El exluchador Jimmy Breaks pasaba sus vacaciones desde hace veinte años en el apartamento 608 del complejo Bahía Azul de Puerto Rico, municipio grancanario de Mogán, donde la madrugada del pasado viernes mató a golpes a Donna Cowley, cuidadora del inglés. Un vecino británico aseguró que Breaks se ejercitaba junto a la piscina por las mañanas. "Estaba en forma para la edad que tenía", afirmó, "aunque en los últimos años se le veía más decaído".

Breaks, de 80 años, acudió esposado con la comitiva judicial y la Guardia Civil a la inspección ocular del apartamento en el que, supuestamente, agredió el pasado viernes a Cowley, que falleció pocas horas después en el Hospital Insular de Gran Canaria. A la llegada, una empleada del complejo reveló que las disputas entre ambos eran frecuentes, llegando en algunas ocasiones a producirse agresiones físicas. "En octubre -de 2016- la mujer tenía un ojo morado", aseguró la empleada, que declaró a los agentes que se arrepentía de no haber alertado a la policía con anterioridad.

La comitiva judicial llegó a los apartamentos sobre las 14.15 horas, y mientras varios forenses inspeccionaban el interior el arrestado espero en un vehículo custodiado por un agente. Antes de que fuese requerido para recrear los hechos, la Benemérita le ofreció taparse la cara ante los medios, pero Breaks rechazó la propuesta y posó ante las cámaras. Un periodista británico le espetó varias preguntas al sospechoso mientras era escoltado al interior de su vivienda vacacional. La actitud del exluchador británico era tranquila. Vestía una camisa y pantalones negros, así como unas cholas y un caminar despreocupado. No atendió a las preguntas de la prensa británica allí presente y que han dado eco de la noticia en los medios ingleses.

Tras permanecer unos quince minutos en el interior y relatar lo sucedido a las autoridades judiciales y la Comandancia, Breaks fue sacado por la fuerza por dos agentes y arrastrado por las escaleras hasta llegar al aparcamiento donde fue introducido en el vehículo policial a la fuerza. Durante el traslado forzoso Breaks pidió ayuda al periodista británico. "¿Me vas a ayudar?" preguntó el agresor en inglés a la prensa mientras los agentes le introducían en el coche.

Breaks salió transformado de la inspección ocular. Antes de la entrada el exluchador caminaba de manera tranquila y miró a las cámaras de la prensa que aguardaban su llegada. Su salida fue todo lo contrario. Sacado a rastras por los agentes, Breaks se mostró mucho más nervioso y alterado que a su llegada. Tan solo quince minutos dentro de la escena del crimen bastaron para que el exluchador se viniera abajo.

La víctima, Donna Cowley, de origen británico, vivía desde hace más de una década en el sur de la Isla, donde trabajó como camarera en varios establecimientos de Puerto Rico. Actualmente era la cuidadora del exluchador y ya había trabajado en locales que regentaba el propio Breaks, según los medios ingleses.