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Las excavaciones en Tenoya ya han identificado restos de siete personas

Los arqueólogos buscan más represaliados del franquismo en los otros 15 metros del pozo

Las excavaciones en Tenoya ya han identificado restos de siete personas

Las excavaciones en el pozo de Tenoya en búsqueda de represaliados de la Guerra Civil han identificado ya los huesos de al menos siete personas, lo que augura que aún existen más restos humanos en los 15 metros de galería que quedan por investigar. Aunque todavía no se ha encontrado ningún cuerpo completo, del análisis de las pelvis, fémures y otras piezas óseas encontradas hasta ahora se desprende que pertenecen a siete personas distintas, según confirmó ayer Javier Velasco, inspector de patrimonio del Cabildo de Gran Canaria.

Esos huesos se han encontrado de forma dispersa en los conductos laterales del pozo, mezclados con el barro y materiales vegetales. Tras la retirada del agua que quedaba en el fondo del tubo, a partir de ahora empieza la excavación arqueológica propiamente dicha, pues se calcula que aún quedan unos 15 metros hasta llegar al fondo de la cavidad.

Los testimonios de los supervivientes y de los familiares de las víctimas, recogidos por la Asociación de Memoria Histórica de Arucas (AMHA), sostienen que a ese pozo fueron lanzados entre 30 y 50 represaliados del régimen franquista. Entre los meses de marzo y abril de 1937 desaparecieron en el norte de la Isla más de un centenar de alcaldes, concejales, dirigentes republicanos, sindicalistas y obreros. La represión se concentró en Arucas, Gáldar y el Valle de Agaete.

En el pozo del Llano de Las Brujas, el primero que se excavó en el año 2008, se encontraron los restos de 24 represaliados y se confirmó que antes de ser lanzados al fondo fueron torturados y rematados con un disparo en la cabeza. Siete de ellos pudieron ser identificados por el ADN de sus familiares.

En el pozo de Tenoya, según los familiares de las víctimas, podrían estar sepultados los desaparecidos de Arucas y Gáldar que no se encontraron en el Llano de Las Brujas, entre ellos el padre de Pino Sosa, presidenta de la AMHA e impulsora de la búsqueda. Su padre, el hojalatero José Sosa Déniz, fue sacado de su casa por los falangistas la madrugada del 18 de marzo de 1937 y nunca más se supo de él.

Según la tradición oral, recogida por el historiador Sergio Millares, al pozo de Tenoya fueron lanzados algunos de los desaparecidos en aquellas fechas. En la fila de los prisioneros que iban a ser ejecutados había dos hermanos y uno de los falangistas, que los conocía, salvó a uno de ellos. Por el hermano superviviente se supo posteriormente que ese pozo fue uno de los utilizados para ocultar los asesinatos de los represaliados.

Los primeros restos del pozo de Tenoya, pertenecientes a dos personas, se encontraron el 13 de marzo. El 8 de abril se pudieron identificar los huesos de otros dos cuerpos. Esta semana se han recuperado huesos de otros tres desaparecidos y se cree que queda una veintena por descubrir.

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