico y usar el transporte público", explica Konrad Otto-Zimmermann

Konrad Otto-Zimmermann, ayer en el Seminario de Comarcas Sostenibles. SANTI BLANCO

¿Qué significa el término 'ecomovilidad'?

Es una alternativa al automóvil privado. La ecomovilidad significa caminar, montar en bicicleta, conducir pequeños vehículos eléctricos o usar el transporte público. Al juntarse, estos elementos conforman la espina dorsal del transporte en un determinado lugar para no ser dependientes de los automóviles.

¿Y cómo se materializa esto en 2017?

Significa todo esto, pero hay una serie de retos a los que debemos enfrentarnos. El primero son los servicios de vehículos compartidos como Uber o Lyft en EE UU. El gran capital quiere apropiarse de esta buena idea y convertirla en un gran negocio mundial para su propio beneficio, porque en el fondo lo que sus acccionistas buscan son los dividendos. Por supuesto, todo esto se hace explicando la idea como algo bueno para los individuos y para el planeta.

Pero eso es sólo un discurso de cara a la galería?

Es importante para los desarrolladores de productos en Silicon Valley, porque si ellos no creen que lo que hacen va a cambiar el mundo y se dan cuenta de que sólo trabajan para la maximización de beneficios de las empresas, su motivación caería.

Uber también se enfrenta al sector del taxi, ¿no es cierto?

Sí, esto es un reto en muchos lugares donde han prohibido los servicios de Uber por las presiones del sector del taxi, que quiere defender su negocio aunque en muchos lugares éste no funcione bien. Por eso, defender los intereses del taxi porque sí no es la solución. Ahora mismo tenemos una situación salvaje en varios países y ciudades para ver si este tipo de compañías pueden encajar.

¿Qué papel tiene el vehículo autónomo en este contexto?

Es otro de los retos de la ecomovilidad, aquel del que todo el mundo habla ahora mismo. Con esto me refiero a los medios y al mundo de la tecnología, que está dominado por hombres: a los hombres les gustan los juguetes y ahora tienen uno con el que jugar. Siempre encontrarán la forma de justificar tecnológica, económica o medioambientalmente la forma de justificar la importancia de seguir este camino. Quieren jugar con la tecnología, pero en realidad la conducción autónoma se está desarrollando primordialmente porque se ha divisado un nuevo mercado de grandes dimensiones.

¿Cómo modificarán estos vehículos los hábitos de los conductores?

Llevarán a un aumento en el número de kilómetros por pasajero debido a que se incorporarían nuevos grupos de población. Por un lado, los menores, que no pueden tener carnet de conducir pero sí podrían usar vehículos autónomos. Ocurre lo mismo con las personas mayores que ya no pueden o no quieren conducir, pero que ahora podrán tener un vehículo autónomo. También están los niños, que podrían ser recogidos directamente en el colegio. Esto significaría un aumento en el tráfico rodado.

¿Qué ocurrirá entonces con el aparcamiento?

Las plazas estarán codificadas y las libres podrán ser detectadas automáticamente, de modo que el sistema pueda optimizarlas y asignar a ellas vehículos que estén buscando aparcamiento. Esto significará que muchas personas que personas que no cogen el coche para ir a las ciudades porque no encontrarían aparcamiento empiecen a hacerlo.

¿Y si hay sólo dos plazas para 10 vehículos buscando hueco?

Los sistemas de gestión del aparcamiento asignarán el espacio al vehículo que esté más cerca o al que lleve más tiempo esperando, igual que ocurre en los aeropuertos con los slots.

¿Cuál es, entonces, la gran ventaja de estos vehículos?

Habrá menos accidentes porque los coches podrán detectar las circunstancias del tráfico y responder más rápido. Me fascina cómo la industria del automóvil ha logrado a través de la publicidad convencer durante 40 años a todo el mundo -especialmente a los hombres- acerca de la experiencia de la conducción mientras que ahora el objetivo es disfrutar del viaje con el smartphone o escuchando música mientras el coche va solo. Esto demuestra que todo se reduce a una cuestión de ventas y beneficios: primero dicen que hay que dominar estas máquinas grandes; ahora dicen lo contrario y los hombres vuelven a caer en la trampa. Definitivamente, son los hombres quienes aportan el factor estúpido a todos los asuntos relacionados con el tráfico en las ciudades.

Por lo que dice habrá más coches pero el espacio seguirá siendo el mismo. ¿Cómo se conjugan estos dos factores?

Aplicando el modelo de las tres D. Primero, dimensionar en pequeño el tamaño de los vehículos: no necesitamos tres toneladas para mover nuestros 80 kilos, es tan ineficiente como si los chinos usaran troncos en vez de palillos para comer el arroz. También hay que desacelerar los vehículos para que tengan una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora. La tercera D consiste en hacer decrecer el número de vehículos a través de los sistemas de vehículo compartido. En vez de poseer un vehículo de un tipo, cuando el sistema esté en pleno funcionamiento en cada ocasión se podrá escoger uno que se adapte a las necesidades específicas de ese momento.

Compartir el artículo

stats