El balance meteorológico del pasado abril se ha saldado con un inusual tiempo veraniego, "con temperaturas anómalamente elevadas que serían altas incluso para los meses estivales", según apunta el último Avance Climatológico de Canarias elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología.

Y es que el estudio que ofrece la agencia es una concatenación de anomalías, que se centran de manera principal en una gruesa línea central de la isla de Gran Canaria, desde Arucas a casi la costa de San Bartolomé de Tirajana; en el noroeste de Lanzarote; en buena parte de Tenerife; y casi toda La Gomera, donde el mapa dibuja zonas de un fuerte color naranja que indican un comportamiento térmico Extremadamente Cálido (EC) .

Varios récords se rompieron en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, como la noche más cálida en Valverde, La Gomera, desde que hay registros. Además el número de noches tropicales en la costa, según apunta el recuento, "cuadriplican el valor esperado".

Para ilustrar esta tendencia, la Aemet apunta que entre los días 6 y 8 solo se registran temperaturas normales. Lo demás es una cadena de picos "siempre por encima de los normales". Son máximas como las del día 17, que alcanzan entre los 35 y 36 grados en Tinajo, Arrecife, Antigua, Adeje y Las Palmas de Gran Canaria.

Además añade que el número de jornadas con temperaturas de más de 25 grados triplican el valor esperado en las zonas de la costa, y también lo dobla en las medianías, algo que también pasa con los días que se vivieron a más de 30 grados centígrados.

Trombas marinas en Arrecife

En cuanto a precipitaciones se entregan otros dos extremos. Muy húmedo en puntos de El Hierro, La Palma, sur de Tenerife y Gran Canaria, y zonas muy secas en el noroeste de Tenerife y en las dos islas orientales, donde la falta de precipitaciones arrojan un déficit de hasta el 90 por ciento para la época estudiada.

Un abril que incluso se atreve a despedir con chubascos en la mitad del archipiélago entre los días 26 y 29, por el paso de una vaguada que aunque con unas líneas de inestabilidad "poco organizadas", entregan alguna que otra tormenta con rayos en las islas de La Palma y Lanzarote, incluyendo el avistamiento de trombas marinas en la costa de Arrecife.

Hay que recordar que tras semanas de fuerte calor que colmataron las playas isleñas, el citado día 29 de abril caía una lluvia torrencial en Las Palmas de Gran Canaria de 71 litros por metro cuadrado que provocó inundaciones.

Algo parecido ocurría en San Andrés y Sauces, en Tenerife, donde también caen 76 litros por metro cuadrado, que es el máximo hasta la fecha en 24 horas de ese mes. Telde, El Paso, Sauces, Pinar, Puntagorda y Vallehermoso se mojan de manera abundante en esos últimos días de abril.

Por último el informe señala que las horas de sol suponen un superávit de insolación de entre el 10 y el 30 por ciento de lo normal, para recordar las dos intrusiones de calima, o la fantasmagórica imagen de una Santa Cruz de Tenerife sepultada en la madrugada y primeras horas del día 18 de abril por la niebla marina, que redujo la visibilidad a menos de cien metros, , "algo inusual en la ciudad, pero en absoluto inédito".

De hecho, según la Aemet, existen otros cuatro registros del mismo fenómeno, "los últimos en febrero de 1994 y agosto de 1975".

Todo ese cúmulo de datos al alza contrasta con un principio del mes de mayo en el que las temperaturas y los alisos han dejado un tiempo más acorde con la primavera isleña. Tal es así, que los termómetros ayer no superaron los 27 grados centígrados. De hecho, la máxima del día la arrojaba La Aldea de San Nicolás con 26,9.