Veintidós bodegas de Gran Canaria presentaron ayer los mejores vinos de la vendimia de 2016 para certificar que los caldos de la Isla mejoran año a año y "ya pueden competir en calidad con cualquier otro vino del Archipiélago o de la Península". Esa es la valoración de un especialista como Javier Gala, presidente de la Asociación Madrileña de Sumilleres, quien auguró un excelente futuro al sector vitivinícola canario si persiste en la apuesta por recuperar las variedades autóctonas y no se obsesiona con la cantidad.

El descorche de dos botellas de tinto con una etiqueta neutral de la Denominación de Origen Gran Canaria dio paso a la cata de los mejores vinos de la cosecha 2016, acompañada por una degustación de los quesos premiados en el último concurso insular y actuaciones musicales.

En la presentación participaron las bodegas y marcas La Vica, Plaza Perdida, Vega de Gáldar, Caletón, La Higuera Mayor, Señorío de Agüimes, Agala, Lava, Las Tirajanas, Frontón de Oro, La Montaña, Capón, Berrazales, Eidan, Aya, Mogarén, Rincón del Guiniguada, Oro Blanco, Monte Alto, Finca el Troncón, Viña Canteras y Losoyos.

Con el patio central del Cabildo abarrotado de profesionales y curiosos, también se rindió un homenaje a Juan Armas, propietario de las bodegas Agala, de Tejeda, un pionero en la plantación de viñedos en la cumbre de la Isla, los más altos de España.

El acto simbólico del descorche arrancó con una charla del sumiller Javier Gala titulada El futuro de los vinos de Gran Canaria, en la que animó a los productores a elaborar caldos "con personalidad propia" porque los consumidores buscan y aprecian "lo diferente". Gala, que ha desarrollado toda su carrera de sumiller en Madrid pese a que nació en la capital grancanaria, recordó que hace 20 años, en los primeros concursos, "era difícil valorar en positivo un vino de esta isla", lo que achacó a errores en la enología, como recoger las uvas a destiempo, o a defectos en el uso de las barricas.

Actualmente, a su juicio, "el vino de Gran Canaria ya está en la punta del vértice junto al de Tenerife y "puede competir con cualquiera, porque se ha mejorado la elaboración y se ha especializado en el patrimonio varietal". Gala rememoró la polémica "política" que se suscitó hace dos décadas, cuando se decía que las variedades canarias, como la listán negro, negramoll, tintilla, baboso o vijariego, "no aguantaban el paso por barrica" y se recomendaba plantar las variedades clásicas de la Península y Francia, que además tenían subvenciones de la Unión Europea.

Personalidad

"Después de 20 años hay grandes vinos canarios con paso por barrica, pero casi hubo que ir con pico y pala por todos los viñedos para convencer a los productores de que no quitaran las variedades autóctonas", apuntó el sumiller, quien insistió que los caldos grancanarios gustan al consumidor porque "tienen una personalidad propia, pues son únicos por el suelo volcánico y la climatología".

Tras afirmar que en el caso de Canarias "la calidad es más importante que cantidad", pues es imposible competir con las grandes producciones de Rioja, Ribera del Duero o Cataluña, el experto recomendó apostar por los vinos afrutados, equilibrados en acidez y con poco alcohol. En su opinión, antes de buscar los grandes vinos de reserva con ensamblajes en las barricas se debe seguir experimentando con los monovarietales para ver el potencial de cada uno.

"Cuando los conozcamos bien ya se podrán mezclar variedades y ver que tipo de barrica necesitan, pero nos e debe empezar la casa por el tejado", recalcó Gala, quien sostuvo que el potencial de los vinos de Gran Canaria está en las fincas. "En la bodega se pueden hacer maravillas, pero si no hay materia prima no habrá éxito", advirtió.

El presidente del Cabildo, Antonio Morales, dijo que actos como el descorche simbólico de ayer "contribuye a recuperar un legado que se remonta al siglo XV, cuando la situación de Gran Canaria en un cruce de caminos llevó los vinos canarios por todo el mundo, como quedó plasmado en las literaturas inglesa y francesa". Tras muchas década de abandono de las viñas, ahora se produce "una triple coincidencia" que devuelve el prestigio a los vinos: la modernización de los cultivos, la aparición de nuevas bodegas y la cooperación de las instituciones con el sector agrícola para favorecer la investigación y la comercialización.

Narvay Quintero, consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias, resaltó que los vinos isleños "están en un momento dulce" pese a que la cosecha de 2016 fue menor que en los años precedentes por la mala climatología. "No podemos apostar por la cantidad, pero sí competir con la calidad", subrayó Quintero, quien negó de forma tajante que los caldos canarios tengan un alto precio en relación con los que se importan de la Península. "No es caro, vale lo que cuesta elaborarlo y no hay que olvidar que detrás de cada botella hay una historia heroica por mantener nuestra agricultura y nuestras variedades", puntualizó.

El consejero de Sector Primario del Cabildo, Miguel Hidalgo, y el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen, Luis López, agradecieron el esfuerzo de los productores, que simbolizaron con la entrega de una placa al viticultor Juan Armas.

Gran Canaria cuenta con 70 bodegas, de las que 54 ya embotellan sus producciones. Existen 235 hectáreas de viñedos y más de 350 vitivinicultores, que en el año 2016 recogieron 306.000 kilos de uva a pesar de las inclemencias del clima, lo que no ha afectado en absoluto a la calidad. Salvo sorpresas meteorológicas, se espera que la cosecha de 2017 sea excelente.