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Los agentes con olfato del aeropuerto

'Bart' y 'Jaén' pertenecen la unidad canina de la Guardia Civil que inspecciona las instalaciones de AENA

Ellos pasan prácticamente desapercibidos en cualquier día de actividad normal y en los de ajetreo en el aeropuerto de Gran Canaria, igual que los agentes de la Guardia Civil que están siempre cerca de ellos. Muchos de los pasajeros que embarcan o desembarcan no se dan cuenta de su presencia. Salvo algunos que los ven y exclaman algo así como "qué guapo es este perro".

Sin embargo, los perros de la unidad canina están casi todos los días del año trabajando en las instalaciones de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) en los municipios de Telde e Ingenio, como en los puertos, en fiestas, celebraciones y diferentes eventos multitudinarios en la Isla.

Los perros Bart y Jaén forman parte del Servicio Cinológico de la Guardia Civil en Gran Canaria, con sus guías Rafael García y Felipe Muñoz respectivamente. Ellos son los eficaces y discretos perros de la unidad canina que el pasado día 31 de mayo hicieron una demostración de sus habilidades a LA PROVINCIA / DLP en las terminales de salidas y de llegadas del aeropuerto de Gando.

Bart es un perro labrador que tiene una edad de cinco años . Su especialidad es la búsqueda pasiva de droga. "Va a su aire, suelto, mientras yo lo miro desde la distancia", señaló su guía, Rafael García, que indicó que "luego olfatea a todas las personas que están en su paso, sigue y marca, sentándose, cuando está seguro de haber olido sustancias estupefacientes".

Otra gran característica de este can labrador es que "es uno de los pocos" capaces en Europa de descubrir la droga tragada, la que está en el interior de la persona que lleva consigo los estupefacientes.

Este labrador, durante esta demostración de su trabajo en la llegada de un vuelo insular, marcó a tres pasajeros, un hombre y dos mujeres que iban por separado. El guía hizo una indicación y los otros guardias civiles, en la puerta de salida, solicitaron a estos tres supuestos sospechosos su documentación, billete de vuelo y demás, para luego llevarlos a cada uno a una habitación, donde hicieron los registros y gestiones correspondientes. No llevaban droga, pero habían posibles sospechas de que consumieron, que no es delito.

Rafael García, muy orgulloso de Bart, señaló durante un descanso tras la sesión laboral en la terminal de llegadas, que los perros "se hacen muy buenos" en estas labores de detección "jugando mucho con ellos, dándoles cariño, como es el caso de este labrador".

Aunque no quieren dar muchos detalles sobre cómo descubrir a la persona que lleva droga encima, ambos indicaron que "es muy complicado", y señalan, por ejemplo, que "ya no corresponden a un perfil concreto, como en otras épocas, porque ya puede ser cualquier, el más inesperado. Ahí están Bart y todos los canes para descubrirlos. "Por lo general, la necesidad económica es el factor común de los portadores de droga", agregaron.

"Tenemos el récord aquí de haber descubierto a una persona con 173 bolas de hachís en el interior de su cuerpo. Eso suponía un peso aproximado de 1,2 kilos de droga. Era también un gran peligro para el que los llevaba", indicó García.

El otro perro es Jaén, un pastor belga malinois , macho de cinco años, que está entrenado para encontrar explosivos, y que para los guías es tan importante como Bart. "Aunque, por fortuna, el 99 por ciento de las amenazas de explosivos son falsas, este perro tiene mucho trabajo, aunque sea preventivo. No hay que fiarse", explicó su guía Felipe Muñoz. "Tiene que inspeccionar papeleras, maletas, todo. Hacemos muchos ejercicios de simulacro con explosivo de verdad para que no pierda sus grandes habilidades", agregó.

Durante la demostración, Jaén olfateó gran parte de las maletas de los pasajeros con los que se cruzó en la terminal de salidas internacionales. Después, su guía escondió entre otros equipajes que ya había olfateado, en un momento que el can estaba lejos, un maletín -marrón- con explosivos. Evidentemente, lo descubrió, se sentó y recibió su juguete, un rodillo de tela que luego no soltaba de sus dientes hasta que se le distrajo con el ofrecimiento de otro rodillo. Los turistas que vieron el ejercicio aplaudieron al perro.

Jaén no sólo trajina en el aeropuerto, sino en cualquier otro sitio donde le encarguen ir a trabajar, como instalaciones portuarias o estaciones. El guía Felipe Muñoz destacó, para ayudar a comprender la gran capacidad de los perros, que "nosotros, los humanos, tenemos de media cinco millones de células olfativas. En cambio, los perros, por lo general, tienen 220 millones de células de este tipo".

Imprescindibles

Los dos guardias civiles también resaltaron que "estos perros son imprescindibles" para este trabajo de detección, al tiempo que señalaron que "nos faltan efectivos" porque tenemos mucho qué hacer en estas tareas "vitales" para la seguridad y para atajar el tráfico de sustancias estupefacientes.

Tras la demostración de los canes, los dos guardias civiles recordaron que los perros de esta unidad canina descubrieron en los últimos años en otros servicios hachís en el interior de una muleta, como droga que estaba escondida en el fondo del depósito de gasolina de un turismo.

Por otro lado, otras fuentes de la Comandancia de Las Palmas indicaron que en el aeropuerto de Gran Canaria fueron detenidas por un delito de tráfico de droga un total de siete personas el año pasado, así como cuatro en 2015.

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