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Gran Canaria es la única isla que ofrece plazas de asilo a los refugiados políticos

El Cabildo habilita un espacio para 40 personas en el Centro San Antonio Abad de Vegueta

Gran Canaria es la única isla que ha respondido a la llamada internacional para atender a los refugiados políticos y ha creado 40 nuevas plazas de acogida en el centro juvenil San Antonio Abad, donde ya residen 13 personas en espera de obtener el asilo definitivo en España. Las dependencias, situadas en el barrio de Vegueta, están abiertas desde el pasado 21 de marzo y en los próximos días llegarán cinco nuevos desplazados de Costa de Marfil.

Las otras 22 plazas quedan a disposición del Sistema de Acogida de Solicitantes de Protección Internacional y previsiblemente serán totalmente ocupadas en el periodo de un mes, según informó ayer Juan Carlos Lorenzo, coordinador en Canarias de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), durante una visita del presidente del Cabildo, Antonio Morales, y otros miembros del gobierno insular.

Estas 40 plazas de Vegueta se suman a las 31 del centro de refugiados de Vecindario, donde además existen otras 38 para atención humanitaria. Por tanto, Gran Canaria ofrece un total de 109 plazas de acogida, todas las que se contabilizan en el Archipiélago, resaltó Morales, quien apuntó que el Cabildo ha cumplido el compromiso adquirido durante la crisis de los refugiados por la guerra en Siria.

El presidente recordó que el edificio de San Antonio Abad fue en su día un centro de acogida de menores y es ahora es un recinto sociocultural abierto, donde también se ubica un albergue juvenil . "Eso facilita la convivencia y la integración", recalcó Morales, quien precisó que el Cabildo podría habilitar nuevas dependencias en el caso de que se necesitaran.

El espacio destinado a los refugiados ocupa unos 600 metros cuadrados en la parte alta del edificio, con habitaciones de cuatro o más camas, baños, comedor comunitario, salas de estudio, áreas de recreo y las oficinas de CEAR, desde donde se les apoya en los trámites para conseguir el asilo político, primero, e incorporarse al mercado laboral a través del conocimiento del idioma español y de cursos de formación.

De los 13 primeros refugiados en Vegueta, una gran parte son venezolanos o de otros países latinoamericanos, comentó Juan Carlos Lorenzo, quien detalló que en el centro de CEAR en Vecindario hay refugiados de orígenes "muy diversos", como Guinea Conakry, Mali, Congo, Sri Lanka, Rusia o Ucrania.

Los solicitantes de asilo son, en su mayoría, perseguidos por razones políticas o víctimas de conflictos bélicos. Una vez que se les admite la petición, el Gobierno central los distribuye entre los centros con plazas disponibles de todo el país, la mayoría de ellos situados en Madrid, Barcelona, Bilbao y otras grandes capitales.

Vulnerables

Los refugiados permanecen en estos centros durante seis meses, aunque en casos de "gran vulnerabilidad", como familias con hijos pequeños o personas mayores, se pueden hacer excepciones y prolongar la estancia hasta nueve meses o un año, explicó Lorenzo. Durante todo ese tiempo, e incluso después abandonar el centro, son atendidos por un equipo de profesionales, ayudados por voluntarios de CEAR.

El primer paso es lograr el asilo definitivo y después la integración social y laboral. En los centros de acogida de hace especial hincapié en la atención psicológica, la enseñanza del idioma y la formación ocupacional. En una siguiente fase, en pisos alquilados o compartidos, ya se busca la autonomía de esas personas mediante un empleo. La tercera parte es la integración total en la sociedad y en la idiosincracia isleña.

Para que los refugiados se familiaricen con la geografía grancanaria, las habitaciones están señalizadas con los nombres de Santa María de Guía, Gáldar, Agaete y Mogán. La sala de estar se denomina Telde, el aula de juegos es Ingenio, Tasarte es la oficina de bienvenida y Tasartico el almacén. Las oficinas, decoradas con inmensos murales del antiguo internado de San Antonio Abad, se llaman Caperucita-Santa Lucía de Tirajana y Pulgarcito-Arucas.

Sensibilidad

El coordinador de CEAR aplaudió la iniciativa del Cabildo de Gran Canaria y lamentó que esta " buena práctica" no se haya extendido en el resto de las islas, lo que atribuyó a diversos factores. "Es verdad que para otras administraciones es más complicado o no tienen la misma sensibilidad", dijo.

Lorenzo recordó que Gran Canaria presta asilo a los refugiados desde hace 23 años y resaltó que por el centro de Vecindario han pasado unas 1.800 personas. Uno de los objetivos de CEAR es abrir un centro en Tenerife, pues muchas de las solicitudes de asilo proceden de esa isla. "Una de las familias acogidas aquí en Vegueta vino desde Tenerife", subrayó.

Aunque la llamada a la colaboración internacional se realizó por la crisis de los refugiados de la guerra de Siria, muy pocas personas de ese país han llegado a la Islas, lo que achacó a "la lentitud" del Estado español a la hora de reubicar a las personas refugiadas. "Somos una región ultraperiférica y aquí llegan pocas personas, pero es una responsabilidad de los poderes públicos y organizaciones sociales el habilitar esas plazas", sostuvo Lorenzo. El año pasado, CEAR atendió 300 solicitudes de asilo en toda Canarias.

El coordinador de esta organización no gubernamental, la única que se dedica en las Islas a los refugiados, alertó de que "tampoco hay que olvidarse de los inmigrantes que salen de los CIE y se quedan en un limbo jurídico", mientras que Morales concluyó que el Cabildo de Gran Canaria "no se sustraerá a la realidad que vive el planeta y a la necesidad de abrir fronteras a la gente que lo está pasando muy mal".

En el recorrido por el centro, Morales y Lorenzo estuvieron acompañados por el vicepresidente primero del Cabildo, Ángel Víctor Torres, la vicepresidenta segunda, María Nebot, la vicepresidenta tercera, Inés Jiménez, el consejero de Hacienda y Presidencia, Pedro Justo Brito, la consejera de Educación y Juventud, María Isabel Santana, y el consejero de Solidaridad Internacional Carmelo Ramírez.

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