Once y media de la mañana de ayer en Santa María de Guía, casi en la cancela del municipio, donde se encuentra el enorme edificio que alberga Muebles Atlántico Norte. A tiro de piedra, un señor atiendo el enorme plantío de papas. Otro algo más lejos se afana en pasarle la desbrozadora a medio huerto de su casa. Más arriba, rumbo al Cenobio de Valerón, un tractor del año la pera rotura. Y enmedio de todo esto, un semi caos automovilístico -aunque controlado- se va apoderando de los márgenes de la carretera. 62 coches en menos de 500 metros de calzada, que se suman a otro más de medio centenar de los aparcamientos y en unos terrenos anexos al establecimientos.

Ya no se escuchan los pájaros del lugar, sino la palabra ´descuento´, y su prima-hermana ´liquidación´ y guarismos que oscilan entre el 30 y el 50 por ciento. Son señores con una silla en la mano saliendo rumbo al portabultos, o señoras con una lámpara y el cable siguiéndole hacia su nuevo destino en cualquier parte de la isla. Han llegado de Guía, de Valleseco, de Las Palmas de Gran Canaria, de Vecindario... Toda la geografía insular.

Alejandro Díaz, el más pequeño de los cuatro hijos de don Ramón Díaz, fundador de Muebles Atlántico Norte se afana en el ordenador de su oficina, en dirección. El asunto se ha medio salido de madre. A esa hora no sabe aún cuánto se ha facturado, qué mercancía se ha movido, si el producto estrella es el aparador, el cuadro de cristal templado, el faldón aluminizado o la bancada Spazio, que tiene un potente descuento sobre sus 269 euros de partida.

Alejandro de momento solo puede estimar. Estima que a esa hora se ha vendido "más o menos" el 80 por ciento de lo que se encuentra en exposición, y que ha sido tan contundente la demanda que ha tenido que subcontratar personal para distribuir la mercancía desde que LA PROVINCIA publicara el pasado sábado que el emblemático edificio iba a ser alquilado a un grupo chino. Ha sido tanta la afluencia que en los próximos tres días, martes, miércoles y jueves, cerrarán el negocio para repartir lo adquirido el lunes y reponer nueva mercancía. El viernes y sábado por la mañana, más descuentos y suma y sigue así hata el 31 de agosto, la fecha en la "que habrá que dejar todo el edificio vacío".