Los turistas europeos sacaron ayer el traje de baño del armario. La fiesta de la piscina del hotel Axelbeach de Playa del Inglés marca tendencia en la moda gay de verano con más de medio millar de aficionados a la ropa extravagante, tacones y colores fluorescentes. La cita, que abre boca a la cabalgata del Orgullo del próximo sábado, gana este año adeptos de Serbia, Filipinas y Estados Unidos.

Apretados, sugerentes y transgresores. Los visitantes del Orgullo disparan esta semana los termómetros de Maspalomas con atuendos que levantan pasiones al borde de la piscina. A los tradicionales slips floreados se suman las camisillas transparentes, los pantalones de camuflaje al estilo militar y los tirantes de cuero a juego con gafas de policía travieso. Por si este pintoresco fondo de armario no fuera suficiente, el británico Adam Murphy (24) decidió ayer presentarse en los jardines del Axel con un bañador rojo entrecortado por las nalgas y unas botas de charol a la altura de las rodillas. Al alma de la fiesta le sobraban los amantes. Con sus uñas de porcelana intentaba abrirse camino entre la multitud hasta el escenario del DJ. Su objetivo era demostrar a los presentes que además de "vigilante de la playa" podía transformarse en un abrir y cerrar de pestañas en "bailarín" y con mucho "orgullo". Cuando alcanzó el borde de la tarima se unió a Scott y Jaimes, una pareja de Birmingham (Reino Unido) asidua al Orgullo de Maspalomas y a los complementos del sadomasoquismo.

"Para nosotros este tipo de fiestas nos hacen sentir libres, únicos y especiales. Maspalomas nos parece un lugar ideal para conocer a gente nueva, disfrutar de la playa y mostrarnos en público tal como somos", aseguró Jaimes rodeado de un elenco de admiradores.

A caballo entre los precios de Sitges (Barcelona) y Berlín, el orgullo de Maspalomas se presenta como un atractivo para el turismo gay europeo. "En Serbia" este tipo de fiestas solo ocurren en "sueños" y en Suiza se celebran únicamente en bares con determinados ambientes. A sus 29 años, Marko Tanoj lamenta no haber descubierto antes el "paraíso" multicolor que representa Maspalomas para el colectivo LGTB. Este estudiante de último curso de Arquitectura en Ginebra se animó este año a visitar por primera vez Playa del Inglés, tras disfrutar de varios veranos en Grecia. Ahora que ha incorporado a sus vacaciones un nuevo destino en el mes de mayo, elogia la "espontaneidad" española y la "amabilidad" canaria.

Este Orgullo de primavera también ha encandilado a dos vendedores de muebles de una tienda en Washington (EEUU). Brando y John decidieron este año seguir los consejos de algunos "amigos" que había hecho escala en Maspalomas el año pasado en su ruta por Europa. Tras 10 días de viaje por Barcelona, Madrid, Portugal y Londres llegaron el pasado domingo al sur de la Isla con ganas de "sol, playa y conocer gente nueva". El centro comercial Yumbo y los locales de sus inmediaciones constituyen su "última parada" antes de volver a la realidad americana aunque, por lo que adelantaron desde su cama balinesa, "no será la última".

En los últimos años a Maspalomas le ha salido un nuevo mercado competidor que poco a poco se orienta al sector gay del turismo. Torremolinos, en la ciudad de Málaga, se ha convertido en imán de inversores de origen británico que quieren hacer de la Costa del Sol un nuevo destino especializado en turistas LGTB.

Según explicó Ramón Moreno, invitado de la fiesta, alrededor de la oferta que ofrecen los mercados turísticos enfocados al visitante gay también existe una burbuja tecnológica en pleno crecimiento. En la actualidad, este cubano afincado en Barcelona se dedica a crear una aplicación para móviles que indica el abanico de locales LGTB que se ubica alrededor de los usuarios del dispositivo.

Maspalomas ha ganado en estos últimos cinco años cuatro complejos dirigidos solo a clientes gais.