La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis Alvarado Martínez, Europa a sus pies

El grancanario es presidente del Foro Europeo de la Juventud - Compagina su cargo con el de director asociado de la Fundación Rockefeller en Londres

Luis Alvarado Martínez, Europa a sus pies

Premio Europeo Carlomagno de la Juventud, Joven Europeo del Año en el 2013, expresidente de AEGEE-Europe, actual presidente del European Youth Forum, o Foro Europeo de la Juventud, Director Asociado de la Fundación Rockefeller, Premio Gran Canaria 2015 de la Real Sociedad Económica de Amigos del País Gran Canaria, y Premio Joven 2016 del Gobierno de Canarias, "y mucho café", todo esto en una única persona: Luis Alvarado Martínez, nacido en Gran Canaria en 1989.

Castellano, francés, inglés, italiano, y algo de serbo-croata, Alvarado Martínez resulta un mapamundi andante con maleta hecha y esporádica residencia en Londres, entre vuelo y vuelo, "y de alquiler".

Nacido en la capital de la isla, a los dos años de edad recala en Lanzarote para regresar con 16 becado por el Granca, como junior, y donde era "el bajito del equipo", con su 193 centímetros de altura, hasta que entra por la ULPGC en Traducción e Intérprete. Ahí se decidió por el francés, idioma diplomático por excelencia. Pero es en 2008 cuando su vida se convierte en un antes y un después. A las cuatro de la madrugada del domingo 7 de diciembre sufre la trágica pérdida de uno de sus mejores amigos, Iván Robaina, en la zona del Puerto.

Luis estaba con él aquella noche. "Esa experiencia traumática me cambió. A partir de ahí me involucro en la sociedad con el convencimiento de que esto no puede volver a suceder, de que Iván y su historia debía convertirse en un simbolo de la esperanza que se le debe dar a nuestros jóvenes en Canarias para que cumplan sus sueños".

Así empieza recogiendo firmas para poner el nombre de Iván en la Facultad y continúa cada vez más involucrado en la conciencia social. Ahi es cuando da con AEGEE-Europe, Asociación de los Estados Generales de Estudiantes de Europa, "que me abre las puertas del continente". Primero se convierte en presidente de la delegación en Las Palmas, y luego para España, Francia y Portugal hasta que recala en Lyon en 2010 con el Erasmus.

Con AEGEE entra a formar parte de proyectos internacionales para fomentar la participación de los estudiantes en el Parlamento Europeo, a luchar para que los estados incrementen presupuestos a Educación, o para reconocer la equivalencia de las titulaciones, entro otro sinfin de propósitos. "Y decido crear un equipo para optar la presidencia a nivel internacional". A finales de 2011 gana las elecciones. "Salí de presidente y me mudé a Bruselas..., y desde entonces no he vuelto a ver el sol".

De repente se ve liderando la mayor plataforma de representación universitaria del continente, que abarca a 40 países y en la que empieza "la aventura de reunirme a diario con ministros, comisarios y presidentes para pelear por los derechos de los estudiantes, en una experiencia que jamás soñé como canario, y recibido con alfombra roja por sus gobiernos". Asegura que se rodeó de un "equipazo" que culmina con los citados premios, el Carlomagno en 2012, convirtiéndose a sus 24 años en el primer español en lograrlo, y el del Joven Europeo de la Fundación Schwarzkopf en 2013, "que le dediqué a Iván Robaina".

Tras un segundo mandato "la Comisión Europea me da una beca" para estudiar en el Colegio de Europa, creado por el filósofo Salvador de Madariaga tras la Segunda Guerra Mundial para implicar a los jóvenes en la construcción europea y erradicar los conflictos en el continente.

"Pero hiperactivo como soy no puedo quedarme sentado y mientras estudio el master, AEGEE me nomina para presentarme a la vicepresidencia del Foro Europeo de la Juventud", la representación juvenil más grande del mundo, que agrupa universitarios, formaciones políticas, agrícolas, Cruz Roja, Scouts, "ingenieros, organizaciones históricas: todo, otro nivel". En 2014 es elegido y durante dos años dirige la sección de la UE, donde saca adelante, entre otros, los presupuestos del Erasmus Plus, "uno de los programas más exitosos".

Pero no todos son alfombras rojas. En 2014, en un intento de rubricar un documento para toda Europa en Moscú que recogiera los derechos de incluir la educación sexual reproductiva y los derecho de los colectivos LGBT, y "ante la negativa de Rusia, hicimos una protesta delante de los ministros y nos costó un follón. Estábamos muertos de miedo, pero lo hicimos. Nos detuvo la policía, nos encerraron y tuvieron que rescatarnos los embajadores. Desde entonces no me han vuelto a dejar entrar en Rusia, ni en Bielorrusia ni Azerbayán".

En 2016 acaba el mandato, "y como me aburro junté a un equipo y me presenté a la presidencia..., y mi madre me decía, Luis, tómate una tila y vente a la playa".

Así es como se mete en una de las "peores elecciones, con una contrincante brutal, pero lo conseguimos". El 1 de enero de 2017 es proclamado presidente, -"es tan surrealista", confiesa-, y ya no soló interactúa en Europa, sino con organizaciones de todo el planeta, en Latinoamérica, África, Norteamérica, Oceanía, "con muchos focos mirándote de cerca, sin parar de viajar y con continuas discusiones internacionales para poner en valor a la juventud y sus derechos".

Pero para Luis Alvarado todo trajín es poco. "Durante el máster me involucré en consultorías con ciudades para gestionar proyectos y lograr financiación. Por entonces la Fundación Rockefeller no tenía oficina en Europa y abre una Londres, donde me ofrecen trabajar en su proyecto 100 Ciudades Resilientes, la mayor inversión de la fundación en su historia y que destina 168 millones de dólares para transformar cien ciudades del mundo con una estrategia "capaz de hacer magia".

"Se trata de cambiar la forma de gobierno", detalla, "conectando y rompiendo las paredes de las distintas áreas. Por ejemplo, que para mejorar el tráfico, pues que el de movilidad hable con el de sanidad, y con el de participación, o por citar un hecho en concreto, el de Medellín, Colombia, donde empezamos un proyecto para mejorar la recogida de basura y gracias a interactuar entre concejalías se logró reducir el índice de criminalidad, generando un ecosistema local que puede conseguir cosas extraordinarias". Aún hoy compagina su trabajo como director en la fundación con la presidencia del Foro, y con más estudios en la London School of Economic (LSE) sobre gobernanza internacional.

Pero tampoco le quita ojo a Canarias. Luis es contundente: "Hay una generación que parece que no quiere reconocer que los jóvenes están cambiando el mundo, -sin olvidar que hay un elevado porcentaje de desfavorecidos en un sistema que no facilita su potencial".

En todo el planeta están reformando instituciones y paradigmas, como Uber o Facebook, y en las islas "a los jóvenes se les ha puesto la etiqueta de vagos o sin sueños y cada vez que voy quedo alucinado de su implicación en participación, deporte, arte..."

Para Alvarado se trata de "un diamante en bruto, de fuerza espectacular, en el que predomina la especial actitud de los isleños, esto en una de las regiones que menos invierte en juventud". Y advierte que este valor no se explota con una Dirección General, sino implicándolos en todas las partidas de un Gobierno, desde empleo a medioambiente. El presidente del Foro Europeo remata que "me encuentro a canarios liderando proyectos internacionales e inventando productos, pero no existe la voluntad de abrirles una plataforma para que ese poderío contribuya al desarrollo de Canarias".

Compartir el artículo

stats