La avenida de Europa, que separa la zona turística de Playa del Inglés de San Fernando de Maspalomas mediante muros obsoletos, sufrirá una remodelación en la que el peatón asumirá un papel protagonista. El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana destinará 3,7 millones de euros a este proyecto. La mitad de este presupuesto procede del reparto del fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan). La iniciativa debe estar culminada el próximo año.
En San Bartolomé de Tirajana se desarrollan dos mundos paralelos. Por un lado, la vida cotidiana de los residentes y , por otro, el trajín de la zona hotelera que lo convierte en el primer municipio turístico de Canarias.
En los núcleos de Playa del Inglés y San Fernando de Maspalomas el contraste de ambientes y actividades se acentúa. Solo les separa una carretera, la avenida de Europa, por la que transitan a diario miles de coches particulares, guaguas públicas, peatones y ciclistas.
Todos ellos hacen uso de este tramo de la GC-500, que discurre entre la rotonda de San Agustín y los apartamentos Paraíso Maspalomas, de forma indiscriminada.
Ante la próximo apertura del parque acuático, que proyecta el grupo Kiessling en El Veril, el paso del tren que conectará la capital con Maspalomas y las remodelaciones que han sufrido muchos complejos alojativos de la zona; la transformación de esta vía en un espacio "más amable" se convierte en un imperativo.
Tras varios años de estudio y análisis de este espacio urbano el grupo de gobierno, que preside Marco Aurelio Pérez, ha decidido destinar cerca de la mitad de los fondos que le ha asignado el Gobierno de Canarias a través del Cabildo a este proyecto.
En concreto, el presupuesto para esta iniciativa asciende a 3,7 millones de euros, de los cuales el Ayuntamiento aportará el 50% y el Fdcan la otra mitad restante. San Bartolomé destinará a este proyecto casi la mitad de los 6,6 millones que ha recibido en total del Ejecutivo y que debe ejecutar entre este año y el próximo ejercicio.
Tras la aprobación ayer en el salón de plenos de esta iniciativa, el consistorio se enfrenta ahora al diseño del plan de trabajo.
En los dos últimos años ha recopilado ideas para elaborar el proyecto. Sin ir más lejos en 2015 un grupo de alumnos de último curso de Arquitectura de la ULPGC esbozó para la administración un catálogo con varias alternativas. Sin embargo, ahora le tocará a los técnicos municipales estudiar en profundidad la zona y elegir una fórmula que concilie el trasiego de visitantes y residentes con el menor número posible de barreras arquitectónicas.
El objetivo primordial del proyecto reside en otorgar un papel protagonista al peatón y al ciclista en detrimento de los vehículos.
Ambos carriles de tráfico permanecerán en la zona, sin embargo, se ampliarán las zonas verdes, espacios con sombra y aceras para el tránsito de personas.
En palabras del alcalde, "se tratará de mejorar la imagen turística del enclave, imitando a la obra que se ha ejecutado en San Agustín, pero con un proyecto que resuelva los problemas de este tramo de vía".
Ahora que las obras cuentan con presupuesto, el departamento de Disciplina Urbanística deberá encargar el proyecto y sacarlo a concurso público en los próximos meses. En un plazo aproximado de dos años, el derribo del muro obsoleto que separa los hoteles de Playa del Inglés de San Fernando será una realidad.
