La fresa es hoy la reina de Valsequillo y a su alrededor más de 10.000 asistentes, entre vecinos y foráneos, celebran las bondades del producto estrella del municipio, un tributo a uno de los motores económicos de la agricultura local y una de las palancas para impulsar el desarrollo de un municipio de gran tradición agrícola, pero que quiere dar un paso más para consolidar su producción en ámbitos hasta ahora no explorados. Una tonelada, entre degustación y venta, fue el gran reclamo para darse un paseo por el pueblo, con una temperatura al principio fresca, pero que se ha ido elevando para llegar al calor, no sofocante, pero sí algo molesto.

De hecho, el alcalde, Francisco Atta, cree que esta quinta edición de la Feria de la Fresa, es una buena ocasión para que este fruto continúe su avance no solo en las empresas de distribución alimentaria, donde goza de gran predicamento, sino también en los sectores de la restauración y turístico. Así, la celebración de un show cooking y cócteles, al que fueron invitados representantes de empresas de alimentación, hoteles, restaurantes, jefes de compra de cadenas turísticas y entidades financieras, les mostró no solo la calidad de las tres clases de fresas que se cultivan en el campo valsequillero, sino la variedad de platos, cócteles y recetas que se pueden realizar con ella.

Asimismo, la feria tiene este año un acto novedoso, además de didáctico y pedagógico, el del Museo Vivo, una actividad donde en clave de humor se explica el cultivo de las fresas, sus variedades en Valsequillo y las plagas a las que tiene que enfrentarse para sobrevivir a su ataque. En grupos que entraban cada 20 minutos, hasta cerca de las dos de la tarde, en el terrero de lucha, los asistentes han probado el sabor y textura de las tres variedades de fresa del municipio en un espectáculo entretenido.

Los 1.000 kilos de fresa, para el que llegue después de las 13.00 horas, serán prácticamente una quimera porque al ritmo de venta y degustación -con largas colas en los puestos donde se ofrecían con nata o miel- hace presagiar que pocas van a quedar, pero si hay ánimo alguna se podrá probar con suerte.