La Administración Número 2 de Loterías de Moya repartió el pasado sábado 676.351 euros, con un boleto de la Primitiva con seis aciertos.

A la combinación ganadora, compuesta por los números 03- 13 -16 -21-28- 43, apenas le faltó, según explica uno de los trabajadores del despacho, Ernesto Galván Henríquez, “acertar con el reintegro para lograr un premio de más de 13.400.000 euros”. Esa breva recayó en otro señor que selló su apuesta en el Puerto de Santa María, en Cádiz.

A pesar de que en la villa de Moya, y más en la céntrica calle Luján Pérez, en cuyo número 7 se ubica Alazar, que es el nombre que recibe el establecimiento, se conocen todos, Ernesto aseguraba que ignora la identidad del afortunado jugador de La Primitiva, y que si hiciera falta porque el cliente pidiera mantener el anonimato, “tampoco lo iba a decir”, que es lo que manda la profesionalidad y el código deontológico del lotero en estos casos. La única pista que tiene entre manos de momento es que se trata de “un jugador habitual de La Primitiva que además del sábado también jugó la del jueves”.

Una incógnita de momento, y eso a pesar de que se trata del premio más goloso que ha repartido esta administración de Moya desde que se abriera hace 30 años, primero de la mano de Juan Ignacio González Méndez, y cuyo hijo, Ismael González ha tomado el relevo del negocio.

Pero si el ganador del sorteo está de fiesta, también tuvieron parranda en la villa a cuenta de la noticia, que cayó en esa misma noche del sábado en plenas fiestas de San Antonio de Padua.

Según explica Ernesto Galván el bombazo se anunció “por un grupo de WhatsApp, porque sí, tenemos un grupo con abonados, y si el sorteo es a las ocho y media de la tarde, a eso de las nueves menos veinte un abonado metió el mensaje de que nuestra administración había dado ese premio”.

Galván también lo alucina con la inmediatez y los reflejos del cliente. “Es que resulta que hay una aplicación, porque ahora aplicaciones para todo, que dan sobre la marcha la combinación ganadora, dónde la han despachado y la administración que ha vendido el boleto, oh, yo me quedé asombrado”, confiesa el hombre.

El caso es que en esos momentos en la villa norteña llovió fiesta sobre fiesta, porque “justo en ese momento estábamos disfrutando de un concierto de Los Lolas y un par de grupillos más, con lo que se fue corriendo la voz enseguida, después de confirmarlo, de forma que hasta el speaker del espectáculo lo anunció en directo. Y vengan más felicitaciones”.

A este cheque se añade otro de la Bonoloto que la misma administración repartió el pasado mes de febrero, así como una partida de “premios más pequeños”, pero ha sido con este con el que el día de ayer su despacho de la calle Luján Pérez ha vivido un mayor trasiego, con la clientela “comprando algo más de lo habitual”.

Porque al fin y al cabo, como detalla Ernesto echando cuentas sobre la marcha, “con estos 676.000 euros si los administras con cabeza, podrías echarte a la bartola y disfrutarlo bien durante lo que te quede de vida”.