¿Cómo es posible que en un país como Escocia donde llueve tanto se haya perdido tanta arboleda?
Tenemos una situación muy mala sobre todo en el sur de Escocia donde hay pocos bosques. Se han perdido los bosques naturales en todo el país principalmente debido a los animales como los cerdos y ovejas domésticas así como por las cabras asilvestradas. El efecto durante varios ciclos ha sido la desertización del Sur de Escocia donde se ha perdido casi todo y prácticamente no hay bosques naturales. Hay plantaciones de coníferas, que se cultivan sólo para talar, y se ha perdido el bosque nativo por eso la fundación Borders Forest Trust, que se creó en 1996, puso en marcha el proyecto Carrifran Wildwood para reforestar todo ese valle de Escocia.
¿Cuántos árboles han podido plantar en estos veinte años?
Hemos plantado unos 600.000 árboles en todos estos años, el 80% con personas contratadas por el Gobierno y el otro 20% a través de los voluntarios. En los lugares más difíciles y en las zonas más altas todo el trabajo lo han hecho los voluntarios. Hay una comunidad trabajando junta para restaurar todo este ecosistema.
¿Qué especies son las que intentan recuperar?
Pues los robles y varias especies de sauces. Lo importante es que hemos empezado con un valle, que estaba completamente desnudo, y la fundación compró el suelo, unas 650 hectáreas, con fondos que se habían obtenido a través de aportaciones privadas, cuyo precio fue de 400.000 libras esterlinas.
¿Considera que se puede llevar a cabo esa misma labor en Gran Canaria?
Es una visión un poco distinta. Hay que conocer la cultura de otros países, en Gran Bretaña tenemos menos apoyo del Estado que aquí , y por eso es importante la implicación de los voluntarios. En Escocia es diferente que aquí en Canarias donde los proyectos de reforestación los lidera y subvenciona el Gobierno, pero allí es más fácil que se impliquen los particulares o las empresas. Es verdad que hemos obtenido ayudas para la plantación de árboles, pero la idea arrancó de la fundación.
¿Conoce la realidad de las Islas en materia forestal?
Si, soy, junto a mi mujer Myrtle una enamorado de Canarias. Hemos venido mucho y hemos hecho muchas excursiones. Aquí en Gran Canaria, y también en Tenerife las cabras han arrasado con gran parte del bosque natural, y por eso es necesario restaurarlo. En Tenerife y en Gran Canaria han reforestado el pino canario para recuperar el acuífero, pero se han dado cuenta de que no sólo ha mejorado el bosque sino toda la biodiversidad. En Escocia no tenemos ese problema con el agua, allí el problema es la degradación ecológica debido a la agricultura intensiva y también al pastoreo de ovejas, vacas y cabras. Los ganaderos se han dado cuenta de que ha bajado la producción de las ovejas debido a que apenas hay pastos, y ahora este sector solo se sostiene gracias a las ayudas europeas. Hay que tener un ecosistema más natural, rico en biodiversidad que puede ser útil y más rentable para el sector turístico. Por eso, hay que decidir qué parte del paisaje se destina a la producción de madera, cuál a la ganadería y qué zona se cuida para que también pueda contemplarla el turista.
¿Y qué hicieron con las cabras y las ovejas en ese valle?
Se han llevado para otro sitio donde viven en cautividad. Se retiraron del valle todas las que se pudieron menos las que están en lugares escarpados. Los ciervos que entran hemos tenido que matarlos. Si hay cientos de miles de árboles pequeños no se pueden tener cabras. Por eso tuvimos que colocar una valla perimetral en todo este valle de doce kilómetros para evitar que entren las ovejas y las cabras.
¿Cuándo contó su proyecto a los políticos le apoyaron?
No fue simple. Ahora ante el éxito del proyecto de valle de Carrifran están visitando el lugar estudiantes de la Universidad de Escocia y técnicos y profesionales de entidades del Gobierno. Desde hace años este valle es un ejemplo. Pero no es sencillo que los políticos entiendan a los ecologistas.
