La Armada ha entrado este lunes en estado de 'alerta' a cuenta de los ejercicios de seguridad que realizarán en buena parte de la geografía nacional hasta este miércoles. Un grupo de 'desquiciados manifestantes' atosigaban la cancela fortificada de la base de radio de El Picacho, en Arucas un punto de especial valor estratégico que fue defendido con autoridad por el personal de la propia base, los refuerzos de la Unidad de Seguridad de Canarias y otros dos miembros de la unidad canina, 'Rex' y 'Cros', dos pastores alemanes que trituraron con un par de chasquidos el intento de revuelta.

No llegan a 20 pero tienen muy mala pinta y peores pulgas. Se han plantado frente a la cancela fortificada de la base de radio de la Armada en la cima de El Picacho, en Arucas, algunos armados con palos y con ánimo de desastrar las instalaciones.

En un primer intento se encuentran con varios efectivos de la propia base que les solicita por las buenas que vayan ahuecando. Pero no hay manera. La simple vista de los uniformados actúa como la sal de fruta cuando le cae agua y la horda se pone farruca. Muy farruca.

Es el momento de pasar al plan b. El plan b lo protagonizan Rex y Cros. Dos pastores alemanes con peores pulgas que el propio piquete. Un grupo acorazado hasta la coronilla con escudos, protecciones, cascos y unas botas que hacen saltar los sismógrafos de la zona sale de la base en formación Alejandro Magno y avanza hacia los díscolos.

De repente se abre la formación y desde atrás aparecen los dos perros sujetos con unas correas de varios metros. Le sueltan carrete a a los animales y el acabóse. Rex sale fogateado hacia un manifestante, le agarra por un muslo y lo tumba. Ahí se acabaron las raleras y boberías. La base queda a salvo.

Desde primeras horas de este lunes y hasta el próximo miércoles en todo lo que sea una base, un puerto, o una instalación de la Armada en todo el territorio nacional hay anuncio de jaleo. No se sabe ni la hora, ni el tipo de operación. Antes de este simulacro que tenía lugar a las once y media de la mañana, bajo un chubasco que también se apuntó al ejercicio, tuvieron que solventar un aviso de bomba.

Todo ello es parte del FPEX-17, un ejercicio que pretende comprobar y mejorar el adiestramiento de las unidades de la Fuerza de Protección de la Armada (Fupro) además de comprobar los planes de seguridad de cada una de las instalaciones, según explicaba ayer bajo el chubasco de agua y de 'manifestantes', Carlos Llaca, comandante de la Infantería de Marina, perteneciente a la Unidad de Seguridad de Canarias, que cuenta con 205 tropas con el objetivo de " proporcionar protección y seguridad física a las bases, instalaciones, organismos y personas de la Armada en el archipiélago canario".

Para dar forma al simulacro recurren a unos 'subversivos' fichados de entre 'lo peor' de las distintas unidades de sus propias filas , para tratar de sabotear las áreas de más de una decena de municipios de siete comunidades autónomas.

El zafarrancho implica a todo tipo de recursos de protección, como en este caso de El Picacho, las llamadas Unidades Cinológicas, pero también aquellas que implican la protección de buques y helicópteros de la Armada, a cargo de los Equipos Operativos de Seguridad de la Infantería, o de tiradores de precisión.

En cualquier caso, todas las acciones programadas, según se explicaba sobre el terreno en 'disputa' están diseñadas para que "causen el menor impacto en el normal funcionamiento de las unidades de la Armada donde van a tener lugar, por una parte, y que no causen una innecesaria alarma a la población local, por otra", si bien las actividades y las 'contramedidas' para rechazar los intentos de ataque que se irán materializando en los distintos puntos susceptibles de ello en Canarias, "serán claramente visibles para los ciudadanos".

Ahora parece que el grupo de descerebrados que atosigan en El Picacho vuelve a reclamar al compañero que ha sido retenido en la base de radio, y vuelve a montarse la marimorena. Es el turno de Cros, que probablemente reciba el nombre por la onomatopeya del crujir los huesos.