La mayor preocupación de la pareja formada por Alberto Brito Rodríguez y Pilar Rada, que residen en el nivel inferior de la vivienda que saltó por los aires el lunes en Agüimes, era si podrían volver a su casa. Tras recoger unos pocos efectos personales poco después del mediodía de este martes ambos se fundían en un abrazo y rompían a llorar, tras muchas horas de tensión, y también de años "viviendo un infierno". Ya varios vecinos habían avanzado el mismo lunes que la relación con la vecina Elena C. M., que provocó la explosión y murió en ella, era insufrible. "Nos tenía amargados", declararon.

La inquietud de Alberto Brito y Pilar Rada se vio despejada el mismo mediodía. El alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, asegura que las viviendas anexas a la casa que sufrió la explosión no padecen problemas estructurales graves que impidan su recuperación.

Hernández afirma que una vez que la Policía Judicial haya finalizado sus trabajos de inspección para determinar las causas exactas de la deflagración, en la que Elena C. M. perdió la vida, entrarán las cuadrillas de limpieza para eliminar los restos de estructuras que pueden causar alguna peligrosidad. Los trabajos de inspección han mantenido ocupados a los policías durante toda la jornada de este martes.

Una vez ejecutados esos trabajos se realizará un reacondicionamiento de los sistemas eléctricos dado que por la antigüedad del principal edificio afectado utilizan unas canalizaciones comunes que también deben ser revisadas.

La misma fuente consideraba que al menos el número 10 de la calle Alonso Quesada que se encuentra en el centro urbano de la villa podría ser ocupada en breve.

Óscar Hernández indicaba que por las características de la explosión, que descargó toda su fuerza contra las fachadas norte y sur del edificio y no contra las paredes de los otros inmuebles, se evitó daños más serios en los bloques colindantes.

El aspecto del tercer piso, el que ocupaba la fallecida, era el de un nivel prácticamente desaparecido, con toda la fachada y techo del lado de la calle principal destruidos y con una gran cantidad de escombros ocupando la vía a pesar de los trabajos realizados por los operarios municipales, que recurrían a un tractor para ir poco a poco retirando los materiales que quedaban expuestos o colgando por el frontis.

Tampoco se encontraba ya el vehículo propiedad de una clienta del cercano supermercado que quedó sepultado por las piedras con considerables daños y que daba idea de la tragedia que hubiera supuesto el paso de viandantes o de otros coches por una zona que durante todo el día experimenta un importante trasiego.

El Ayuntamiento de Agüimes. desde el día de la deflagración mantiene tres habitaciones reservadas en el hotel Los Camellos de la misma localidad para alojar a las siete personas que han tenido que abandonar sus casas desde el lunes, y entre las que no se encuentra ningún pequeño.

También les ha facilitado la manutención en uno de los restaurantes de la zona hasta que puedan regresar.

De momento, durante la mañana de este martes y en distintos turnos, los vecinos pudieron acceder a sus viviendas bajo el estrecho acompañamiento de miembros del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria al interior de sus inmuebles para recoger alguna ropa y productos de higiene para pasar las siguientes horas, si bien muchos de ellos hacían guardia en la misma calle Alonso Quesada para seguir la evolución de los trabajos y esperar noticias sobre si podían o no recuperar sus casas.