Ismael y Elsa Diepa además de tía y sobrino son unos linces para despellejar papas. Esta estirpe de Las Remudas (Telde) logró pelar ayer cerca de dos kilos de tubérculo cultivado a los pies del Nublo en apenas dos minutos. El pueblo de cumbres presumió de las 12 variedades de papas que crecen en sus terrazas y promocionó entre los visitantes el producto local con motivo de la celebración de la segunda edición de la Fiesta de la Papa.

Además de almendras y ciruelas, en la tierra del Bentayga y El Nublo crecen hasta 12 variedades de tubérculos. A las de tipo Valor, Picasso y Rudolph se suman las papas Apache (ideales para arrugar), Cara, Libertie, Divaa, Sunrise, Galáctica, Merlin y Krestrel. "Fritas, horneadas o sancochadas", según señaló el edil de Sector Primario del Ayuntamiento de Tejeda, Ezequiel Rodríguez, las papas de Tejeda no solo destacan por su sabor sino también por su textura.

Este año, que la cosecha acaba generosa, el consistorio ha querido promocionar el majar en tapa y a granel. Los bares y restaurantes del casco de Tejeda recibieron ayer a sus invitados con una ruta de platos elaborados con el producto estrella, que además de tortilla y bravas dejaban en boca un maridaje de caldos y quesos de la zona.

El barrio de El Toscón, representado por la asociación de vecinos Roque Palmez, trajo al jolgorio nada más y nada menos que 400 kilos de papas. "Están sembradas en Tayguy y regadas con agua de naciente", advertía Teófilo Quintana, más conocido como "Víctor" entre "otros nombres" por los lares de cumbre. A sus 81 años este tejerense continúa "con el sacho" en la mano. No solo planta papas, sino también tomates, pimientos, calabaza y, si le dejan, hasta destila "vino", cuentan sus vecinos.

Entre anécdotas y risas, este vecino hacía gala de la calidad que presentan los tubérculos de esta zafra. "El buen tiempo y las propiedades de la tierra" regalan este mes en Tejeda papas a 80 céntimos el kilo. Un precio que "no hace rico" a los labradores, pero sí a los platos de las amas de casa.

Con la música de La Isleña y el desparpajo de su pregonero, Félix Montesdeoca, llegó la fiesta a la Plaza Nuestra Señora del Socorro. Lo mismo daba un pasodoble, que La Macarena o el himno de La Rama, los músicos consiguieron poner a bailar a los visitantes y animarlos para que participaran en un concurso donde la rapidez para pelar papas se convertía en toda una habilidad social y cultural.

La primera ronda de la competición contó con el salero de cinco aspirantes de edades comprendidas entre 10 y 15 años. ¿El reto? Pelar la mayor cantidad de papas posible en tan solo dos minutos. La mayoría no había practicado este arte culinario en su vida. Sin embargo, los gritos de apoyo de sus familiares y la ilusión de llevarse a casa las papas que cada uno despellejara en esos 120 segundos sirvieron de acicate. Con dos papas peladas y un corte de cuchillo, Ismael Izquierdo Diepa se impuso en la categoría infantil.

Tras su victoria, sus tías Pino, Elsa y Leticia decidieron luchar por el doblete en el podio en la categoría juvenil. Casi "sin mirar" y con kilo y medio de papas peladas, Elsa Diepa se hizo con el segundo premio y con una bolsa de tubérculos destinada a mezclarse con una docena de huevos en la sartén de su casa.

Además de la estirpe teldense, al podio de los peladores de papas más rápidos de la feria se unió Pilar Sarmiento, de Tejeda, y María del Pino Rodríguez, en la categoría de veterana. Con cinco hijos, 12 nietos y tres bisnietos, la ganadora más experimentada de la jornada admitió entre risas que a estas alturas de su vida le "sobraban años de entrenamiento".

Con las recetas de los bares, que aspiraban al título de mejor plato elaborado con papas de la fiesta, sobre la mesa del mirador se encendió la alarma de fuego en el pueblo.

Un incendio en el barrio de La Culata, que a esos de las 13.00 horas se extendía de forma incontrolada con dirección a Cuevas Caídas, llenó de humo las inmediaciones del casco histórico.

"Por suerte" el incidente solo quedó en un "susto" para los vecinos de la cumbre, las autoridades y los visitantes que se agolpaban en la salida del pueblo para grabar con sus teléfonos móviles las labores de extinción que realizaron los helicópteros del Cabildo y Gobierno de Canarias.