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Agüimes

Las Teresianas se marchan de Agüimes después de 20 años de labor pastoral

Las cinco monjas de la congregación que permanecían en el municipio dirán adiós el 20 de julio

El obispo de Canarias, Francisco Cases, durante un acto en el colegio Nuestra Señora del Rosario. ANDRÉS CRUZ

La comunidad teresiana que reside desde hace 20 años en Agüimes dirá adiós al municipio a lo largo de las próximas semanas. Las cinco religiosas que colaboraban tanto con el colegio Nuestra Señora del Rosario como con las parroquias de San Sebastián y San José Obrero cerrarán las puertas de la casa donde han vivido en las últimas dos décadas el 20 de julio para dirigirse a sus nuevos destinos en otros puntos de la Isla y de la geografía peninsular.

"Nos vamos con bastante dolor, porque hemos creado lazos", reconoce la hermana Pilar Ramírez Díaz-Bernardo, quien asegura que ella y sus compañeras, a pesar de la pena por la despedida, sienten "una gran satisfacción" por ver que en este tiempo se han creado "lazos, no sólo desde el cariño, la cercanía y la amistad, sino también desde la fe".

En realidad las Teresianas de Agüimes llegaron por primera vez al municipio un poco antes, en 1995, para colaborar con un centro educativo por el que antes habían pasado los hermanos de La Salle, las Carmelitas y las Dominicas. Al principio se desplazaban cada día desde Las Palmas de Gran Canaria, pero en 1997 la misma fundación que gestiona el colegio habilitó la vivienda en la que han residido hasta ahora.

Desde entonces se encargaron de coordinar el departamento de Pastoral del colegio y a apoyar las labores educativas durante algunos cursos académicos, pero también comenzaron a participar de manera activa en la vida de la principal parroquia del municipio, la de San Sebastián. "Hemos coordinado los grupos de catequesis de primera comunión y de padres", explica Ramírez. No sólo eso: al mayor templo del municipio le siguió en el tiempo la iglesia de San José Obrero, ubicada en Cruce de Arinaga, donde llevaban "dos grupos de padres muy numerosos", en palabras de la religiosa.

Las labores de las Teresianas han sido muy variadas durante todos estos años: tan pronto podían estar visitando a enfermos en Temisas como participando en las liturgias diarias cerca de la costa. "En todo lo que se puede", comenta Ramírez mientras destaca la importancia del "apostolado de la calle" con el que se sienten tan identificadas: "Vivir entre la gente, sentirnos cercanos a todos, ayudar en todo lo que podemos, escuchar?". Para ella este espíritu "va mucho con el carisma de nuestra congregación". La educación, argumenta, es para las Teresianas mucho más que los colegios y no sólo es necesaria durante la etapa escolar: "Es transmitir valores, sobre todo con la vida, más que con las palabras, entre las personas que nos encontramos".

Ese contacto diario con la realidad de la villa ha permitido que las Teresianas se sientan "muy a gusto" en el municipio. "Convivir con la gente de Agüimes ha sido un regalo para nosotras: hemos hecho muchísimas amistades y nos encontramos como si fuéramos de aquí", destaca. Ahora sus alforjas partirán de Agüimes cargadas de "vivencias, más que recuerdos".

La noticia de su marcha ha sido sentida con tristeza por la feligresía de San Sebastián y San José Obrero. "Ahora que hemos comunicado que nos vamos, cantidad de personas se notan afectadas", comenta Ramírez, quien subraya con rotundidad que la comunidad no se va de Agüimes por problemas de ningún tipo con la fundación que gestiona el colegio, sino porque "la congregación está reestructurando obras y es necesario". Las cinco hermanas que aún quedan en el Sureste, todas jubiladas de forma oficial, continuarán con sus labores "de otra manera" en sus nuevos destinos de Huelva, Sevilla y Las Palmas de Gran Canaria.

Antes de que el 20 de julio echen definitivamente el fechillo de la casa que han habitado durante todos estos años, el día 1 a las 19.00 horas tendrá lugar en la parroquia de San Sebastián una misa de acción de gracias que hará las veces de despedida oficiosa. "Será algo muy casero y nada oficial, no querríamos tampoco nada de otro tipo", concluye la religiosa.

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