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Arucas

Chapuza de paseo en San Andrés

Los vecinos del barrio costero lamentan el estado de abandono de unas obras paralizadas hace semanas

La calle Luisa Ramos Medina en San Andrés, que da al mar, espera desde hace semanas la llegada de los operarios de Endesa para soterrar, un metro y medio -como manda la Ley-, los cables eléctricos de la compañía que transcurren por la vía. Ya en la anterior reforma la eléctrica se encargó de ponerlos bajo tierra, pero no tan profundos como para que los operarios del Ayuntamiento de Arucas no los descubrieran cuando realizaban las obras de acondicionamiento de la nueva calzada. "Esto es una vergüenza", aseguran los vecinos del pueblo costero.

El Ayuntamiento de Arucas comenzó las obras de rehabilitación el pasado 2 de febrero. Pero tuvo que interrumpir el proceso cuando salió al descubierto un tendido eléctrico que no era de la red pública. "Entre el Ayuntamiento y Endesa tienen esto parado", explica Eugenio Falcón, vecino de 82 años de San Andrés. El barrio costero culpa la gestión de sus políticos al estado de las obras, que llevan paradas más de quince días, y según el alcalde, Juan Jesús Facundo, "habrá que esperar uno o dos meses más".

El consistorio de Arucas carga contra la red privada por la paralización de las obras. "Si fuese tendido público estaría solucionado", agregó Facundo, que pidió a los vecinos un "poco de paciencia". Pero los residentes llevan esperando soluciones por parte del consistorio. "No puede ser que dejen todo así, hay que tener un poco de decencia", denunció Juan Jiménez. Los vecinos no entienden que el Ayuntamiento eche las culpas a la red eléctrica como motivo del estado de abandono. "Somos los propios vecinos quienes estamos tapando los agujeros y dejándolo de manera aceptable mientras se soluciona esto", aseguró Falcón, que se paseaba por la plaza regando y cuidando las flores. "Ni esto se dignan cuidar", espetó.

Olga Rosales también denunció el abandono que sufren desde las instituciones. "Somos muchos vecinos mayores y necesitamos las calles en condiciones", explicó. Rosales no quiere oír las excusas del Ayuntamiento. "A mí no me vale lo de pasarse la pelota de un tejado a otro", aseveró, "porque quienes lo sufrimos somos los vecinos", añadió Rosales, que aseguró que el mal estado de las calles pone en peligro el bienestar de los residentes. "El otro día casi me mato por la acera, que está toda partida", advirtió la señora, que recordó la caída que sufrió uno de los mayores por el estado de la calzada.

El alcalde Facundo declaró entender la desesperación de los residentes. "Estamos intentando agilizar el proceso con Endesa", aseguró el regidor municipal.

A falta de solución definitiva, y pese a que la calle debería estar vallada y cerrada, los vecinos han reabierto la vía para continuar usándola hasta que se retomen las obras. "Pretenden que este trozo lo crucemos por la acera estrecha", denunció otro vecino que pasaba corriendo. Mientras los operarios no lleguen, algunos vecinos se han puesto manos a la obra para esconder algunos peligros expuestos en la vía. "Hemos tapado los hoyos con maderas y hemos retirado algunas vallas oxidadas y caídas", reveló otro residente. Debido a que el mar y las olas pegan contra el muro a escasos metros de la calle, el mobiliario de los obreros se está desgastando y oxidando por el salitre. "Está expuesto a unas condiciones que deterioran cualquier medio", explicaba un viandante. Y mientras Endesa y el Ayuntamiento de Arucas no continúen con las obras, los vecinos y residentes de San Andrés siguen sin poder disfrutar de un paseo digno, como el que se proyectó para el barrio costero del norte de Gran Canaria.

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